TÍTULO; LA CARTA DE LA SEMANA, ES DE INTELIGENTES GASTAR EN ROPA DE CALIDAD,.
Roberto Torretta (nacido en Buenos Aires, pero en Madrid
desde hace casi 40 años) busca prendas que no parezcan un horror al año
siguiente de comprarlas. Es uno de los grandes de la moda de España y
cuenta con una legión de clientas importantes.
–Para ganarse la vida vendiendo moda, ¿30 años no son muchos?
– Por eso lo festejo. Me parece todo un éxito estar.
Alcanzar un nivel es difícil, pero se puede llegar. Lo meritorio es
mantenerse.
– Los diseñadores venden tendencias y usted busca ropa perdurable. ¿Se siente una oveja negra entre tanto moderno?
– ¡Nooo! Nosotros también evolucionamos. No tiene nada que
ver una colección mía de ahora con las de hace cinco años. Tengo un
estilo de ropa que me gusta y con el que me siento cómodo. He metido la
pata cada vez que me he dejado llevar por las tendencias más rabiosas.
Trato de evolucionar con mi estética y no revolucionar cada colección.
– La moda pasa, el estilo permanece. ¿Cuál es el de Torretta?
– Mi ideal de mujer es femenina, sofisticada, urbana, pero no es fácil reunir todo eso en una sola colección.
– Pensó que nunca se mantendría tanto tiempo. ¿Tenía poca confianza en sí mismo?
– Nooo. Ja, ja. Era mucho más joven y hoy las cosas se ven a
corto plazo. Por eso valoro la trayectoria que se dilata y perdura.
– Vino de Argentina y recaló en una España sometida a una dictadura.
– Llegué en el 74. Vivía Franco.
– ¿Qué recuerda de entonces?
– Yo venía de un Buenos Aires decadente, cosmopolita e
importante. Madrid me pareció muy grande, pero triste y gris. No había
nada de moda.
– Arrancó con el algodón como único tejido.
– Era la época del ‘jogging’. Descontextualizamos el mundo
del algodón, le quitamos su pátina deportiva y le dimos aire urbano. Ahí
empezó todo.
– Luego se consagró al cuero. ¿Acepta las críticas de diseñadoras como Stella McCartney al uso de pieles naturales?
– Hay un poco de hipocresía en todo eso. No sé de qué se
alimenta o se viste. Quizá no tenga nada que ver con pieles naturales.
Me parece muy bien su opinión. La respeto y no la comparto.
– ¿La crisis está haciendo añicos a los modistos españoles?
– Está haciendo añicos a todos. ¡Qué lástima que después de
30 años de ir para arriba y vivir todos mucho mejor, estos cinco
últimos sean tan tristes! Me entristece ver España así. La crisis está
haciendo añicos todo, a unos más y a otros menos, pero emocionalmente
nos afecta a todos.
– ¿Cómo sale adelante Torretta?
– Adaptándonos a la situación, reajustándonos,
achicándonos, trabajando más, diversificando el negocio... ¡Luchando
muchísimo! Tenemos licencias de un montón de cosas: cubertería, hogar,
gafas, joyas, exterior... Diseñamos etiquetas de vino, luces de Navidad
de calles...
– ¿Bombillas?
– Si lo tienes, el espíritu de marca se puedes trasladar a diferentes sectores.
– ¿Hay un tipo de ropa para tiempos de crisis?
– Bueno, está el ‘low-cost’. Por cierto, un mundo exitoso
en la crisis. Es una ropa de necesidad, pero hay otras opciones.
Vestirnos nos aporta un estado de ánimo. La ropa es una inversión, no un
gasto. Invertir en prendas que perduran y de calidad, me parece una
postura, para quien puede, muy inteligente.
– ¿Cuál ha sido el cambio más sustancial de la moda en los últimos 30 años?
– Con la globalización, se ha perdido un poco de
personalidad. Antes ibas a Milán, París, Nueva York o Madrid y la gente
se vestía de forma distinta. Se ha igualado todo mucho y eso no me gusta
nada.
– El peligro de la democratización.
– Se ha homogeneizado todo...
– Con tanto cambio, ¿los diseñadores tienen más o menos poder? ¿Se ha impuesto la industria sobre la creatividad?
– Mire, en épocas de crisis la creatividad sale para todo;
para proponer nuevos colores, nuevas siluetas, nuevos canales de
distribución... Hay que echar creatividad a todo. Yo tuve que volver a
ser creativo en muchos aspectos que tenía relajados.
