Champions League, Galatasaray - Real Madrid: así será la eficaz presión de los turcos para asustar a los blancos,.
- El equipo de Ancelotti arranca la competición en uno de los campos más calientes de Europa, el Ali Sami Yen, donde ya cayó derrotado en la pasada temporada.
- Las medidas de seguridad en el estadio son extremas, pero sus aficionados conocen todos los trucos para saltárselas.
Serán 52.000 aficionados los que intentarán presionar a Cristiano, Bale y compañía de todas las formas posibles. Son incansables, no dejan de animar en todo el partido y esa presión también influye en los árbitros.
Tal es el grado de pasión que ponen los turcos en las gradas, que la Policía no permite a los aficionados entrar al Ali Sami Yen con monedas por el riesgo de que sean lanzadas al campo o a la hinchada rival. Sin embargo, son capaces se saltarse las medidas de seguridad.
En cada partido que el Galatasaray juego en casa, las gradas se inundan de bengalas de todos los colores, a pesar de que es un objeto totalmente extrictamente prohibido por la UEFA. De hecho, el propio Real Madrid ya saben tuvo que pagar una multa después de que sus aficionados colaron bengalas en el Bernabeu en la pasada temporada.
Por suerte para los madridistas que acompañen a su equipo podrán entrar al estadio, algo que no ocurre en los derbis de Estambul. Los hinchas del Besiktas y el Fenerbahce no tienen el acceso permitido al estadio como medida de prevención.,etc,.
Se sabe que en el bosque hay polvo, pero no que el campamento de Telecinco iba a terminar como una pelea en el barro, con Lucía ...-foto.
Se sabe que en el bosque hay polvo, pero no que el
campamento de Telecinco iba a terminar como una pelea en el barro, con
Lucía Etxebarria diciéndole a Paolo Vasile que se siente como Luke
Skywalker cuando su padre le ofreció pasarse «al lado oscuro de la
fuerza». Las últimas estribaciones literarias de este culebrón han
terminado con una carta descarnada de la escritora al consejero delegado
de Telecinco, en la que admite que entró en 'Campamento de verano'«por
dinero, como una puta». Y prosigue: «Sí, usted me pagó, al principio. Yo
a usted nunca llegué a verle. Pero es usted el que paga, mueve y
decide. Y cuando me intenté ir, no me dejó usted marchar. Usted y otros
muchos me decían que si había entrado no podía salir. Entré en ello por
dinero, como una puta. Pero una puta puede decidir que quiere dejar de
practicar la prostitución, que quiere vivir una nueva vida. Y en ese
caso su chulo no tiene derecho a decir que como fue puta una vez, por
desesperación, tiene que serlo el resto de su existencia. Sí, he sido
puta durante ocho días, señor Vasile. No más». La escritora, que vivió
uno de los pasos más turbulentos por un reality de los muchos que se han
dado en la historia de la televisión española, sigue enfrascada en una
cruenta pelea en Twitter, la red donde se le ha sometido a un marcaje
férreo y en ocasiones agresivo.
«Cómo puedes seguir viviendo. Muérete ya», «Te voy a
ahorcar con las tiras de tu sujetador viejo» o «Víbora, eres una mala
zorra» son algunos de los comentarios que asegura recibir en su cuenta.
La escritora señala que en este clima que se ha creado alrededor de ella
«hay responsables que tienen nombres y apellidos» y apunta que el
culpable «no se llama Kiko, ni Mila, ni Mónica. Se llama, en todo caso,
Paolo Vasile, que es quien paga a estas marionetas».
«A los 46 años, he entendido por qué se suicida una niña de
doce», ha escrito en referencia a un caso de acoso escolar de Florida y
reitera que se ve desarmada ante los ataques en Twitter. «Bloquear y
reportar (paso imprescindible para dar de baja el perfil de un
infractor) de momento no sirve de nada. Los perfiles proliferan como
setas. Reportas uno, nace otro», se queja.
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