domingo, 28 de octubre de 2012

CRUZAR EL CHARCO PARA PODER TOREAR:/ OIGO UNA VOZ INTERIOR QUE ME DICE QUE TODAVÍA ME QUEDA BASTANTE POR HACER;

TÍTULO: CRUZAR EL CHARCO PARA PODER TOREAR:

Más de 9.000 kilómetros separan la ciudad de Madrid de la de México. Dos países distintos ubicados en sendos continentes, dos culturas pero ...

Roberto Galán, oriundo de Montánchez, lleva casi una década en México, donde viajó en busca de oportunidades.

Más de 9.000 kilómetros separan la ciudad de Madrid de la de México. Dos países distintos ubicados en sendos continentes, dos culturas pero una misma pasión: la tauromaquia. Ahora, cuando la temporada taurina española llega a su fin, muchos matadores de toros se acercan hasta el aeropuerto de Barajas para viajar hasta América.
La mayoría lo hace a México, Venezuela, Colombia, Ecuador o Perú durante los meses de noviembre, diciembre, enero o febrero, a participar de sus ferias más importantes. Son esperados y aclamados en plazas como La Monumental de México, ubicada en la capital del país, donde los aficionados sentían auténtica devoción por Manuel Rodríguez 'Manolete' o, más recientemente, por diestros como José Tomás o 'El Juli', que forjaron su carrera al otro lado del océano Atlántico.
Los toreros consagrados son habituales en los carteles de las ferias. Viajan en invierno y vuelven a España en marzo para comenzar la temporada en Olivenza, Valencia o Castellón.
Sin embargo, también existen novilleros y matadores de toros que acuden a América buscando las oportunidades que no encuentran en España. Cansados de no ver su nombre anunciado en los carteles ni siquiera de la feria de su ciudad, hacen las maletas y ponen rumbo a sus sueños como muchos jóvenes arquitectos, ingenieros, enfermeros o periodistas se marchan del país buscando un trabajo a cualquier nación de Europa.
Algunos tienen suerte y América, no sin la dureza propia de la profesión, les brinda las oportunidades que no encuentran en España. Se alojan con ganaderos que les ayudan o encuentran el apoyo en otros compañeros que también se marcharon en busca de tardes de gloria.
Este es el caso de Roberto Galán (Madrid, 1981) un matador de toros de origen extremeño -su familia procede de Montánchez- que después de nueve años verá cumplido uno de sus sueños el próximo 6 de enero: confirmar la alternativa en la plaza más importante del continente, la Monumental de México.
El diestro compartirá cartel con Israel Téllez y Lupita López, ante toros de La Punta, en un cartel que será para él el mejor regalo de Reyes desde que empezó su andadura al otro lado del Atlántico, aunque sus inicios en el mundo del toro se gestaron en su infancia. Su padre, Germán, un gran aficionado a la tauromaquia compraba cada semana la revista 'Aplausos'.
El pequeño Roberto ojeaba las páginas de aquella publicación albergando el sueño de emular a los diestros que en sus páginas aparecían reflejados. Después, su padre le llevaba con él a Las Ventas y poco a poco se fue enamorando de la profesión, viendo a los toreros triunfar, disfrutando de la magia del coso madrileño hasta decidir que él quería ser como ellos, que su vida estaba destinada al mundo del toro.
Roberto Galán decidió inscribirse en la Escuela Taurina de Madrid y para ello tuvo que comunicar a sus padres su decisión. En casa la noticia sentó bien a Germán, pues él también hubiese querido dedicarse a la tauromaquia en su juventud, aunque su madre, Toñi, pasó un mal trago cuando tuvo que firmar ante notario que sería responsable de cualquier percance que le sucediese a su hijo, algo que la impresionó profundamente.
En la Escuela Taurina aprendió a coger una muleta o un capote pero donde realmente se formó fue en el campo bravo extremeño. Muy pronto comenzó a frecuentar ganaderías como la de Zalduendo (propiedad de Fernando Domecq y ubicada en las inmediaciones de Aliseda), Sánchez Ibargüen (cercana a Mérida) o la mítica vacada de Victorino Martín, en Portezuelo. De hecho, incluso Victorino Martín hijo echó una mano al joven en sus inicios.
Debutó con picadores en Cantalejo el 16 de agosto de 2002, hace ya una década. Le acompañaban en el cartel Matías Tejela y Salvador Vega y fue ovacionado cortando una oreja al segundo de su lote, de la ganadería de María Luisa Paniagua. «Mis inicios fueron muy bonitos, viví lo que es el toreo en ganaderías, buscándote la vida y conociendo muchos compañeros y figuras del toreo muchas vivencias», explica a HOY Roberto Galán. Esa campaña toreó un total de dieciocho tardes, llegando incluso a estar anunciado en México DF.
El diestro también recuerda las siete tardes que toreó en Madrid, una de ellas en la Feria de San Isidro, como los momentos más importantes de su trayectoria. «Hubo triunfos que me hicieron torear mucho de novillero», afirma Galán. La primera de sus tardes en Las Ventas con los del castoreño fue en junio de 2003 ante astados de 'El Serrano' a los que cortó un apéndice.
