TÍTULO: EL DIVÁN DE OLGA IVIZA, Uli Hoeness ,.El ídolo caído en desgracia.
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Hoeness ha pasado de ser el flamante presidente del Bayern Múnich y
aclamado exfutbolista del club y de la selección alemana con quien ...
li Hoeness ha pasado de ser el flamante presidente del
Bayern Múnich y aclamado exfutbolista del club y de la selección alemana
con quien ganó la Eurocopa de 1972 y el Mundial de 1974, a ser un paria
de la sociedad tras salir a la luz su evasión de impuestos a través de
cuentas secretas en Suiza.
Este alemán de 61 años originario de la ciudad de
Baden-Württemberg, Ulm, en la frontera con Baviera, se vanagloriaba
siempre que tenía ocasión de ser un «ejemplo para la sociedad» y no
dudaba en criticar actitudes que él consideraba como inadecuadas, como
el hecho de no tener las finanzas en orden o no cumplir con los deberes
de ciudadano, como pagar los impuestos. Sin embargo, el escándalo que se
destapó a mediados de abril de su fraude fiscal dio al traste con la
imagen que tenían de él los alemanes, incluida la canciller alemana,
Angela Merkel, que no dudó en afirmar a través de su portavoz de prensa
que estaba «decepcionada» por las noticias sobre Hoeness.
El presidente del Bayern Múnich desde noviembre de 2009, un
hombre sin pelos en la lengua y con don de gentes, creció en una
familia conservadora católica junto a sus padres y su hermano menor
Dieter, que también sería futbolista. Su trayectoria en el mundo del
fútbol comenzó en el equipo local de Ulm. La compaginó con los estudios,
hasta que decidió abandonar su carrera de filología inglesa e historia
para dedicarse por completo al deporte.
En 1970, una llamada del nuevo entrenador del Bayern
Múnich, Udo Lattek, catapultó su proyección y el 15 de agosto de 1970,
con 18 años, debutó con los colores bávaros, pasando a engrosar una
plantilla formada por jugadores de la talla de Franz Beckenbauer, Gerd
Müller y Sepp Maier. Durante su etapa como jugador del Bayern Múnich
ganó tres copas de Europa, entre otros títulos, hasta que se lesionó en
la primavera de 1979 y tuvo que abandonar su carrera con 27 años. A
partir de ese momento comenzó su nueva vida.
El 1 de mayo de 1979 pasó a ser ejecutivo del Bayern Múnich
convirtiéndose, con 27 años, en el directivo más joven en la historia
de la Bundesliga. Desde ahí fue escalando posiciones hasta lo más alto y
compaginó su papel al frente del Bayern con la dirección de la fábrica
de salchichas HoWe, fundada en 1985 junto a Werner Weiss y que
suministra productos cárnicos a Aldi, entre otros grandes supermercados.
Durante más de 30 años residió en el mismo chalet adosado
en Ottobrunn, hasta que se mudó en 2006 a su actual casa en Bad Wiessee,
al lado del lago Tegernsee. Sin embargo, Uli Hoeness, casado, con dos
hijos y dos nietos, decidió dar un vuelco a su vida y emular a las
grandes fortunas que evaden impuestos gracias a sus cuentas secretas en
Suiza empujado por su pasión secreta por las especulaciones en Bolsa.
Pero la presión pudo con él y tras años de silencio, el
miedo a ser descubierto tras el fracaso del acuerdo fiscal que estaba
negociando Alemania con Suiza para regularizar las cuentas de los
alemanes en el país helvético, empujó al antiguo delantero a tomar la
decisión de autoinculparse. Hoeness acudió el pasado enero al fisco
alemán con la intención de desembolsar seis millones de euros por pagos
de impuestos atrasados.
De momento se desconoce la cantidad exacta que ocultó el
presidente del Bayern en Suiza, aunque los medios alemanes hablan de más
de diez millones de euros. Tampoco se conoce la procedencia de ese
dinero.
«Entre el año 2002 y 2006 jugué mucho con las acciones. En
algunos momentos incluso llegué a comprar y vender acciones día y noche.
Las cantidades fueron en algunos momentos extremadamente grandes. Era
un chute de adrenalina pura», confesó en una entrevista con el semanario
'Die Zeit', a primeros de mayo.
A pesar de todo el escándalo, que ha provocado que los
políticos le hayan dado la espalda mientras el club lo sigue apoyando,
Hoeness afirma no ser «una mala persona», aunque reconoce llevar muy mal
el hecho de haberse convertido en una oveja negra. «Estos días me
siento como si me hubieran catapultado al otro extremo de la sociedad.
Ya no pertenezco a ella», afirmó al semanario alemán.
La pregunta ahora es si Uli Hoeness conseguirá sobrevivir
al escándalo de evasión fiscal igual que sobrevivió en febrero de 1982 a
un accidente de avioneta, donde los otros tres ocupantes resultaron
muertos.
Su deseo. «Espero que en algún momento se me conceda la
oportunidad de poder explicarle personalmente a la canciller alemana
cómo pude llegar tan lejos en toda esta mierda», declaró Uli Hoeness al
diario 'Die Zeit' después de que saliera a la luz su fraude fiscal
La Fiscalía alemana investiga aún las cuentas suizas del
presidente del Bayern Múnich, acusado de ocultar más de diez millones de
euros al fisco alemán.
TÍTULO;RELATO DE POLICIACOS,. RASTREADORES DE ESPAÑOLES,.
Vázquez, García, Suárez... Cualquiera de estos apellidos
son la palabra mágica que James Fernández utiliza para reabrir el
pasado, ya sea en los registros de Ellis Island o en las lápidas de los
cementerios. Su misión, desenterrar la historia de los españoles que
emigraron a Estados Unidos.
