martes, 12 de marzo de 2013

UNA NOVILLADA SIN SOBRESALTOS,./ SE BUSCA PAPA ENÉRGICO,.

TÍTULO: UNA NOVILLADA SIN SOBRESALTOS,.

 UNA NOVILLADA SIN SOBRESALTOS,.


  1. Una novillada sin sobresaltos


    La tercera de las tres novilladas de Fallas fue de jandillas. Cuatro, con el hierro de la estrella, que es ahora seña de Jandilla y fue en su día de 
     
     
    La tercera de las tres novilladas de Fallas fue de jandillas. Cuatro, con el hierro de la estrella, que es ahora seña de Jandilla y fue en su día de una de las ramas de Saltillo; dos, con el de la T mayúscula y el título de Vegahermosa. Los unos, de Borja Domecq; los otros, de sus hijos. El programa de mano y el tablón de anuncio de peso, divisa, número y nombres dieron a los de Vegahermosa nombres femeninos: 'Estornina' y 'Holgazana'. Nombres de vaca. Una rareza.
    El primero de los vegahermosas tuvo de salida rebote triscado y caprino, pareció derrengado, sacó más nobleza que fuerza. El sexto, que vino al caballo a gatas, fue toro a su aire, un punto pegajoso, no llegó a verse propiamente bien. Marzo es un mes temprano para los novillos y eso se acusa. Ha habido decepción general. Sin viento, tan condicionante, tal vez cuarto y quinto de Jandilla habrían lucido bastante más. Y el primero de los dos de Vegahermosa, también. Solo que el primero, imberbe, inofensivo, sumiso y llorón, y el segundo, aplomado y desinfladíto, dejaron marcada la cosa.
    Quien más bulló, incansablemente, fue el torero de la tierra, Jesús Chover, de Benimamet, en la periferia de Valencia capital. Largas cambiadas de rodillas, faroles de rodillas también, muletazos de hinojos en el primer turno. Y casi el mismo repertorio en el segundo, que, a favor de toro, salió más logrado porque el toro tuvo mucha más conversación y más gana de pelea.
    No volvió la cara Chover, sino todo lo contrario. Compartió tercio de banderillas con Vicente Soler en los cuatro toros de sus lotes. Valeroso, animoso, despejado, descarado, se fue a los medios con el cuarto, le hizo seria faena y le pegó algún muletazo bueno sin echarse atrás ni perder pasos. Pero no pasó con la espada. Silencio y saludos.
    Tomás Campos, valor sereno
    Lo más clásico y de más asiento corrió a cargo de Tomás Campos, extremeño de Llerena, tierra de iluminados y heterodoxos pero tierra taurina también. Tomás es de valor sereno sin aspavientos. Va y sale con elegante sigilo, es calmoso y hasta parsimonioso toreando, se encaja con genuina firmeza, sabe colocarse, maneja engaños con suavidad. No contó nada de lo que hizo al segundo, que tuvo algo de toro inexistente, pero sí se dejaron sentir sus claros modos con el quinto a pesar de que el viento no le dejó salirse de rayas: toreo al natural de buena factura, cites con el medio pecho, toques que son enganches, toreo por abajo y rimado, lo que se llama buen gusto. Faena demasiado larga y que pecó de fría de puro equilibrada.
    Era solo la segunda corrida de Vicente Soler, que debutó con caballos el pasado miércoles en Castellón. No se entendió con el sexto, pero sí con el tercero. Un toque de arrebato y sorprendentes logros también: el toreo a la verónica de buenos brazos y fino temple, temple también al echarse a la izquierda la muleta y acoplarse, una estocada más que notable y recursos de banderillero.
    Estaba gente de Burriana en un tendido de sol y jalearon la cosa. También un anónimo Farina se arrancó por lo bajini y lo altini para ponerle un toque diz que flamenco a la tarde fría. 

    TÍTULO: SE BUSCA PAPA ENÉRGICO,.

    SE BUSCA PAPA ENÉRGICO,.

