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Diez años atrás, con la edición de 'Reality', la carrera de David Bowie-foto.- parecía llegar a su fin. En 2003, durante un concierto en Oslo, una ...
Diez años atrás, con la edición de 'Reality', la carrera de David
Bowie parecía llegar a su fin. En 2003, durante un concierto en Oslo, una
piruleta lanzada por un espectador impactó en su ojo izquierdo y tuvo que ser
atendido de urgencia por los servicios médicos. Meses después, los años de
tabaco y cocaína le jugaron una mala pasada a su maltrecho corazón y se sometió
a una angioplastia que lo apartó definitivamente de los escenarios. Desde
entonces, se centró en la pintura y aquella retirada apuntaba a broche de oro
para una trayectoria inmaculada. Pero tratándose de uno de los mayores iconos de
la música popular, nada hay que dar por hecho.
Contra todo pronóstico, Bowie publicará el 11 de marzo un nuevo álbum
titulado 'The next day'; un trabajo grabado con tal discrección que su primer
adelanto generó una auténtica tormenta mediática el pasado mes de enero. Se
trataba del single 'Where are we now?', una desconcertante balada que retrata
sus vivencias en el Berlín de los setenta. Con la fecha clave en ciernes, ayer
lanzaba un nuevo videoclip para 'The stars (are out tonight)'. En la pieza,
dirigida por la veterana Floria Sigismondi, Bowie comparte protagonismo con la
oscarizada Tilda Swinton.
El privilegio de escuchar 'The next day' por primera vez ha
correspondido a la prensa británica, que no ha tardado en deshacerse en elogios.
Los hay hiperbólicos, caso de 'The Independent' («puede ser el mejor álbum de
regreso jamás realizado»), pero también aplausos para un sonido que el 'Daily
Telegraph' tilda de «atrevido y precioso». Por su parte, 'The Times' destaca su
halo de misterio, «algo inaudito a una edad en la que todo ha sido explicado y
revelado».
Frente al entusiasmo generalizado, 'The Guardian' apuesta por cierta
cautela. El rotativo subraya que se trata de una obra «que invita a la reflexión
y ofrece una especie de índice de las obsesiones de su autor». Sitúa «su
densidad lírica y su riqueza cultural» en la onda de Scott Walker y, aunque lo
califica de «extraño», certifica el enorme potencial de sus canciones. «Puede
que esté destinado a ser recordado por la manera de publicitarlo y no por su
contenido», concluye Alexis Petridis en su reseña. A fin de cuentas, la cima que
supusieron 'Station to station' (1976) y 'Low' (1977) parece ya lejana.
Ahora bien, ¿cómo ha logrado un peso pesado como Bowie mantener en
secreto la grabación de un disco en esta época de rumores, filtraciones y redes
sociales? «Una cuestión de lealtad», afirma Tony Visconti, su productor y
estrecho colaborador desde 'Space Oddity' (1969). Lo cierto es que Bowie se ha
rodeado para la ocasión de fieles parroquianos, como el batería Sterling
Campbell o Gerry Leonard con la guitarra, que han sabido guardar las formas. El
sigilo ha sido tal que Rob Stringer, todopoderoso presidente de Sony Music, no
tuvo conocimiento de la existencia del disco hasta diciembre del pasado año,
cuando fue invitado al estudio para escuchar algunas canciones.
TÍTULO: EN LA PODA DEL FRUTAL BUSCO MÁS LA CALIDAD QUE LA PRODUCCIÓN,.Raúl
Moraga Rubio
Raúl
Moraga Rubio tiene 38 años y, como reconoce, lleva casi toda su vida ligado a la
agricultura ya que se crió con su padre en el campo.
Raúl Moraga Rubio tiene 38 años y, como reconoce, lleva casi toda su
vida ligado a la agricultura ya que se crió con su padre en el campo. Es natural
de Valdivia, una población agrícola y frutícola por excelencia. Aunque estuvo
cinco años trabajando en la empresa Aqualia, finalmente en 2005 se hizo autónomo
y, tras la jubilación de su padre, empezó a llevar la explotación familiar con
su hermano.
