domingo, 8 de septiembre de 2013

La tradición del mueble de castaño pervive en Hervás,./ Torres eléctricas que apuntan al cielo de tres continentes.

La tradición del mueble de castaño pervive en Hervás
Localidades como Hervás se han caracterizado por la elaboración de ... de las características de los muebles de castaño hechos de manera ...
 

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La tradición del mueble de castaño pervive en Hervás

Los productos se elaboran con madera maciza, comprada en serrerías de la zona, y manteniendo algunas de las prácticas artesanales como el ensamble de cola de milano para los cajones

El trabajo de la madera de castaño es una de las tradiciones de la zona norte de Extremadura. Localidades como Hervás se han caracterizado por la elaboración de muebles macizos o de cestos con este tipo de madera.
Sin embargo, como todas las tradiciones, corre el riesgo de desaparecer. «Somos pocas las empresas que mantenemos un taller y ya casi nadie hace cestos», reconoce Javier Montero, gerente de Muebles Montero.
Este joven, de 32 años, ha seguido con la saga familiar. Su abuelo era ebanista y su padre también se dedicó al negocio de la madera. En la actualidad, Muebles Montero, posee una tienda, una sala de exposición y un taller, donde fabrican sus productos. Pero algo ha cambiado en los últimos años. «Antes fabricábamos en serie pero ahora lo hacemos por encargo, ya que el volumen de trabajo es mucho menor», explica el gerente de una empresa que cuenta con cuatro trabajadores.
El proceso de elaboración de un mueble es muy similar, independientemente del producto final del que se trate. Todas las piezas que se hacen en las instalaciones de Hervás son de castaño macizo, que se compra en serrerías de la zona y se recibe en tablones.
Un proceso artesanal
La madera se mide y se corta según se necesite para la fabricación de los distintos productos que hay en el catálogo de la firma extremeña. «El diseño de los muebles es de mi padre, aunque también elaboramos productos que nos solicitan con un diseño diferente al de nuestro catálogo», afirma Montero.
El taller de la empresa cuenta con varias máquinas, todas ellas necesarias para el proceso de elaboración, y distintos bancos de trabajo. Además, hay salas diferenciadas en las que se procede al barnizado, al secado o al montaje de los elementos de metal, como los tiradores de las piezas.
Las máquinas por las que pasa toda, o casi toda, la madera son la sierra, la escuadradora y la lijadora. Una vez que finalizan estos pasos, la madera está lista para trabajar sobre ella, perfectamente pulida y con las medidas correctas para empezar a prepararlas de cara a que formen parte de los muebles definitivos.
Las piezas que llevan forma pasan por la máquina fresadora. Una de las características de los muebles de elaboración artesanal es que los distintos elementos, como los cajones, no encajan mediante guías sino gracias al trabajo de taller. Por este motivo es tan importante la fresadora, ya que los recovecos y las molduras de las piezas deben de ser perfectos para que el producto final sea de la calidad deseada.
En los bancos de trabajo se realizan todas las operaciones necesarias para encajar las partes de un elemento. Aquí se hacen los agujeros en los cantos de las piezas, se acoplan las espigas y se encolan. Una vez encajadas se sitúan en un banco provisto de unos gatos que aprietan el montaje para que una vez se seque el pegamento queden unidas.
Los cajones reciben un trato especial. «Los ensambles se hacen con una máquina de lazo, con lo que se consigue el ensamble tradicional conocido como cola de milano», comenta Montero, respecto a otra de las características de los muebles de castaño hechos de manera artesanal.
Los elementos, ya casi listos para formar parte del mueble final, tienen que pasar primero por la sala de barnizado. Este espacio tiene, como medidas de seguridad, un extractor para los gases de la pintura y una de las paredes cuenta con una cortina de agua. «El agua se lleva los vapores y los arrastra hasta el suelo para que desaparezcan y que no nos afecten», explica José Joaquín Barragán, uno de los trabajadores.
La mayor parte de los muebles, como las sillas o las mesas, se barnizan completos. Sin embargo, los cajones se barnizan por separado al igual que la parte del espejo de la cómoda.
Tras el secado del barniz hace falta colocar los tiradores a los cajones y a las puertas. Esto se hace en una sala apartada, de donde se llevan los muebles al espacio de exposición.
En Muebles Montero, también se venden productos que no se fabrican en sus instalaciones, como todos los artículos de descanso y de decoración: colchones, sofás o sillones, entre otros. En lo que respecta a las sillas, aunque sí se hacen en el taller de Hervás, los tapizados se realizan fuera. Además, otro de los trabajos que se realizan en la empresa es la restauración.
Todo ello con el objetivo de pervivir y de mantener la tradición maderera de la zona y, en concreto, la de las piezas de castaño.