Cuesta verlo como estadounidense, y no solo por la pausada
exquisitez con que maneja el idioma de Cervantes. La sangre española de
sus abuelos le late en las venas como a un quijote justiciero que no
quiere dejar a ningún compatriota en el olvido. Con sus dotes de
investigador, el hispanista de la Universidad de Nueva York (NYU) le ha
plantado cara a los historiadores descuidados que cada vez que
tropezaban con un apellido español le adjudicaban el episodio a un
mexicano si ocurría en California, o a un puertorriqueño si era en Nueva
York.
Con esas no se las dan a Fernández, que junto con su socio,
el documentalista Luis Argeo, está creando el mayor archivo interactivo
de la emigración española en EE UU (www.tracesofspainintheus.org). «Los
cementerios son lugares muy cinematográficos», explica Argeo. «Aunque
los muertos no hablan sus lápidas dicen muchas cosas».
Juntos han rastreado desde los hotelitos rurales que
montaron los españoles a principios de siglo en los Catskills
neoyorquinos hasta las acererías de Minnesota. Con nombres como Villa
Rodríguez, Villa Vitoria o El Cortijo Andaluz, los primeros no eran
difíciles de rastrear. En la época de bonanza la colonia española de
Nueva York escapaba del calor veraniego por la vereda del río Hudson.
Más tarde, durante la Gran Depresión, huían de la miseria de la gran
ciudad, y para los años 40 ya se les atribuía un archipiélago con 20
pensiones, y un hotel de cien habitaciones.
A los trabajadores del metal los encontraron en las páginas
de un periódico sindicalista, que se quejaba de los «más de 150
españoles» con que la Minnesota Acerera intentaba reemplazar «a los
negros del sur, que se han vuelto muy independientes desde la guerra y
piden salarios más altos y jornadas más cortas». Los patronos contaban
con que podrían explotar «fácilmente» a los españoles durante unos diez
años, porque no pedirían subida de sueldo hasta que ahorraran para
traerse a sus familias. «Y si el experimento se demuestra satisfactorio
traerán muchos más», explicaba una publicación de Duluth. «Como no saben
hablar inglés, no se les puede preguntar cuánto ganan».
Cuando el historiador Arnold Alanen escribió en 'The Labor
World' que «casi con certeza eran mexicanos», Fernández le preguntó qué
evidencias tenía. «Ninguna», le dijo éste, que creía aplicar la lógica.
Al contraataque, Fernández le mandó una treintena de documentos que
probaban la presencia de españoles en la industria metalúrgica de la
época, desde Ohio hasta Mississippi. «Es la fuerza de la ignorancia»,
suspira.
Honestos y laboriosos
Próxima parada, Vacaville (California), donde los
historiadores han atribuido las primeras huelgas de jornaleros a los
mexicanos. Fernández sabe que aquellos Melgar y Espinosa no venían de
tierra azteca, sino castellana y andaluza. Los caciques de Hawai,
desconfiados de la mano de obra asiática que empezaba a sindicarse,
decidieron buscar jornaleros blancos y dóciles en el sur de España para
sus plantaciones de azúcar, sin imaginarse que importaban por millares a
los anarquistas del campo andaluz. «A la primera de cambio saltaban a
California», dice Fernandez. Y de ahí a los libros de historia,
convertidos en mexicanos.
Fernández lo sabe de primera mano, como mucha de la
sabiduría que acumula. Se lo ha contado Mike Muñoz, nieto de uno de esos
inmigrantes, al que entrevistará dentro de poco en Sacramento, para
seguir compilando en vídeo los testimonios orales de esa historia
ignorada que desenrolla concienzudamente. La pista que corrobora la
existencia de una importante comunidad española la daba ya en 1911 'Los
Angeles Times', cuando hablaba de los «trabajadores buenos, honestos y
laboriosos» con los que los distribuidores de frutas californianos
estaban solucionando sus problemas de mano de obra. En 1937 una noticia
del 'San José Mercury News' no dejaba dudas sobre su origen. «Un
portavoz de las sociedades españolas del Valle de Vaca exige que se les
devuelva una copia de la película 'España en Llamas' y un proyector que
les fue incautado por la policía durante una redada. El jefe de policía
dice que el encuentro estaba instigado por comunistas. Cuatro hombres
fueron detenidos y encarcelados por ofrecer un espectáculo sin
licencia».
Historias es lo que no le falta a esta pareja de
rastreadores, acostumbrados a bucear en el tiempo por pura pasión, sin
que nadie financie sus aventuras. En su trastienda de Brooklyn, donde el
abuelo Fernández liaba los puros que aprendió a hacer en Cuba, el
patriarca debe de estar tan orgulloso de su nieto como los tioabuelos de
Argeo, que cambiaron las minas de zinc asturianas por las de Virginia
Occidental. No hay peor expolio que el del olvido.
James Fernández. Nacido en Brooklyn, Nueva York, 1961.
Doctorado cum laude en Lenguas Romances por la Universidad de Princeton.
Catedrático Hispanista de la Universidad de Nueva York (NYU).
Exdirector del centro King Juan Carlos I of Spain de la NYU. Autor de
varios libros, ensayos y vídeos sobre los emigrantes españoles en EE UU.
Comisario de varias exposiciones sobre los emigrantes españoles en EE
UU. (www.jamesdanielfernandez.wordpress.comUdpress.com)
Luis Argeo. Nacido en Piedras Blancas, Asturias, 1975.
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia
de Salamanca. Periodista y documentalista. Director de documentales como
Asturian US (2006), Balta (2008) o La casa de la abuela Marina (2008).
Comisario de la exposición Retrato de Familia.
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