TÍTULO: NI EN EL VERTEDERO COMI TAN MAL. EL HORMIGUERO
Adela Úcar,.
El Hormiguero 3.0 lo visita la artista Adela Úcar, y le hace Pablo Motos esta gran entrevista,.
Porque no es lo mismo contarlo que vivirlo, Adela Úcar
(Bilbao, 1980) dormirá entre rejas para compartir la experiencia de varias
españolas,.
Porque no es lo mismo contarlo que vivirlo, Adela Úcar (Bilbao, 1980) dormirá entre rejas para compartir
la experiencia de varias españolas en una prisión cerca de Najayo (República
Dominicana). En ‘21 días en la cárcel’ (mañana a las 0.30
horas en Cuatro) sentirá en su piel el peligro
constante.
– ¿Qué le impactó más?
– La pérdida de la libertad y la falta de control sobre ti misma, eso
te hace sentir muy vulnerable. Me afectó anímicamente, estuve con crisis de
ansiedad y bastante decaída. Nada más llegar te quitan todo lo que tienes y te
dan un uniforme y un colchón. No tenía teléfono, cumplía los horarios, solo
tenía la comida de allí que es malísima...
– ¿Cuál era el menú?
– Ha sido la peor alimentación que he tenido en ‘21 días’. ¡Ni en el
vertedero de Nicaragua comí tan mal! Aparte de que no estaba buena, la dieta se
basaba en hidratos de carbono: arroz, habichuelas, harina y plátano. Dos días
pusieron trozos minúsculos de pollo y arenques secos. No había fruta, verduras,
ni leche. Eso hace que haya sobrepeso y anemia en esta prisión.
– ¿Llegó a compartir celda?
– La cárcel decidió, por temas de seguridad, que no compartiera
celda. Por la noche, me encerraban para que no entrara nadie.
– ¿Su presencia perturbó a las internas?
– El problema era la cámara. Había chicas que no querían salir en
televisión porque tienen familia en España y no saben que están allí. Los
primeros días tenían recelo, se apartaban y, en una ocasión, llegaron a
increparme. Cuando vieron que solo tenía interés en las personas que querían
contarnos su historia, la relación cambió.
– En la ‘promo’ hay peleas...
– Fue un momento muy tenso y me puse muy nerviosa. Me pilló sola en
un pasillo y me acerqué. Fue una pelea entre dos chicas, el motivo no lo sé, y
fue fuerte aunque sabía que no tenían armas. Tampoco sabía cómo iban a
reaccionar ellas al verme grabando. Incluso tenía miedo de que me requisaran la
grabación.
La cárcel de hombres
– En las películas, la hora del patio es muy conflictiva. ¿Es solo un
estereotipo?
– No vi peleas ni chanchullos. El patio es donde pueden respirar,
hacer deporte y relajarse. Delante de esta cárcel hay una de hombres y, aunque
está prohibidísimo, han creado un sistema de comunicación de signos para hablar
con ellos.
– ¿Cómo vio a las españolas?
– Están desesperadas por estar lejos de sus familias y desorientadas
por el funcionamiento del sistema judicial dominicano. La mayoría no tienen
recursos económicos y cuentan con abogados públicos. Les falta información sobre
sus propios casos y, al no tener nadie en quien apoyarse, sufren mucha
angustia.
– ¿Qué futuro les espera?
– La llegada a España va a ser un palo fuerte, aunque les quedan
varios años. Deberán enfrentarse a la realidad y les puede afectar el estigma de
ser presa. Ellas están muy preocupadas por sus hijos, porque son pequeños y
temen que ese vínculo se rompa.
TÍTULO: VOY INTENTAR DISFRUTAR EN LA PLAZA A LA AFICIÓN,.
TOROS
Comienza 2013 y con él las publicaciones en materia taurina.
Ediciones Bellaterra ha sido la primera en lanzar un libro sobre tauromaquia
este año. 'Elogio y refutación de la quietud. Una tauromaquia (casi) inmóvil.
José Tomás versus Morante de la Puebla' es la obra de Antonio Pradel Rico
(Madrid, 1975).
De los tres paradigmas que conforman el canon de la tauromaquia
-parar, templar y mandar- el autor ha decidido reflexionar sobre la quietud.
Licenciado en Bellas Artes e Historia del Arte, Antonio Pradel ha conjugado su
labor como investigador en el campo de la estética con su pasión por el toreo.
-En su obra reflexiona sobre la quietud y toma
como referencia los conceptos del toreo de José Tomás y Morante. ¿Por qué ha
elegido a estos matadores?
