miércoles, 20 de marzo de 2013

HOY EMPIEZA LA PRIMAVERA POESÍA,./ ELEGANCIA AZÚCAR Y CASTA./ EL MAGO DE LOS SUEÑOS EL HORMIGUERO JORGE LUENGO,.

TÍTULO: HOY EMPIEZA LA PRIMAVERA POESÍA,.

La primavera es conocida como la estación del amor. Se trata de la transición entre el invierno y el verano, la época del año que nos trae las flores y los colores. Por eso la primavera aparece siempre como un sinónimo de vida y del renacer.
Poemas de primaveraEn el hemisferio sur, según la astronomía, esta estación comienza con el equinoccio de primavera (entre el 22 y el 23 de septiembre) y finaliza con el solsticio de verano (el 21 de diciembre). En el hemisferio norte, en cambio, la primavera comienza entre el 20 y el 21 de marzo y termina el 21 de junio.
Más allá de la fecha indicada, esta estación es recibida con alegría en todo el mundo. Y los poetas, por supuesto, nunca fueron inmunes a sus encantos. Así, son muchos los poemas que fueron escritos en honor a la primavera.
El cubano José Martí es el autor de “Con la primavera”, que comienza con los siguientes versos:
Con la primavera
Viene la canción,
La tristeza dulce
Y el galante amor.

El uruguayo Juan Cunha, por su parte, escribió en “Vine para decir tu primavera”:
Vine para decir tu primavera
Digo para nombrar dulce tus aves
Por abrirte las flores que tú sabes
Para hacerte de todas la primavera

Ernestina de Champourcin fue directa y precisa, al titular un poema de su autoría simplemente como “Primavera”:
¡Toda la primavera dormía entre tus manos!
Iniciaste en un gesto la fiesta de las rosas
y erguiste, enajenada,
esa flecha de luz que impregna los caminos.

Por último, cabe destacar que la chilena Gabriela Mistral (la poetisa preferida de los lectores de Poemas del Alma), ha sido la creadora de “Doña Primavera”:
Doña Primavera
de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:

Rosas de alegría,
rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación.

TÍTULO: ELEGANCIA AZÚCAR Y CASTA.

.Faena de Ponce, recital de Morante, cumbre de Luque. Esa fue la secuencia de la tarde del cierre. Buena feria. Ya ven, esto es como acaba, ...
 
Faena de Ponce, recital de Morante, cumbre de Luque. Esa fue la secuencia de la tarde del cierre. Buena feria. Ya ven, esto es como acaba, les diría que son los inescrutables misterios del toreo. Las afiladas lanzas de los pronósticos acabaron en dulces cañas del más azucarado toreo. Elegancia, azúcar y casta, exactamente. Esa fue la escala de la última tarde, festejo que se paseo por el abismo del fiasco y acabo en un recital tras otro. De la sima a la cima. De un par de toros, pura ruina, capaces de acabar con la fe del más acérrimo a la a la nobilísima obediencia del toro quinto que despertó la santa inspiración de Morante; de la ruina, otra vez ruina, del toro sexto, a la bravura poderosa, estaba de Dios que fuese así, del toro sobrero de Jandilla, vaya feria buena que ha echado Borja, que saltó a la arena para abrochar el abono y aupar al joven Luque a lo alto del escalafón, ¡Bienvenido al mundo de las figuras!.
Llevábamos dos toros de Juan Pedro, en realidad tres si contamos el primer sobrero con el hierro de Parladé que hizo segundo bis y nadie daba un duro por la tarde. Peor aún. La gente maldecía a los juampedros, al que los crió y al que los eligió. Y no les faltaba razón, solo que el toreo no es ciencia exacta ni hay reglas definitivas, afortunadamente, ni razones que impidan pasar de la decepción al éxtasis. Y se pasó, se pasó. El clímax llegó con la faena de Morante al quinto, una barbaridad, el toreo por vía de la inspiración, la gracia, la compostura, la creatividad, en lo fundamental y en lo accesorio que de pronto cuando el de la Puebla está en vena como lo estaba ayer, alcanza rango de fundamental. El toreo con una velocidad menos, transformación e ensimismamiento, el mentón en el pecho, las muñecas sueltas, miel, para volar los engaños, la cintura a compás y la imaginación desbocada. Cosa de los ángeles sin querer ponerme cursi. En realidad quiero decir que esas cosas que se le ocurren a Morante no son de este mundo ni está al alcance de los mortales ni siquiera ¡qué monstruosidad! llega a ser comprensible para todos, ahí tienen a don Amado Martínez que no entendió aquello o se agarró a la contabilidad para valorar lo que era pura espiritualidad. Seguramente no había mayoría aritmética de pañuelos, los debió contar, seguro, eso es fácil, uno, dos, tres. pero han de saber que en situaciones así debe imponerse el sentimiento a la letra y si las cuentas de la primera oreja no salen, con no darle esa primera y sacar el pañuelo de la segunda se ahorra uno el bochorno de que te echen en cara no haber premiado semejante obra de arte. En cualquier caso a tomar viento las orejas, aquella pieza de la más pura orfebrería torera, quedará en la memoria de los que sean capaces de sentir el buen toreo. Los demás a contar pañuelos.
A ese toro Morante lo toreo con insistencia, hasta una decena de verónicas de salida ganándole terreno para rematar en la boca de riego con una media extraordinaria. Quitó por lances, le replicó Luque por finas y ajustadas gaoneras y le contrareplicó Morante con un manojo de chicuelinas plenas de gracia y ajuste. Y todo seguido los estatuarios de arranque y el desiderátum que les he contado. Faena tan intensa como extensa, esa fue otra de las peculiaridades del Morante de ayer, él tan dado a la brevedad se explayó hasta el mismísimo aviso. Luego lo mató de media y dos golpes de descabello, detalle que no sé si a aquellas alturas importaba mucho.
Hasta valió la pena haber aguantado las primeras y ruinosas apariciones de los juampedros, ni Ponce ni Morante tuvieron opciones en sus primeros. Si al final aparece uno como ese quinto capaz de inspirar al artista lo damos todo por bien sufrido. En realidad el tercero y el cuarto, sin fuerza pero con clase ya habían permitido recuperar el buen tono de la tarde.
Luque venía con el celo de los toreros jóvenes que ya se sienten fuertes y a punto para dar el zarpazo. Le replicó con desparpajo a Morante en la capa. No es la primera vez ni seguramente sea la última porque él también es de los pocos elegidos que manejan la capichuela con soltura y gracia. Poca tela y mucho ajuste. Su estado de ánimo ya lo mostró en su primero, un colorado precioso y recortado, tan noble como justo de fuerzas al que hizo el toreo con cadencia y el mejor ritmo, con gusto y suficiencia, logró que no se le desbocasen los caballos de la juventud y todo surgió elegante y torero, con argumento y pausa. Lo mató de gran estocada y la muerte lenta y espectacular del toro puso en sus manos la primera oreja de la tarde.
Lo grande vino en el toro que cerraba plaza. Se fue para atrás un juampedro birrioso y apareció un jandilla entero y fuerte y con él otra versión de Luque, esta más capaz, más dura, la necesaria para ir sometiendo al jandilla y acabar toreándole con profundidad sobre la mano derecha, reunido, enfajado decían mis mayores, descargado sobre los talones y al final ese toreo filigranero de las luquecinas, muleta del revés, los pies asentados, los cambios de mano por la espalda y la locura del público.
Volvió a matar con espectacular contundencia y esta vez cuentas presidenciales y méritos coincidieron y hubo doble trofeo.
Ponce inhabilitado por el espantajo que abrió plaza y zaherido por los aficionados en su derecho de exigir, le hizo faena elegante y suave al cuarto, toro de buena clase y no sobrada emoción.
Lo midió a la perfección, lo templó y le sacó lo que parecía tener y una cuarta más. Todo arrancó con un templado toreo de capa, quite incluido, se prolongó en una faena poncista, de relajo y buen gusto y se remató con varios pinchazos que redujeron el premio a una cerrada ovación. Con el honor a salvo y el disgusto a flor de piel abandonó la plaza entre aplausos y algún pito.
La banda por fin sonó como le corresponde a una plaza y a una tierra como la nuestra, con categoría y oportunidad; que el público, maravillosa metamorfosis, vibró con el mejor toreo para desdecir a aquellos que solo le señalan en las tardes de fiesta y desafuero; que al final los nubarrones de la crisis fueron menos de los que se temían; me quedo con el espectáculo y la dulce resaca de una tarde como la del cierre en la que reinó el mejor toreo.

