UN PAÍS QUE NUNCA SE ACABA
«Si lo hago mal, me echan»
Jesús Cimarro vendió su gestión en la Feria del Teatro de Castilla y León
Jesús Cimarro, director del Festival de Teatro Clásico de
Mérida, es de esas personas que visten trajes corrientes, llevan camisas
repetidas, usan gafas de oficinista metódico y se peinan sin ganas,
pero da lo mismo porque no tienen que recurrir al diseño ni a la
diferencia para destacar.
Hace un par de semanas, Jesús Cimarro estuvo en la Feria
del Teatro de Ciudad Rodrigo para hablar del modelo de gestión del
Festival de Mérida y nada más comenzar su charla, a las cuatro de la
tarde, con 35 grados a la sombra, tras un catering contundente a base de
patatas meneás, caldereta y repápalos y con la sala llena, apuntó que
lo suyo es la gestión cultural, dijo que su modelo de trabajo se basa en
la ecuación ciudad-economía-cultura y dejó caer una frase lapidaria:
«Reniego de cualquier gestor o artista que diga que no le importa el
público».
En los foros teatrales, se suele criticar a Cimarro por su
amor excesivo a las estadísticas y a los números, pero el gestor de los
teatros madrileños Bellas Artes y La Latina a través de su empresa
Pentación, que dirige desde hace más de 25 años, afronta su empeño
emeritense retador y tajante: «Si no lo hago bien, quiero que me echen,
por eso no firmo contratos largos, sino que prefiero renovar cada año».
La pretensión de Cimarro es vender Extremadura jugándose su
dinero. Parece apostar por convertir Mérida en una cita ineludible del
verano cultural europeo, situarla en la ruta del turismo de festivales
con Verbier, Bayreuth, Aix en Provence, Salzburgo, los Proms de Londres,
Verona...
En Ciudad Rodrigo detalló cómo en 2012, el Festival de
Mérida debía recaudar más de 900.000 euros en taquilla y si no era así,
él y su empresa corrían con el déficit. Recaudó 1.144.000 euros. De ese
superávit, el 85% era para el festival y el 15% para Pentación. Si el
año pasado asistieron al teatro romano 67.740 espectadores, este verano,
calculaba Cimarro en su charla, habrán ido más de 80.000. Más público
igual a más superávit.
Las cifras hacen sonreír a Jesús Cimarro y al Gobierno de
Extremadura. La cultura como una industria fundamental para el
desarrollo, con sus déficits y sus superávits marcando las estrategias.
¿Blasfemia o realismo? El debate está servido y Cimarro lo aviva
apostando sin ambages por un sector que mueve gentes, millones, riqueza,
empleo.
«El año pasado teníamos 25 acomodadores, este año hemos
llegado en ocasiones a 35. Empleamos a 327 personas, de las que más de
200 son extremeñas». Cifras, cifras, cifras: récord de apariciones del
festival en telediarios, récord de generación de noticias, récord de
impactos en la red y en los medios...
Cimarro también habla de planteamientos estéticos, de
recuperar las esencias grecolatinas, presume de que en 2013 seis
compañías extremeñas se han visto implicadas en el festival, pero cree
que sin público y sin superávit no se puede hablar de gestión cultural
eficaz. Recuerda que cuando el festival empezó a pagar las deudas con
las compañías, los medios y los proveedores, cambiaron las caras «de
mala leche a colaboración».
El auditorio de la ciudad salmantina no pestañea,
programadores y productores toman nota. Cimarro no escurre el bulto:
«Los premios Ceres son cuestionados por su coste, se dice que por qué no
destinamos ese dinero a los parados. ¿Es que la cultura no tiene
parados? Es falso pensar que la cultura no tiene trabajadores. Los
premios Ceres son la guinda que posiciona el festival y nos trae más
gente de fuera y más empleo».