«Pánico y pasotismo»
– ¿Se imponen los resultados a corto plazo?
– En mi caso, el primer impacto de la crisis fue pánico,
después pasotismo, indignación... y ahora realismo. Me dije: ‘¿Esto es
lo que hay?Pues oye. Deja de quejarte, todo lo demás no sirve y vamos a
hacer un proyecto a medio plazo’. Era una cuestión de salvación.
– Con la presentación en escena de su hija María, ¿prepara su retirada o un traspaso de poderes?
– ¡Nooo! Ja, ja. No pienso traspasar nada. María es una
chica de 27 años superpreparada. Vive la moda desde pequeña y me puede
aportar mucho, pero yo tengo mucha energía.
– ¿Deberá esperar para heredar?
– Iremos juntos de la mano. Yo le aportaré experiencia y ella toda la innovación y modernidad.
– ¿Los famosos de España hacen mucho por el diseño nacional?
– Creo que sí.
– Las alfombras rojas del cine están repletas de marcas foráneas.
– Sí. Usted lo ha dicho. Ellos piden que se consuma cine español, y yo moda española.
– Fue de los primeros modistos españoles en tirar de rostros conocidos. ¿Son imprescindibles para impulsar una marca?
– Son muy buenos. Yo tuve la enorme suerte de que esos
famosos eran amigos míos. No fue algo premeditado. Ojo, que no me parece
nada mal. Si una empresa puede invertir en un famoso, fantástico. Pero
no fue mi intención. Salió y sigue saliendo así. Muchos amigos vienen a
mi pasarela. Bastantes son importantes. Bienvenidos sean, pero por el
lado afectivo.
– Se ganó a la esposa de Aznar. ¿Qué le da a su moda?
– Ana usó ropa nuestra. Ahora, menos porque supongo que tendrá menos tiempo, pobre.
– ¿Tamara Falcó.
– Es monísima. Me encanta la imagen que está cogiendo.
– Pero ninguna como su musa, Nieves Álvarez.
– Nieves es un cañón. Como persona y como mujer. Está cada día más guapa.
TÍTULO; EL DIVÁN DE OLGA IVIZA CON La cuesta de septiembre,.
Sin solución de continuidad, las familias buscan y rebuscan para tratar de hacer más llevadera la subida. Usando un símil ciclista, encajan piñón y plato buscando el menor esfuerzo y gasto de energías, con la mirada puesta en la cima de la montaña, que se me antoja casi imposible.
Si de política hablamos, en los próximos días los que dirigen los destinos de esta tierra, tanto a nivel nacional como regional, se enfrentan a unos presupuestos que ya sabemos restrictivos. No va a haber sorpresas agradables y ya verán ustedes como unos y otros, cuando se conozcan, tratan de vender las bondades de unas cifras que serán para echarse a llorar.
Si analizamos lo hecho de hace un año a esta parte, comprobaremos como pocas cosas han avanzado en la línea de crecimiento, desarrollo y conclusión que nos prometían.
El AVE con Murcia está prácticamente paralizado. Sin dinero, sin obras y a la espera del milagro de los panes y los peces que no llega. Las desaladoras otro tanto de lo mismo y quizá sea mejor que sigan así. Las que existen están a rendimiento mínimo, por los altos costes que tiene desalar agua. De la autovía con Málaga poco nuevo que aportar en 365 días, a no ser el constante fluir de declaraciones de unos y otros y escasas máquinas en el tajo.
Si de la Junta de Andalucía hablamos y sus inversiones en Almería poco que aportar. La autovía del mármol sigue ahí, a la espera del verdadero empujón que una y otra vez nos prometen. Tampoco hay nada nuevo sobre las obras de la Plaza del Ayuntamiento, Cable Inglés o depuración de aguas residuales. Bien es verdad que si se ha percibido un notable esfuerzo por mantener las ayudas sociales a aquellos que más lo necesitan.
Ellos argumentarán que no es poco y posiblemente sea así. No dejar desprotegidos a los más débiles es un esfuerzo a tener en cuenta, pero no basta. Superado, o eso esperamos, el fondo de la crisis, llega el momento de avanzar en políticas públicas de crecimiento, sino expansivas, si más flexibles, en la búsqueda de la creación de empleo, desarrollo y crecimiento de una sociedad que pide a gritos cerrar una etapa negra y para olvidar, echar la llave, lanzarla al pozo y mirar al futuro con el optimismo y la fuerza que nos merecemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario