TÍTULO: Rayo Vallecano-0- Barcelona-4-,.
Rayo Vallecano-Barça: Messi tiene a tiro el récord de Raúl
Si Messi bate al Rayo, el 'pichichi' del Barça atrapará al del Madrid.
Lleva 322 goles oficiales como culé y hoy, su partido 250 en Liga.
Leo ha marcado siempre ante los vallecanos: siete en cuatro duelos
El Rayo nunca ha escapado a la voracidad del número uno mundial, insaciable destrozando un récord tras otro. Su lista de víctimas es inagotable. Ahora le toca a Raúl por partida triple. Tarde o temprano consumará otro 'hat trick'.
Messi ha estrechado el cerco sobre el madrileño, hoy en el Al-Sadd qatarí, en tres ránkings de prestigio. Leo es el máximo artillero del Barça con 322 goles oficiales. Sumando los amistosos está ya a 20 de los 369 de Paulino Alcántara. En el fútbol español sólo Telmo Zarra (335 en el Athletic) y Raúl (323 en el Madrid) han metido más a nivel de club.
Messi siempre ha batido al Rayo (un gol y tres dobletes en cuatro duelos). Con un par más, el 'pichichi' del Barça superaría al del eterno rival. Será su partido 250 en Liga, donde Leo ha marcado en 130 jornadas dejando su botín en 221 dianas, sólo seis menos que Raúl, que jugó 550, es decir, 300 más.
César, quinto en la tabla con 223 tantos en Primera, será el siguiente damnificado del rosarino. Y antes que Raúl, muy pronto también, caerá Di Stéfano (227). El récord de Zarra (251), cañonero absoluto de la Liga, quedará para dentro de unos meses.
Una vez superados esos dos resgistros de Raúl, la cacería triple de Messi tendrá la Champions como escenario. Leo se acerca a pasos agigantados a sus 71 goles. Sólo le faltan nueve pero tiene una liguilla asequible por delante y 26 años, una edad que convierte en inimaginables sus registros cuando cuelgue las botas.
La admiración entre el mítico '7' del Madrid y el '10' del Barça es mutua. Ambos son leyendas del fútbol si bien tanto los promedios realizadores como la cifra de galardonesindividuales decantan la balanza del lado de Messi, empatado aún con Raúl en Copas de Europa (3) y Ligas (6) conquistadas a lo largo de su carrera.
A ritmo de 90 goles
Leo sigue tirando del Barça, que afronta ahora tres partidos de Liga en una semana: hoy en Vallecas, el martes en casa ante la Real Sociedad y el sábado en Almería. Su racha goleadora es más de media vida en su enésimo arranque de temporada demoledor. Lleva nueve tantos en seis partidos.
El curso pasado empezó con 10 en ocho envites. De mantener su estratosférico promedio de 1,5 dianas por encuentro, acabaría el ejercicio con el Barça con 90 goles. Su récord es de 73 en la campaña 2011-12. ¿Imposible? Como siempre, con Leo, mejor no jugársela.
TÍTULO; Baloncesto , España-72- Francia-75-,.
BALONCESTO | EUROBASKET
España cae ante Francia (72-75) y se queda sin final
Orenga, Ricky Rubio y Mumbrú. EFE La selección española de baloncesto se quedó a las puertas de clasificarse para la final del Eurobasket de Eslovenia tras perder ante Francia (72-75) en un partido que siempre tuvo bajo control, pero que cambió de signo en el tramo final -prórroga incluida- merced al 'todopoderoso' Tony Parker (32 puntos).De esta forma, el conjunto dirigido por Juan Antonio Orenga pierde la oportunidad de jugar su cuarta final continental consecutiva. Los pupilos de Vincent Collet, que regresan a la lucha por el oro, se medirán al combinado de Lituania, que eliminó a Croacia en la primera semifinal. Los croatas serán el rival de España en la lucha por el bronce.
Los diestros Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera se inventaron dos grandes faenas al quinto y sexto toro, respectivamente, de la ...
