sábado, 20 de octubre de 2012

LA TIERRA DE LAS MIL ORQUESTAS:/ A VECES BUSCO ESA CANCÍON QUE ME HACE DAÑO:

TÍTULO: LA TIERRA DE LAS MIL ORQUESTAS:

José Velasco, presidente de Zebra Producciones, producre “La Tierra de las mil orquestas” para Imprescindibles de La 2 de Radio Televisión,.

Jose Velasco (Zebra Producciones) produce “La tierra de las mil orquestas” para La 2,. 

José Velasco, presidente de Zebra Producciones, producre “La Tierra de las mil orquestas” para Imprescindibles de La 2 de Radio Televisión Española.
El Sistema Nacional de orquestas infantiles y juveniles de Venezuela, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2008, busca alejar de la incultura y de la violencia a miles de niños y jóvenes venezolanos. Un proyecto del que el tenor español Plácido Domingo es un entusiasta. Por eso ha puesto su voz a la narración de un documental que analiza este revolucionario método.
La tierra de las 1.000 orquestas es un documental sobre la historia y los logros del Sistema Nacional de orquestas infantiles y juveniles de Venezuela. Un método que ha formado estrellas de la música de fama internacional al tiempo que ha sacado de la calle y alejado de la violencia y la pobreza a miles de niños venezolanos condenados a la marginación.
“El Sistema”
En los últimos años se ha ido materializando ante los desconcertados ojos y oídos europeos un fenómeno que empezó a fraguarse en Venezuela hace más de 30 años: “El Sistema nacional de orquestas infantiles y juveniles de Venezuela”. La incultura está alejando de la incultura y de la violencia a cientos de miles de niños y jóvenes venezolanos que estaban fatalmente condenados a la marginación y a la desesperanza.

El Sistema nació con este propósito pero está yendo más allá, está creando estrellas musicales y orquestas reconocidas a nivel mundial. Este es el caso de la Joven Orquesta Simón Bolivar y de su director, Santiago Dudamel, una superestrella a nivel internacional que es invitado con regularidad a dirigir las principales orquestas del mundo.
“Los protagonistas”
José Antonio Abreu; Es el visionario fundador del sistema hace ya más de 30 años. Dirig

ía las clases en sus orígenes y en la actualidad continúa al frente de la organización que aglutina a más de 1500 profesionales y casi medio millón de alumnos.
Gustavo Dudamel: Máxima figura salida del sistema. Fue uno de los primeros estudiantes del sistema. Dirige con regularidad la Joven Orquesta Simón Bolivar, labor que alterna con la conducción de las principales orquestas del mundo como director invitado.

TÍTULO: A VECES BUSCO ESA CANCÍON QUE ME HACE DAÑO:

  1. Poco queda de aquel chico atildado vestido como él dice a lo Marichalar que un día aterrizó en el plató de Ana Rosa procedente de la sección ...
     
    Poco queda de aquel chico atildado vestido como él dice a lo Marichalar que un día aterrizó en el plató de Ana Rosa procedente de la sección de informativos. Los primeros programas los vivió «escandalizado». Demasiado corazón. Pero con el tiempo se fue soltando... Y hoy, que por fin dice ser él mismo ante la cámara, Màxim Huerta se revela como un comunicador desinhibido, capaz de soltar una opinión políticamente incorrecta o unas lágrimas en directo llegado el caso. Este valenciano de Utiel con 41 años cumplidos, el yerno ideal de muchas suegras que le siguen a diario, acaba de publicar su tercera novela y ya se siente sin complejos «un escritor que trabaja en la tele». No descarta incluso presentarse algún día al Planeta. Su nuevo libro ya está entre los diez más vendidos. Se titula 'Una tienda en París' y arranca con una cita de Marguerite Yourcenar que lo dice todo: «Siempre hace falta un golpe de locura para desafiar un destino».
    A Màxim le habría gustado desafiar su destino de chico solitario de pueblo, de hijo único muy apegado a sus padres. «Me gustaría -dice- parecerme a la protagonista de mi novela, pero esos miedos que todos tenemos me lo han impedido. Cuántos no desearían dar un portazo... Yo siempre quise irme a vivir al extranjero. Cuando veo en 'Españoles en el mundo' a esa gente que dice haberse ido por amor hasta la Patagonia la entiendo. Tal vez algún día...». A Huerta se le da bien escribir con voz de mujer. «Que me digan que literariamente soy muy femenino es un piropo. Pero, ojo -advierte-, que yo no he escrito una novela para mujeres». Tal vez no, pero su fascinación por el mundo de las féminas es evidente. «La pasión por París me viene de mis tías las de Francia, que llegaban al pueblo una vez al año para las fiestas de septiembre. La vida era entonces en Utiel en blanco y negro y ellas traían consigo el color, además de unos dulces riquísimos». Màxim lamenta que la crisis nos esté devolviendo de nuevo al blanco y negro. Dos de sus mejores amigos ya han emigrado a otros países en busca de empleo. Por cierto que sus más íntimos no trabajan en la tele.
    «Vivo y como solo»
    «Me enamoro con facilidad», confiesa el copresentador de Ana Rosa. «Pero vivo solo, como solo a diario y me gusta. Yo soy de relaciones intensas pero de fin de semana». También tiende a la melancolía. «A veces se me clava como un puñal. Y busco esa canción que me hace daño... Pero a mis 41 ya lo tengo asumido», bromea. Cada tarde, cuando acaba de escribir de cuatro a ocho, «porque para eso soy muy alemán», queda con los amigos para tormarse una copa «y luego me voy contento a dormir». Sin embargo, no busquen a este hombre en cócteles y saraos. «Me dan una pereza enorme. Siempre van los mismos a hablar de lo mismo, a aparentar lo que no son y a simular que son felices».
    Hijo de un «obrero y transportista» que le ha transmitido el sentido del ahorro («soy una hormiguita») y de una madre de la que ha heredado la afición a la lectura, Huerta tiene a gala no haber caído en el derroche en plan estrella de la tele. «Como dice una amiga mía, nunca se me ha ido la cabeza». A Ana Rosa, su jefa, la tiene en un pedestal, «sobre todo cuando se baja de los tacones de marca. A mí ella me gusta más en la publicidad, cuando dice «me apetece una cerveza» o se baja el vestido. Ana en el fondo es muy de barrio. Y eso me encanta. A veces me dice: «'Vente a casa que he hecho cocido'. Y voy».
    Una diverticulitis intestinal alertó a Màxim de que debía aflojar el ritmo. «El estrés casi me mata, ahora me cuido un montón». El verano se lo pasó cuidando de él y de sus padres, que también cayeron enfermos. «El día que dejé a uno ingresado en un hospital y poco después tuve que ingresar al otro sentí que había crecido diez años». Su padre en concreto lleva mucho tiempo inválido por culpa de un accidente de tráfico en el que medió el alcohol. Por eso el presentador lloró de rabia en directo una vez al recordar la mortal colisión que provocó Ortega Cano. Es evidente que el torero no es santo de su devoción. «Esa sensación de impunidad que transmite me pone malo -dice-. A Ortega no le tengo ninguna querencia».

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