Tras su gélida imagen se esconde una mujer apasionada, honesta,
poderosa y muy sensible. Nicole Kidman es la gran estrella australiana de las
tres últimas décadas, una número uno que esta semana estrena la película 'El
chico del periódico', dirigida por Lee Daniels. Kidman asegura que en la
película aparece con unas características que no se habían visto antes en la
pantalla: la de una esposa de un preso por asesinato que quiere aprovechar cada
oportunidad en su propio beneficio. Entre el 2001 y el 2008, Kidman rodó 17
películas. Una de ellas, 'Las horas', la llevó a ganar el Oscar a la mejor
actriz. Pero para Kidman los días de viajar de rodaje en rodaje han pasado a la
historia. Ahora vive feliz en Nashville junto a su marido, el cantante country
Keith Urban, y sus dos hijas.
-¿Siente su papel de Charlotte Bless como un
riesgo?
-Llegué a pensar que no podía interpretarlo. Nunca antes me había
pasado algo así. El director me obligó a entrevistarme con cinco mujeres que
mantienen relaciones con reclusos y una de ellas me dio tanta energía que me
ayudó a encontrar el valor para representarla. Antes de conocerlas estaba
completamente asustada porque creía que no iba a poder dar una actuación
auténtica y eso me restó confianza. Pero una de las mujeres a quienes conocí me
dijo: 'No, tú puedes hacerlo'. Eso despertó mi seguridad. Es la primera vez que
me meto en un personaje de principio a fin. Una vez que estuve en la piel de
Charlotte, no salí de ella hasta que terminamos de grabar.
-¿Quiere decir que se convirtió en una actriz de
método para este papel?
-Sí. Hasta el punto de que nunca conocí a John Cusack durante el
rodaje. Él es mi pareja en la película y pedí que no nos presentaran. Decidí que
no iba a conocer a John, quería enfrentarme a su personaje, hablar con él solo
como su personaje. Que él hablara conmigo solo como Charlotte. Al final, el
último día vino a mi tráiler y me dijo: 'Hola, soy John'. Fue muy divertido.
-¿Cree en el método como ejercicio de
interpretación?
-Cada actor, cada artista, florece de maneras diferentes en
escenarios distintos. Y es importante dar espacio a cada uno para que el arte
fluya y se desarrolle. Eso es en lo que yo creo.
-¿Es difícil interpretar un personaje como
Charlotte y no juzgarla?
-Para mí lo importante era representarla de una forma que el público
la viera como una mujer real. No creo que esté loca porque, la verdad, considero
que muy poca gente está loca. Charlotte, para mí, es una mujer dañada, a quien
asusta la intimidad. Ese es un problema que sufren muchas personas que mantienen
relaciones con reclusos. Una vez que ellos salen, la relación suele cambiar y
eso fue precisamente lo que me interesó del personaje.
-Usted ha interpretado grandes personajes en el
cine. ¿Es justo decir que ahora hay mejores papeles femeninos?
-No sería injusto. Los personajes masculinos siguen siendo mejores.
Es una gran verdad y sé de lo que hablo. Se escriben mejores personajes
masculinos. Yo creo que hay que cambiar muchas cosas y me gustaría que se
escribieran más papeles para las mujeres.
-Durante un tiempo usted vivía obsesionada con
su trabajo; parece que ahora su vida es otra
-Valoro más el contacto con los seres humanos. Al final, te llevas
pocas cosas: ni tu casa, ni el dinero, ni los premios&hellip Lo que
realmente importa en la vida son las personas que quieres.
-¿Quién le inspira?
-Mi madre Janelle. Nos educó a mí y a mi hermana Antonia con firmeza
y nos ayudó a convertirnos en mujeres mentalmente fuertes. Mi madre es la mujer
más importante en mi vida. Ella guarda mi Oscar sobre una mesa de su casa, en
Sídney.
-Ha hablado de cambios. Ahora es embajadora de
Unifem, una organización de la ONU que lucha contra la discriminación y la
violencia de género.
-Es verdad, lucho por los derechos de las mujeres. He creado una
asociación para que las mujeres puedan llamar por teléfono si son atacadas. Sé
que muchas mujeres viven aterrorizadas, con miedo a denunciar su situación. Es
necesario brindarles ayuda. Yo soy una privilegiada, he tenido mucha suerte en
mi vida y trato constantemente de encontrar nuevas formas para devolver a la
comunidad algo de todo lo que yo he recibido. Las mujeres nutrimos el mundo, lo
cuidamos y hay mucho que se puede hacer gracias al poder de los sentimientos, al
poder de nuestra sensibilidad.
TÍTULO: LA COSA PARECE COMO MUERTA,.
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