-El concepto de quietud en tauromaquia y en las artes escénicas era
algo que siempre me había interesado, especialmente en el toreo dentro del canon
de parar, templar y mandar. El hecho de parar resulta un tanto enigmático y me
gustaba. Cuando surge la figura de José Tomás, es evidente que emociona al
público en gran parte por esa forma tan manifiesta de aguantar quieto la
embestida del toro. Por otra parte Morante, en repetidas entrevistas a lo largo
de los años, empieza a desmarcarse de lo que él llama obsesión por la quietud,
algo que surge a partir de las nuevas formas impuestas por José Tomás a base de
valor y exposición. Morante reivindica otro tipo de tauromaquia, diferente. Lo
que vengo a resumir en el libro es que ninguna de las dos está por encima de la
otra, sino que son complementarias y que así deberíamos entenderla los
aficionados más allá de rivalidades lógicas entre toreros.
-La rivalidad siempre está presente en el
toreo y en parte es necesaria, ¿no cree?
-Sí, de hecho en las épocas de más auge siempre ha habido
rivalidad, desde Joselito y Belmonte. Cuando uno de ellos se queda solo surge un
vacío enorme, porque no es solo una cuestión de ver quien tiene la verdad del
toreo, sino que para que uno exponga su tauromaquia necesita del contrapeso de
la otra figura.
-¿La quietud es la palabra que define el toreo
de José Tomás?
-En un primer momento yo creo que sí, pero José Tomás es mucho más
que un torero que se queda quieto. Cada vez que ha reaparecido, ha profundizado
en su concepto del toreo hasta hacerlo extraordinariamente bien. Torea con más
carga, con más profundidad, más largo, más despacio. Intenta hacer las cosas de
otra manera, con otra intención, con más sabiduría. Mientras toreros como él no
se cansen de jugarse la vida estaremos viviendo una época esplendorosa en la
forma de torear. La pena es que estos matadores no entren, no digo en
competencia directa porque esto no es una competición deportiva, pero sí sería
extraordinario para la fiesta que se les pudiera ver ocho o diez tardes toreando
juntos a lo largo del año.
-¿Cree que la quietud se confunde con el
valor?
-Desde luego no son lo mismo. Hay muchos toreros con valor que no
lo manifiestan por medio de la quietud. El valor es consustancial a todo el que
se pone delante de un toro pero la quietud sería un paso más, una cualidad que
enfatiza ese valor, pero no son la misma cosa. Quedarse quieto no es torear,
hacen falta más cualidades para expresar el toreo.
-¿Cuál sería la cualidad para expresar el
toreo que definiría a Morante de la Puebla?
-Para mí es más difícil de definir el toreo de Morante que el de
José Tomás, que me parece más evidente en ese sentido, sin que esto sea un
demérito. Cuando intentas hablar de Morante recurres a términos que no
significan nada y das vueltas alrededor de lo que quieres decir sin llegar a
conseguirlo. Puedes hablar de gracia, duende, embrujo, genio... Yo recurro a sus
entrevistas. A la hora de hablar de su toreo Morante hace menciones que pueden
resultar sorprendentes cuando se trata de hablar de un torero denominado
artista. Él se remite a la tauromaquia de Domingo Ortega y explica que a él lo
que le gusta es el toreo campero. En un primer momento puede chocar, pero que si
atiendes a las labores que él desarrolla sobre el ruedo se entiende muy bien. Lo
que finalmente podría definir su toreo es la naturalidad, porque cuando él se
encuentra a gusto y lo transmite al público, es cuando aquello parece surgir de
un estado absolutamente no forzado. La naturalidad es lo más difícil de
conseguir, porque implica también la quietud necesaria y el valor, pero sin
enfatizarlo.
-Morante de la Puebla es un torero que para
también el tiempo cuando cuaja un toro por lo despacio que llega a
torear...
-Morante tiene una fórmula preciosa con respecto al temple. Él
habla no ya de frenar la embestida del toro, sino de echarla para atrás
irrealmente. No es una percepción muy habitual en tauromaquia, pero ocurre
alguna vez. Hoy en día hay muchos toreros que torean extraordinariamente bien y
muy despacio, pero creo que con Morante la sensación es otra. Es el torero que
más lejos ha llevado la cuestión del toreo curvo, de la línea curva en
tauromaquia. En el embroque no solo frena la embestida del toro, sino que la
lleva más atrás en sentido circular, alrededor del cuerpo, con lo cual se
acentúa ese frenazo del toro al llegar al embroque.
Una trilogía
-¿Tiene en mente continuar reflexionando sobre
cuestiones estéticas y tauromaquia?
-Como escritor, lo que más me gusta es escribir de toros, aunque
también he escrito sobre cuestiones de estética, arte contemporáneo, historia
del arte. Lo que me interesa es tratar la tauromaquia como un arte en sí misma,
y analizar cuestiones de estética y de arte desde el punto de vista de la
tauromaquia. Me gustaría seguir indagando en los conceptos de temple y mando,
hacer una trilogía, un primer acercamiento al canon. No obstante también me
gusta mucho el flamenco y algún día me gustaría recopilar y editar material que
tengo sobre toros y flamenco.