Los diestros "Morante de la Puebla" y Miguel Ángel Perera se
inventaron dos grandes faenas al quinto y sexto toro, respectivamente,
de la corrida con la que se inauguró hoy la Feria de San Mateo de
Logroño, que les valieron cortar dos orejas cada uno y salir a hombros
del coso de la Ribera.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Vellosino, pobres de presentación, descastados, sin clase y rajados, a excepción del sexto, el más toreable. Pitados los arrastres de los cuatro primeros.
Enrique Ponce: cuatro pinchazos, estocada perpendicular y seis descabellos (pitos tras aviso); y estocada desprendida y descabello (ovación).
José Antonio "Morante de la Puebla": dos pinchazos, estocada atravesada y cuatro descabellos (silencio); y estocada fulminante (dos orejas tras aviso).
Miguel Ángel Perera: media trasera y atravesada (silencio); y estocada (dos orejas).
La plaza tuvo media entrada.
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DOS MILAGROS CON DIFERENTES ESTILOS
Ponce sorteó en primer lugar un toro muy protestado de salida por su escasa apariencia. Nunca debió salir a la plaza de Logroño un toro así. Pero, por si fuera poco, a la falta de presencia se sumó la falta también de esencia en su comportamiento, muy flojo, sin ánimo de embestir y rajándose además a las primeras de cambio.
Todo lo que hizo el valenciano fue a base de muletazos sueltos a media altura y sin apreturas, en una labor en la que el animal fue por un sitio y el hombre por otro. En la suerte suprema anduvo muy desconocido el torero, desconfiado y desdibujado sobre todo con el descabello, por lo que, al final, fue pitado.
El cuarto fue un toro brusco y sin entrega con el que Ponce anduvo más centrado, pero, igualmente, despegado y ejecutando un toreo a media altura. Faena, por tanto, tibia y ayuna de emoción.
El primero de Morante también recibió algunos pitos nada más hacerse presente en el ruedo. Pero las cañas se tornaron en lanzas cuando el de la Puebla del Río se estiró de capote. Preciosas verónicas en el recibo, saliéndose a los medios con mucho temple y jugando exquisitamente los brazos.
Excepcional también una puesta en el peto por chicuelinas al paso; pero en un proyecto de tercer quite el toro ya "cantó la gallina", evidenciando pocas fuerzas y amagando también por rehuir la pelea.
Y así fue. No aportó nada el astado en el último tercio, sin celo alguno, por lo que la faena de Morante fue un continuo quiero y no puedo.
Pero el entusiasmo total llegó en el quinto frente a un toro que al principio no parecía gran cosa pero que en las probaturas con la muleta ya se vio que podía servir si el torero le tocaba las teclas oportunas.
Y vaya si las supo tocar "Morante de la Puebla", que fue haciendo poco a poco al toro en una faena de menos a más, a mucho más, con fragmentos de toreo despacioso, relajado y de mucho gusto, de suma torería. Labor, además, en la que se vio a un torero disfrutando en la cara del toro, tanto que llegó a sonar un aviso antes de montar la espada, que entró a la primera y tuvo un efecto fulminante.
La plaza, blanca de pañuelos, pidió las dos orejas que, finalmente, paseó.
Al primero de Perera ya le costaba desplazarse en el capote, siempre con un trote cochinero y la cara muy suelta, y perdiendo además las manos en la muleta. Perera acertó a sujetarle en los primeros compases a base de mucho temple y llevarle siempre muy "tapado".
Pero aquello no fue más que un espejismo, pues muy pronto el animal se desentendió, buscando insistentemente las tablas ante la desesperación de Perera, al cual no le quedó otra que tirar la toalla.
Espoleado por el "lío" de Morante en el toro anterior, salió Perera frente al sexto, el mejor toro del envío por nobleza y duración, con el que el extremeño estuvo rotundo y compacto de principio a fin.