    1. Se busca Papa enérgico para revitalizar la Iglesia


      Estes martes por la tarde, en uno de los ritos más curiosos de la historia humana que aún sobreviven, 115 hombres, en su mayoría ancianos y ...
       
      Estes martes por la tarde, en uno de los ritos más curiosos de la historia humana que aún sobreviven, 115 hombres, en su mayoría ancianos y de varias razas, se encerrarán en una de las obras maestras del arte de todos los tiempos, un estímulo espiritual nada desdeñable, para elegir al guía de 1.100 millones de personas. Será la decisión más importante de su vida, probablemente la única con capacidad de influir en el curso de la historia y en la que pesa la grave responsabilidad de dirigir el rumbo de la Iglesia católica, un pequeño golpe de timón que se perpetúa periódicamente desde hace dos mil años a través de los papas, algunos buenos y otros malos. En la edad contemporánea todos los pontífices han sido de gran altura y personalidad, algo sorprendente ante la mediocridad habitual de los cardenales que los eligieron, pero es en esta crucial elección que hoy comienza en donde la Iglesia debe superarse de nuevo a sí misma en la excelencia y la intuición del futuro. Uno de los 115 debe ser especial.

      En algunos momentos, además, la Iglesia debe tiene que saber leer los tiempos para un cambio de ciclo histórico. Cerrar una era y abrir otra, que reajuste a la Iglesia en un mundo que se mueve. Este puede ser uno de esos momentos. Con Benedicto XVI termina en realidad, 35 años después, el largo pontificado de Juan Pablo II. Ratzinger era su 'ideólogo' doctrinal, su mejor hombre, y su mandato ha sido un epílogo con correcciones, pero ha dejado todo más o menos como estaba, y con los mismos problemas o peores. La batalla del nuevo cónclave está entre la continuidad con un Papa de corte similar o el cambio con la apertura de una nueva fase. Benedicto XVI, con su histórica renuncia y un último gesto hacia el futuro, ha dado pie ya en la forma a una ruptura. Puede ser visible de golpe a través de un Papa evidentemente distinto. Por ejemplo, de un país no europeo o de una raza que no sea la blanca. Sería una señal clara, y por eso se plantea por primera vez con posibilidades.

      PAÍSES CON MÁS CATÓLICOS

      El mundo visto desde Roma no se parece al real. Los tres países con más católicos del mundo son Brasil (126 millones), México (96) y Filipinas (75), empatado con Estados Unidos, donde un tercio de los creyentes son hispanos. Entre los primeros diez también está la República Democrática del Congo, con 31 millones. Pero en el Vaticano es como si se siguiera razonando con la lista de 1910, a saber: Francia, primer país con 40 millones, seguida de Italia (35), Brasil (21) y Alemania (16). Que los cardenales italianos sigan siendo con mucho los más numerosos (28) no es más que otro anacronismo. Para Ratzinger el objetivo prioritario seguía siendo Occidente y los creyentes perdidos de la vieja Europa. Tal vez sea la hora de situar a la Iglesia en la realidad actual de la fe. La opción de un Papa estadounidense suena con fuerza -Dolan, O'Malley, Wuerl-, por el dinamismo de sus candidatos y su naturalidad, que rompe los esquemas anticuados de Roma, aunque en doctrina sean perfectamente ortodoxos. Seguro que en la Casa Blanca no haría mucha gracia, pues la Iglesia de este país supone una dura oposición al aborto y otras políticas de Obama.