Cimarro acaba su charla. En esta feria de Ciudad Rodrigo se
presentan y se venden producciones teatrales como en otras ferias se
presentan y se venden coches, muebles o productos de alimentación. Lo
que ha vendido Jesús Cimarro es su gestión y los compradores parecen
convencidos. Cimarro sale de la sala con su aire casual, sin
pretensiones. Sabe lo que quiere: no es un hombre, es un modelo.
TÍTULO; EL MILAGRO ERA FERNANDO ALONSO,.
Hace dos semanas, el Euskaltel-Euskadi, el equipo decano,
era un cadáver. La firma de telefonía, que había decidido abanandonar el
ciclismo, no encontraba comprador para su escuadra ciclista. Agonizaba.
Había dado ya la carta de libertad a los catorce corredores con
contrato. Era el final. Solo un milagro... El 22 de agosto, jueves, dos
días antes del inicio de esta Vuelta, Igor González de Galdeano,
mánager de la escuadra, recibió una llamada. Un amigo. Alguien que
conocía a Fernando Alonso. ¿Cómo va a desaparecer este equipo? ¿Por qué
no le llamamos a Fernando? La voz de un milagro.
Ahí, a contrarreloj, comenzó la negociación entre la
sociedad propietaria del Euskaltel y el sorprendente inversor. El piloto
de Fórmula 1, un apasionado del ciclismo, amasaba desde hace años la
idea de crear un conjunto ciclista. De hecho, ya meditó en 2009
construirlo en torno a Contador. Ahora, la situación desesperada del
Euskaltel le ha abierto esta puerta. Lo salvará. Respetará los contratos
en vigor (Samuel, Nieve, Antón, Ion Izagirre, Lobato) y, sobre esa
base, levantará un equipo que será «referente mundial» con
patrocinadores que él mismo aportará. Alonso y su pasión ciclista
rescatan al Euskaltel de sus cenizas.
El Euskaltel, tras sentirse ya jubilado, veía al fin una
luz. Por eso había ralentizado la concesión de las cartas de libertad.
Estaba a la espera de un milagro. Ya tiene nombre: Fernando Alonso. El
sábado por la noche, los asesores del piloto asturiano y los
responsables de Basque Cycling Pro Team (BCPT), la fundación que posee
la licencia UCI World Tour del Euskaltel, alcanzaron un principio de
acuerdo.
«Con Alonso todo ha sido fácil. Reconoce el trabajo que ha
hecho este equipo durante veinte años. Le gusta la filosofía, el trabajo
realizado. La transparencia que este conjunto», cuenta Galdeano.
«Alonso va a ser el líder del proyecto», que, en principio, se alargará
durante tres temporadas, el periodo de la licencia UCI World Tour del
Euskaltel. Ayer era la fecha para iniciar los trámites de esa licencia.
Alonso la ha comprado. El equipo será suyo. Al parecer, la sede se
trasladará a Asturias y en la estructura entrarán varios ciclistas de
esa comunidad y también algún técnico como Chechu Rubiera, exgregario de
Armstrong y amigo de Alonso. También suele pedalear con él por las
carreteras asturianas Samuel Sánchez, que será el líder del nuevo
equipo. La amistad ha sido un buen hilo conductor para tejer el acuerdo.
Alonso, que ha encargado una auditoría para conocer por
dentro el estado económico del Euskaltel, traerá nuevos patrocinadores
del equipo. El piloto es un imán para las marcas -es el que más ingresa
en la Fórmula 1-. Cuando el piloto asturiano llama, las empresas se
ponen firmes. Para Alonso, comprar la estructura del Euskaltel es
cumplir un viejo sueño. Ayer, en una nota, dibujó cómo será su versión
ciclista: «Ilusión, seriedad, sacrificio, evolución y transparencia son
las palabras sobre las que este equipo sentará sus bases. Estoy muy
ilusionado por entrar a formar parte de manera activa en el ciclismo y
poder contribuir en la medida de lo posible en la mejora de la imagen de
este deporte. La transparencia y la 'tolerancia cero' serán por tanto
los pilares fundamentales».