Dos pendulazos sin enmendarse y un cambio de mano por delante fueron la tarjeta de presentación de una faena de muleta poderosa y mandona de Perera, que anduvo muy preciso y exacto en todo momento, toreando con temple y mucha largura. Parón final de mucha emotividad y estoconazo hasta la bola. Dos orejas sin discusión.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Vellosino, pobres de presentación, descastados, sin clase y rajados, a excepción del sexto, el más toreable. Pitados los arrastres de los cuatro primeros.
Enrique Ponce: cuatro pinchazos, estocada perpendicular y seis descabellos (pitos tras aviso); y estocada desprendida y descabello (ovación).
José Antonio "Morante de la Puebla": dos pinchazos, estocada atravesada y cuatro descabellos (silencio); y estocada fulminante (dos orejas tras aviso).
Miguel Ángel Perera: media trasera y atravesada (silencio); y estocada (dos orejas).
La plaza tuvo media entrada.
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DOS MILAGROS CON DIFERENTES ESTILOS
Ponce sorteó en primer lugar un toro muy protestado de salida por su escasa apariencia. Nunca debió salir a la plaza de Logroño un toro así. Pero, por si fuera poco, a la falta de presencia se sumó la falta también de esencia en su comportamiento, muy flojo, sin ánimo de embestir y rajándose además a las primeras de cambio.
Todo lo que hizo el valenciano fue a base de muletazos sueltos a media altura y sin apreturas, en una labor en la que el animal fue por un sitio y el hombre por otro. En la suerte suprema anduvo muy desconocido el torero, desconfiado y desdibujado sobre todo con el descabello, por lo que, al final, fue pitado.
El cuarto fue un toro brusco y sin entrega con el que Ponce anduvo más centrado, pero, igualmente, despegado y ejecutando un toreo a media altura. Faena, por tanto, tibia y ayuna de emoción.
El primero de Morante también recibió algunos pitos nada más hacerse presente en el ruedo. Pero las cañas se tornaron en lanzas cuando el de la Puebla del Río se estiró de capote. Preciosas verónicas en el recibo, saliéndose a los medios con mucho temple y jugando exquisitamente los brazos.
Excepcional también una puesta en el peto por chicuelinas al paso; pero en un proyecto de tercer quite el toro ya "cantó la gallina", evidenciando pocas fuerzas y amagando también por rehuir la pelea.
Y así fue. No aportó nada el astado en el último tercio, sin celo alguno, por lo que la faena de Morante fue un continuo quiero y no puedo.
Pero el entusiasmo total llegó en el quinto frente a un toro que al principio no parecía gran cosa pero que en las probaturas con la muleta ya se vio que podía servir si el torero le tocaba las teclas oportunas.
Y vaya si las supo tocar "Morante de la Puebla", que fue haciendo poco a poco al toro en una faena de menos a más, a mucho más, con fragmentos de toreo despacioso, relajado y de mucho gusto, de suma torería. Labor, además, en la que se vio a un torero disfrutando en la cara del toro, tanto que llegó a sonar un aviso antes de montar la espada, que entró a la primera y tuvo un efecto fulminante.
La plaza, blanca de pañuelos, pidió las dos orejas que, finalmente, paseó.
Al primero de Perera ya le costaba desplazarse en el capote, siempre con un trote cochinero y la cara muy suelta, y perdiendo además las manos en la muleta. Perera acertó a sujetarle en los primeros compases a base de mucho temple y llevarle siempre muy "tapado".
Pero aquello no fue más que un espejismo, pues muy pronto el animal se desentendió, buscando insistentemente las tablas ante la desesperación de Perera, al cual no le quedó otra que tirar la toalla.
Espoleado por el "lío" de Morante en el toro anterior, salió Perera frente al sexto, el mejor toro del envío por nobleza y duración, con el que el extremeño estuvo rotundo y compacto de principio a fin.
Dos pendulazos sin enmendarse y un cambio de mano por delante fueron la tarjeta de presentación de una faena de muleta poderosa y mandona de Perera, que anduvo muy preciso y exacto en todo momento, toreando con temple y mucha largura. Parón final de mucha emotividad y estoconazo hasta la bola. Dos orejas sin discusión.
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