Pez venenoso de acuario acecha arrecifes del mar Caribe. ... a esto la dificultad de que este pez tan cabron le gusta las aguas profundas. .... pez cabeza de serpiente, quien por error humano fue liberadad en un cuerpo de ...
Supongo que nada concreto, como
todo en este país la bendita burocracia, para todo son trámites, se
realizan comisiones los enlaces entre instituciones y se van en puras
palabras y no en hechos, sumado a esto la dificultad de que este pez tan
cabron le gusta las aguas profundas.
Por lo que se ve por la forma en que comen y las aguas que gustan no
creo que estos peces se sientan muy felices en un acuario pero aun así
mucha gente los tiene.
ALSERRA lo que pasa es que una cosa es lo que se puede y otra es lo que
se debe y no hay que dejar de lado que el pez por si solo es muy pero
muy bonito, además de que el hecho de que sea carnívoro lo hace aún más
llamativo para algunas personas.
Bueno compañeros. Normalmente la sobrepobacion de especies es causada
por un desequilibrio en ell ecositema en el cual se desarrolla, eso
puede ser por accion natural o por la accion artificial, normalmente
causada por el hombre. En la naturaleza los ciclos son normales, dado
que el mismo ecosistema ayuda a controlar la sobrepoblacion, cuando es
causada por el hombre, cuesta un poco mas recuperarse. Por ejemplo, la
sobrepoblacion de palomas en San Jose, Costa Rica. Al eliminar el hombre
a sus depredadores naturales y al desarrollar edificios donde los
depredadores terrestres no pueden controlar la especie, existe
sobrepoblacion. Pero he observado que ya comen lo que sea, se han vuelto
como ratas voladoras, eso ha ocacionado mutaciones extrañas en los
ojos, extremidades, ademas que sus heces son muy corrosivas y llenas de
elementos patogenos. En el caso de este expesimen, hay que ver como se
desarrolla.etc.,
TÍTULO: EL DIVAN DE OLGA VIZA CON ROMARIO BARCELONA;
Romario da Souza Faria; Río de Janeiro, 1966) Futbolista brasileño, uno de los ... Su estancia en Barcelona duró sólo hasta 1996, año en que regresó a Brasil,.
Romario da Souza Faria; Río de Janeiro, 1966) Futbolista
brasileño, uno de los mejores delanteros que ha dado el prolífico
fútbol carioca. Tras un largo periplo por el fútbol europeo, regresó a
su país para jugar en varios equipos de renombre y, a los cuarenta y un
años de edad, alcanzó en 2007 la mágica cifra de mil goles, marca que
hasta entonces ostentaba en solitario el legendario Pelé.
Nacido en un barrio de favelas de Río, su padre,
aficionado al fútbol, fue además su primer entrenador en el equipo de
barrio en el que Romario se formó desde los cuatro hasta los trece años.
En 1981 fichó por el Vasco da Gama, donde jugó como aficionado hasta
1985, tras haber puesto ya de manifiesto su capacidad goleadora.
Bajo de estatura (no llega a 1,70 m) y de
complexión discreta, suplió esas carencias con una habilidad,
imaginación y fantasía singulares para un delantero centro. Su
creatividad y flexibilidad en el área le valieron varios epítetos, pero
él se quedó con la explícita definición del inefable Jorge Valdano: “Es
un jugador de dibujos animados”. Hoy en día quizás hubiera dicho: “de la
Play Station”. Poco trabajador, mujeriego y amante de la noche, parecía
destinado a una carrera corta. Pero su capacidad para recuperarse hizo
el resto, convirtiéndose en uno de los futbolistas más longevos que se
marcó el reto de no retirarse hasta alcanzar la mágica cifra de los mil
goles, que ostentaba en solitario Pelé. Cuando hizo pública su
intención, muchos sonrieron por lo bajo.
En febrero de 1985 hizo su debut con el primer
equipo y se convirtió en profesional. Era un goleador nato, por lo que
en la temporada 1985-1986 dio el salto a Europa, en el PSV Eindhoven,
con el que ganó tres Ligas y marcó 165 goles en 157 partidos. En 1992 su
proyección internacional dio un salto cualitativo al fichar por el
Futbol Club Barcelona, con el que en la temporada 1993-1994 ganó la
Liga, consiguiendo el Pichichi con los 30 goles prometidos. Aquel año,
además, se proclamó campeón del mundo y fue elegido por la FIFA el mejor
jugador del torneo.
Su estancia en Barcelona duró sólo hasta 1996,
año en que regresó a Brasil para jugar con el Flamengo. Regresó a España
para jugar efímeramente con el Valencia Club de Fútbol, en el que
apenas fue titular debido a su agresividad y vida disoluta. Por ello,
tras ganar en 1997 su segunda Copa América, regresó al Flamengo, en el
que sólo jugó la temporada 1998-1999. Aun así, en sus dos estancias en
este equipo ganó dos campeonatos estatales, otras tantas Copas Guanbara y
una Copa Mercosur, con una marca de 204 goles del Baixinho, como es conocido por sus compañeros y por la prensa especializada.
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