-¿Llevan mucha superficie?
-Todo lo que tenemos son frutales. Hasta el año pasado tuvimos tres
hectáreas y media de maíz, pero también la hemos puesto ahora de frutales. En
total llevamos unas 12 hectáreas, de los que 8 son de nectarina y 4 de
ciruela.
-Usted que probó otro trabajo. ¿Cuál le resulta más sacrificado?
- Sin duda, la agricultura es bastante más sacrificada que cualquier
otra profesión. En mi anterior trabajo tenía el sueldo y la nómina asegurada a
final de mes. Sin embargo, en la fruticultura, hasta final de año no sabes cómo
vas a escapar económicamente. De hecho, en los tres últimos años hemos cerrado
cubriendo costos de producción, e incluso hay compañeros que han perdido dinero
con los precios que han dado a la fruta.
-¿Por qué ha apostado todo a una carta por la fruta?
-Bueno, porque creo que es un sector en el que tengo esperanza de que
aún tiene mucho que dar. Lo único que nos puede salvar hoy es producir fruta de
calidad, que es lo que demandan los mercados. Además, en un año bueno en la
fruta se pueden sacar buenos rendimientos.
-Creo que usted le da mucha importancia a la poda ¿no?
-Sí. En el campo hay mucha gente que sabe cortar ramas, algunos de
ellos que no han estado nunca en el campo y que provienen de otros sectores como
la construcción, pero realmente no son profesionales. En este sentido, creo que
la administración debería invertir más en formar a más profesionales en este
campo, ya que la poda deja bastante dinero. Yo afortunadamente, tuve a un buen
maestro que me enseñó y luego también aprendí mucho de mi padre. Por eso, cuando
terminamos nuestros frutales, siempre nos llaman para ir a otras fincas. En mi
opinión, una buena poda da calidad a la fruta. Según como la hagas, le puede
entrar el sol por todas las partes y eso incide luego en el color, el sabor y el
calibre. En la poda del frutal, yo personalmente busco más la calidad de la
fruta que la producción. En mi opinión, la mejor poda es dejar al árbol con
cinco brazos principales con sus respectivas ramas secundarias. Hay gente que
prefiere quitar todas las secundarias y dejar el árbol con ocho o nueve brazos
principales. Yo considero, que unas buenas ramas secundarias dan igual de fruta
que una principal. Y además, benefician más al árbol, a la hora de darle más sol
y de facilitar luego el entresaque y la recolección.
-¿Qué labor de éstas que me alude es más importante en los
frutales?
-Yo creo que es el conjunto de las tres. Hay que empezar con una
buena poda, y dejar al árbol con buenas ramas, luego realizar un buen entresaque
y dejar las piezas que puedan aportar mejores calidades, echar abono,
fertilizante y acabar con una buena recolección.
-¿Cuáles cree que son los principales problemas del campo?
-El principal problema es el precio que al final acaban pagando al
agricultor por su producto. Es impresionante ver el precio que se le cobra al
consumidor final por una fruta que nosotros, muchas veces, dejamos en el árbol
porque sabemos que en la central la echan para atrás. A nosotros nos exigen
fruta de calidad, que va para todo el mundo, pero luego al final de año muchas
veces ese trabajo no se ve recompensado. Por eso creo que se deberían poner
soluciones desde las administraciones, porque si no se da una solución rápida
muchos lo pasaremos mal.
-El cooperativismo es vital ¿no?
-Sin duda. Yo pertenezco a Frugalia, de Tany Nature. Y está claro que
sin las cooperativas tendríamos poca fuerza. Creo que en este sentido deberíamos
luchar todos juntos, sin tener en cuenta de la cooperativa que sea cada
uno.
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