TÍTULO; Torres eléctricas que apuntan al cielo de tres continentes.

- Antes de llegar al municipio cacereño de Trujillo se pueden ver dos torres de alta tensión que acaban de ser construidas por Imedexa, una ...
 

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Torres eléctricas que apuntan al cielo de tres continentes

Torres eléctricas que apuntan al cielo de tres continentesImedexa fábrica estructuras metálicas en Casar de Cáceres y Santiago del Campo, y exporta a África, Europa e Hispanoamérica

Antes de llegar al municipio cacereño de Trujillo se pueden ver dos torres de alta tensión que acaban de ser construidas por Imedexa, una empresa que lleva en Extremadura desde el año 1979. Concretamente en el Casar de Cáceres y en Santiago del Campo, pueblos en los que poseen dos fábricas que se convierten en el taller de un producto que cada día cruza las fronteras extremeñas y conquista nuevos rincones.
Imedexa (Industrias Mecánicas de Extremadura S.A.) es fabricante del sector metalmecánico y está dedicada desde su constitución al diseño y fabricación de torres y estructuras metálicas de celosía para tendidos eléctricos, crucetas y herrajes para postes de hormigón, seguidores solares, y torres de telecomunicaciones e iluminación de recintos. En definitiva, hace esas torres que están comunicadas unas con otras a través de cables, esas que ya son un elemento más en muchos paisajes.
Una de las responsables de que esto sea así es esta empresa que fabrica al año miles de torretas. «No puedo cuantificar el número exacto pero sí puedo confirmar que entregamos 20.000 kilos de toneladas entre angulares y chapas, el material del que están hechas las torres de alta tensión», detalla Luis Felipe de la Morena, director gerente de Imedexa, quien ha abierto las puertas de sus dos fábricas al Diario HOY para que los extremeños conozcan cómo se elabora este producto.
En dos naves, una de 14.000 metros cuadrados (Casar de Cáceres) y otras de 15.000 (Santiago del Campo) se lleva a cabo un proceso en el que trabajan 130 empleados.
En la primera de ellas reciben toda la materia prima que más tarde pasa a la zona de corte punzado y taladrado, y al marcaje de perfiles. Posteriormente es el momento del control de calidad. «Todas las piezas se someten a un doble proceso», comenta Luis Felipe.
Con ellas perfectamente seleccionadas pasan al departamento en el que sueldan cada uno de los angulares y la chapa. Luego, son transportadas a las instalaciones de Santiago del Campo, donde se hacen los paquetes que se introducirán en camiones para su posterior montaje en el lugar escogido, lugares que tras más de cuatro décadas de trayectoria son muchos.
Al principio, el ámbito de actuación de Imedexa se centraba en Extremadura y diferentes regiones de España. Un ejemplo de ello son las torres de alta tensión que forman la línea eléctrica entre Almaraz y Arroyo de San Serván.
Sin embargo, hace cinco años decidieron embarcarse en un proceso de internacionalización. «Seguimos una fórmula basada en paciencia, muchas ganas y un buen equipo», afirma De la Morena.
Esas claves hoy ya han dado resultados. «Ahora la situación aquí es complicada y va a serlo aún más por la reforma eléctrica. De todos modos, como en la mayoría de los sectores la crisis económica se ha notado. No obstante, cuando ésta empezó, nosotros decidimos buscar oportunidades en otros países», explica Luis Felipe de la Morena, quien detalla que el 60% de la producción la exportan. Lo hacen gracias al trabajo de las personas que forman los seis departamentos con los que cuenta la empresa: administración, calidad, comercial, informática, I+D, producción y técnico.
Hoy tienen presencia internacional en países de África como Gabón, Eritrea, Burkina Faso, Angola, Kenia y Camerún. De hecho, actualmente están trabajando en la construcción de torres de vigilancia y comunicaciones para la marina de Camerún.
También llegan hasta Hispanoamérica, hasta lugares como, Chile, Perú, Colombia y Panamá. En este último país, están elaborando el proyecto Colón Fase II, una línea eléctrica de 220 kilovatios cuyo objetivo es aumentar la capacidad de transmisión de la energía que se produce en el sector de la provincia de Colón.
Además de conocer tres continentes, Imedexa también se mueve por Europa, donde están construyendo la torre de telecomunicación más alta que han hecho hasta el momento. Se ubica en Alemania y tiene 225 metros de altura.

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