Ese mismo año también hizo el paseíllo en Moraleja y un año después en la feria de Cáceres, en concreto el 22 de mayo y con novillos de Rubio Martínez. Se llevó una oreja del segundo de su lote.
Sin embargo, a Roberto Galán nunca se le quitó de la cabeza la tarde en la que toreó por primera vez en la Monumental de México. Sufrió una cornada grave y decidió marchar a probar suerte en América. «Mi familia y mis compañeros me apoyaron cuando decidí venir porque saben que el toreo es mi vida. En principio mi idea era torear en México la temporada chica de la plaza, y pensaba quedarme unos tres o cuatro meses», añade.
Aterrizó en América en 2003 y volvió a España para recuperarse de la grave cornada que sufrió. Sin embargo, pronto volvió a México y esta vez para quedarse. «No fue fácil. Dejé a mi familia, a mis amigos, toda mi vida... Todo cambió totalmente porque es otra cultura y profesionalmente fue volver a empezar», destaca Roberto Galán.
La situación no fue fácil para el novillero. Con 22 años cumplidos tuvo que empezar de cero, darse a conocer en un país en el que tuvo que vivir lejos de los suyos. Sin embargo, se sobrepuso a las dificultades y a base de mucho sacrificio empezó a torear en el continente americano. «Algunos ganaderos me ofrecieron ir a tentar a sus casas, y había toreros que me conocían de España, pero debo reconocer que me tuve que buscar la vida», reconoce. De hecho, incluso le tocó adaptarse al toro de América, con una embestida más pausada.
«La afición también es distinta. Viven con mucha intensidad y pasión las faenas cuando uno se entrega en ellas», apostilla tras comentar que sienten mucho interés por los diestros españoles porque su técnica es diferente.
Tras varias campañas toreando por el país azteca tomó la alternativa en San Miguel el Alto el 29 de septiembre de 2009. Fernando Ochoa fue el padrino y Arturo Macías el testigo. El astado del doctorado llevaba por nombre 'Cielito Lindo', un ejemplar cárdeno oscuro de 462 kilos y herrado con el número 731, de la ganadería de Chinampas. Fue ovacionado tras la lidia de ese ejemplar y recibió los aplausos del respetable tras estoquear al segundo de su lote y al sobrero de regalo.
«Fue un día muy bonito, porque llevaba mucho tiempo esperando este momento», relata Roberto Galán. «Consagrarte como matador de toros -prosigue- fue un paso más en mi carrera y hay muchos que se quedan en el camino y no llegan a conseguirlo».
Tras este paso de nuevo le tocó abrirse camino y volver a empezar, en esta ocasión, como matador de toros. Según Galán, el toreo es difícil desde que una persona decide iniciarse en la profesión y la suerte influye mucho y tiene un papel determinante.
El diestro oriundo de Montánchez ha llegado a torear en México, Perú y también en las corridas sin muerte que se han celebrado en el sur de los Estados Unidos. En su opinión la plaza más importante de América es la Monumental de México, la más grande del mundo y en la que recibió su primera cornada.
«Te abre las puertas de este país. Hay otras plazas que son también muy importantes como la de Aguascalientes o Guadalajara, en las que también he toreado y he llegado a triunfar en ellas como novillero», indica.
Sin embargo, su sueño es volver a España como matador de toros y confirmar su alternativa en Las Ventas. Cree que su tarde en la capital del país azteca puede ser determinante, pues un triunfo rotundo en ella facilitaría las cosas también para ver su nombre anunciado en Madrid. De hecho, ha hablado con el empresario Manuel Chopera y espera tener su oportunidad.
Sus seres queridos es lo que más echa de menos en América, y también a Extremadura. «La mayor parte de mi infancia la he pasado en Montánchez y mi familia procede de ahí. Hay muchos aficionados y amigos que me quieren y a los que quiero y que siempre confiaron en mí. Le debo mucho a mi pueblo», señala el matador madrileño.
De hecho, aprovecha la entrevista con HOY para enviarles un mensaje. «Me gustaría decirles que les extraño mucho, que les quiero y que son los que me dan vida y fuerzas día a día porque a pesar de estar tan lejos, siguen confiando en mí y me siguen dando ánimos sabiendo lo difícil de esta profesión. Tan solo espero no decepcionarles».
Ya falta poco tiempo para esta cita tan importante en México, un compromiso con el que seguro que ha soñado muchas noches y en el que ha depositado sueños e ilusiones. Esa tarde, madrugada en España, sus amigos y familiares trasnocharán para seguir por la radio o por internet lo que acontece en el coso más importante de América. Porque a veces para conseguir lo que uno sueña, haya que recorrer más de 9.000 kilómetros...
 
TÍTULO; OIGO UNA VOZ INTERIOR QUE ME DICE QUE TODAVÍA ME QUEDA BASTANTE POR HACER;

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