TÍTULO:  EL MAGO DE LOS SUEÑOS EL HORMIGUERO JORGE LUENGO,.

Nacido en Cáceres el 18 de febrero de 1984, Jorge Luengo Tabernero es un destacado ilusionista. Caracterizado por su ingenio innovador, en 2006 fue galardonado con el premio nacional del Congreso Mágico Nacional francés, en 2008 con el primer premio en el Nacional de Magia español, y en 2009 con el premio Mundial de Magia celebrado en China en la categoría de Invención, una de las mayores distinciones que un mago puede alcanzar. A su palmarés se suma el premio mundial al Talento, otorgado en Bruselas en 2010 por la Comisión Europea.
¿Qué es la magia para Jorge Luengo?
Para mí la magia es un arte cuyo objetivo es ilusionar y hacer soñar a las personas. Creo que, como todas las artes, éste es su objetivo, aunque la magia es un mucho más efímera.
¿Cómo se hace uno mago?
Uno se hace mago día a día, creyendo en lo que hace e intentando cumplir los sueños. Es una tarea que requiere 24 horas al día, pero me encanta lo que hago y no me canso de pensar y diseñar nuevas ilusiones para no dejar nunca de innovar y sorprender.
Durante este tiempo has realizado galas y espectáculos por todo el mundo en lugares como el Museo del Louvre de París, y para artistas como Alejandro Sanz o Cristiano Ronaldo o para la Familia Real española. Cuéntanos alguna anécdota.
Muchas son las anécdotas que podría contar con personajes conocidos. Una de las cosas que me causó mucha sorpresa, al tiempo que satisfacción, fue que después de hacer un número con Cristiano Ronaldo, en camerinos me pidió una carta dedicada para su sobrino, ya que le encanta la magia. Es una situación tan inesperada como la que me sucedió al compartir escenario con Joaquín Sabina, quien me comentó que no creía en la magia, pero que, después de verme, su opinión había cambiado por completo.
¿Cuál es tu número de magia preferido y cuál suele gustar más al público?
Mi número preferido siempre es aquel que tengo entre manos. Respecto al que le suele gustar más al público, tengo que decir que depende, a los niños les suelen gustar más los números con animales, a los hombres los de cartas y a las mujeres los musicales. Como bien se dice, para gustos los colores.
¿Te llevas el trabajo a casa y haces magia para llegar a fin de mes o para ligar?
Para ligar nunca lo he hecho, y para llegar a fin de mes pues, con la que está cayendo, no digo que no, casi como cualquier persona.

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