      El reto es encontrar el estilo y la fórmula para revitalizar la Iglesia, hacerla creíble, y afrontar el desafío de siempre desde el siglo I: anunciar lo que para la fe católica es la buena nueva, el Evangelio, para afianzar en la fe a los creyentes y tratar de convertir, o convencer, a los demás. Para ello en este momento parece contar, más que el aspecto intelectual, el impacto humano y la empatía instántanea de un Papa que contagie la fe y la dimensión espiritual, que transmita energía después de un pontífice que lo deja por falta de fuerzas. Sería alguien bondadoso como Juan XXIII, o con una sonrisa como Juan Pablo I, o con la ilusión de novedad y la perspectiva de grandes cambios que aportó Juan Pablo II. Los papables estadounidenses son en este sentido los que más huella han dejado. Un pastor, en definitiva, la palabra que más se oye estos días en el Vaticano, lo que equivale a alguien a quien confiar la Iglesia, con dotes para gobernarla y querido por los fieles. Que se sepa rodear de un equipo de buenos colaboradores y con agilidad para dirigirlos.

      Es cierto que los aspectos polémicos que han destacado estos días requieren soluciones: el modo de afrontar el escándalo de la pederastia en el clero, las filtraciones de 'Vatileaks' y los asuntos sucios que aún esconde el informe de 300 páginas entregado a Benedicto XVI, el desgobierno de la Curia y los problemas de funcionamiento de la maquinaria eclesiástica. Revelan sin duda una mentalidad dominante pero, por decirlo de forma brusca, son cuestiones prácticas que, queriendo, se pueden resolver en una mañana: se cortan cabezas, se toman decisiones enérgicas y se emprenden reformas. Basta poco para dar la señal de cambio. Por ejemplo si el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, dura más de tres meses, malo. Normalmente el 'número dos' se confirma y luego se pone otro al cabo de un año o dos, pero su gestión ha creado tales divisiones que debería pasarse página rápido. El IOR, el banco vaticano, es otro emblema de lo más turbio de la Curia y sus conexiones italianas que reclama un cambio de imagen.

      ACONSEJABLE QUE SEA JOVEN

      Para los cardenales también son acuciantes problemas menos evidentes para la opinión pública, como la colegialidad en el Gobierno de la Iglesia, es decir, un poder más compartido entre el Papa y los obispos, facilitar la participación de los laicos y, sobre todo, cómo volver a llenar la iglesias y los seminarios. Esta última cuestión sí es palpable para los ciudadanos, que sienten a la Iglesia ajena principalmente en las cuestiones sexuales. En realidad nada es de ahora, todos son retos pendientes desde el Concilio Vaticano II, celebrado en los sesenta.

      En 2005, tras la era Wojtyla, los cardenales tenían tal vértigo ante el hueco que dejaba que optaron por taparlo con Ratzinger, su extensión natural. En realidad era el único candidato a la altura, desvanecido el bloque progresista no había grandes divisiones entre los cardenales y por eso la elección fue rápida. Ahora es distinto. Hay que inventarse algo nuevo, hay un fractura tangible entre los electores y se barajan hasta una docena de nombres, como se le escapó el domingo al cardenal de Lyon, Philippe Barbarin. Se puede decir, como en unas elecciones, que serán decisivos los indecisos. Se ha hablado incluso de la idea de echar mano de un cardenal de prestigio de más de 80 años, fuera del cónclave, al tiempo que la prudencia aconseja buscar uno joven, para que no pueda surgir en su pasado ninguna sombra relacionada con la pederastia, que aparece por todos lados y hasta ha salpicado a Ratzinger por un caso cuando era arzobispo de Múnich.

      Como siempre, hay una enorme y descarada campaña de la prensa italiana por uno de sus cardenales, Angelo Scola, aunque su gran apuesta en 2005, Tettamanzi, ni se asomó luego en las votaciones. No se sabe hasta qué punto los papables mediáticos, muy condicionados por los medios italianos, son una ficción. En cuanto a la presión exterior, debe señalarse que no han sido escuchadas las campañas para evitar que entraran al cónclave una decena de cardenales relacionados con asuntos de encubrimiento de pederastia. Solo el escocés O'Brien, acusado de acosar seminaristas, ha renunciado. Es uno de los cónclaves más abiertos del último siglo y esta, y no la de 2005, es la elección realmente difícil para pasar página al ritmo de la historia. O seguir esperando a pasarla.

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