El marroquí reflexiona en
su última novela sobre la inmigración y las relaciones de
pareja.
Mois Benarroch-foto-, el
escritor que exhala diversidad
ISMAEL CRUCETA
Mois Benarroch es marroquí
de nacimiento, judío, vive en Jerusalén y su lengua materna es el español. Pero,
por encima de todas estas cosas, es escritor. Se crió en Tetuán, le educaron en
una escuela francesa de judíos en la que se estudiaba, además de la lengua
francesa, el árabe, el hebreo y el inglés. “Pero todos hablábamos en español”,
recuerda.
De esa transmisión oral de
la lengua viene que Benarroch, tras años de escribir en hebreo y en inglés, se
decidiera finalmente por su lengua materna para sus libros. “Sentí la necesidad
de escribir en español”, afirma. “No fue fácil, lo hablaba de forma natural pero
no sabía escribirlo bien, puesto que nunca lo había estudiado”,
añade.
Desde que sintió “esa
necesidad”, han pasado ya más de diez años en los que no ha parado de leer
literatura contemporánea en español, bebiendo de autores como Jorge Luis Borges,
Antonio Muñoz Molina o Javier Marías. Y ahora, después de editar poemarios y
novelas, ha publicado Amor
y exilios, de la Editorial Escalera, el que define como su libro más
ambicioso y que presenta ahora en la capital de España.
“Esta novela, más que
ninguna otra, me dejó vacío, ha sido como llegar a una especie de cima”,
explica. Amor
y exilios es una novela formada por siete libros en los que trata el
tema de la diáspora entre varias parejas en diferentes lugares, pero en la que
abarca, además, los grandes temas de la literatura universal, como puede ser la
religión, la muerte o la sexualidad, con una narración amena y dinámica que
seduce al lector e invita a leer sin descanso cada uno de los volúmenes por los
que está compuesto.
El viaje a
Israel
El escritor lleva la diversidad
en la sangre. “A los 13 años me emigraron a Israel”, afirma, para hacer hincapié
en que la decisión de abandonar Marruecos no la tomó él, sino que fue algo que
su familia casi se vio obligada a hacer, ya que, a principios de los años 70 del
siglo XX, casi había desaparecido por completo la comunidad judía de Tetuán.
Benarroch reconoce que estuvo diez años “con la cabeza agachada”, hasta que
conoció a su esposa, lo que terminó de culminar su proceso de integración en la
sociedad israelí.
“El amor lo puede casi
todo”, reconoce entre risas. A pesar de este proceso migratorio satisfactorio,
el escritor habla de un problema que pasa inadvertido a los ojos del mundo, y es
que, más allá del conflicto palestino-israelí, señala que dentro de la comunidad
judía hay un problema de integración. “Los judíos polacos, ucranianos y rusos
son de una clase social más elevada que los judíos de orígenes árabes”, cuenta.
El escritor reconoce que sus libros no son sociológicos, pero que estos temas
resurgen y que sorprenden mucho a los lectores europeos que no conocen de la
existencia de estos problemas internos.
Exilio y literatura
“Creo que si no hubiese emigrado escribiría cosas diferentes, quizá ni sería
escritor”, afirma Mois Benarroch, que considera que vive dos vidas a la vez: la
posible del que no emigró y la del inmigrante. “Mis personajes son marroquíes y
la mayoría son judíos”, explica, marroquíes que viven en París, en Madrid, en
Caracas, donde hay una comunidad importante de judíos que ahora, “por culpa de
Chávez, está reemigrando a Miami”, dice sin pelos en la lengua. Benarroch se
siente marroquí, aunque reconoce que su país es, para él, el Marruecos donde
había una comunidad judía. “Creo que emigrar intensifica la relación con el país
de origen, tanto para bien como para mal”, concluye.TÍTULO; LA HORMA DE MI ZAPATO PATRICIA CASTRO LA NADADORA,.
Pontevedra, 22 mar (EFE).- La nadadora Patricia Castro, que hoy
consiguió la marca mínima para competir en los Mundiales de Barcelona 2013 en
los 200 libre, declaró entre sollozos al salir del agua: "Por primera vez en
tres años he confiado en mí".
Castro, que fue segunda tras Melanie Costa en la final de los
Campeonatos de España, dijo en Pontevedra: "Tenía la espinita clavada desde Roma
2009. He cambiado sobre todo la mentalidad, ha sido gracias sobre todo a mis
entrenadores, mi grupo y mi psicólogo".
"Después de Londres 2012 me dije: tengo que cambiar de forma
radical, y así ha sido. Mi forma de hacer las cosas no era la mejor, no por la
presión de la gente sino por la mía", reveló la nadadora de Madrid.
Sobre su carrera deportiva señaló: "Creo que di el paso muy joven
al equipo absoluto y me metí enseguida en un buen puesto internacional y cuando
he tenido que dar el último paso no lo he sabido hacer".
Respecto al relevo 4x200 libre que España formará en Barcelona 2013
y en el que estará ella señaló: "Hay mucha gente buena en los 200 para hacer un
buen relevo; en Londres no quedamos con la espinita de que lo podíamos haber
hecho mejor,.
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