Agradecido a Alonso
Además de respetar los contratos ya firmados por Euskaltel,
Alonso dará un salto más «al incorporar a sus filas los nombres de los
mejores ciclistas del pelotón, con el fin de realizar una transición
moderada hacia un proyecto internacional que a medio-largo plazo tiene
la firme intención de convertirse en un referente a nivel mundial».
Alonso viene al ciclismo a ganar. Fiel a su carácter. Pero sin olvidar
la esencia del viejo Euskaltel, «un símbolo del ciclismo internacional».
«También quisiera -añadió el asturiano- mostrar mi agradecimiento a la
afición vasca que, en todo momento, y pese a las dificultades, se ha
mantenido al lado de su equipo». El piloto confía en que ese apoyo
popular continúe. «El equipo sigue», se felicitó Galdeano, incluido en
la nueva escuadra.
Alonso, que tiene en su plan de entrenamiento salidas casi
diarias en bicicleta hasta completar 500 kilómetros semanales, ha rodado
con Contador, Heras, Sastre, Samuel... Y ha visitado el Giro y el Tour.
Respira ciclismo, un deporte muy arraigado en Asturias, sede del
antiguo equipo Clas. «Algún día tendré mi propio equipo ciclista»,
anunció en 2007. Palabra de Alonso. Un año después encargó a su hombre
de confianza, Luis García Abad, sondear la posibilidad de realizar ese
sueño. Todo pasaba por fichar el mejor corredor español, Alberto
Contador.
Entonces, se calculó que haría falta una inversión de doce
millones de euros. Pero Contador tenía contrato con el Astana y el
castillo se desmoronó. Ahora, Contador está atado en el Saxo. No parece
probable su fichaje.
Carlos Timoteo Griguol
Carlos Timoteo Griguol | |
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Apodo | El viejo, el maestro |
Nacimiento | 4 de septiembre de 1936 (76 años) Las Palmas, Córdoba, Argentina |
Nacionalidad | ![]() |
Trayectoria como entrenador | |
Debut | 1971 Rosario Central |
Retirada | 2004 Gimnasia (LP) |
Trayectoria como jugador | |
Posición | Volante |
Debut | 1957 Atlanta |
Retirada | 1969 Rosario Central |
Biografía
Durante su carrera como futbolista entre los años 1956 y 1969 actuó en 392 partidos (entre primera división, Copa Suecia y Copa Argentina) y convirtió 32 goles. Debutó profesionalmente en Atlanta en 1957 y allí logró ganar su único título como jugador profesional: la Copa Suecia de 1958. En 1966 pasó a Rosario Central donde se mantuvo por 3 años, hasta que se retiró en 1969. Al finalizar su carrera comenzó a trabajar en las divisiones inferiores del club rosarino.De su paso como entrenador, comenzó dirigiendo Rosario Central en el año 1971, posteriormente volvió a dirigirlo en el período 1973/1975. En 1973 ganó con Central su primer título como entrenador: el Campeonato Nacional de 1973. A ese equipo, se lo conoció como Los Picapiedras, debido al juego rústico -según sus críticos- pero efectivo que empleaba el equipo de Griguol. Con los canallas rosarinos, fue también sub-campeón del Metro de 1974 y del Nacional de ese mismo año, y disputó la Copa Libertadores de América de 1974 y la de 1975, llegando a la instancia semifinal en esta última. Luego de unos años en México, en donde dirigió a los Tecos de Guadalajara, volvió a dirigir al club de Arroyito en la temporada 1977/1978, en donde realizó una campaña regular.
Tuvo una pequeña temporada en Kimberley de Mar del Plata en 1979.
Más tarde fue a dirigir a Ferro Carril Oeste en 1979 hasta 1987. A los de Caballito, les dio los únicos dos títulos de su historia (al día de hoy), obteniendo los Torneos Nacionales de 1982 (en forma invicta) y 1984.
Luego pasa a River Plate en 1987, donde si bien obtiene la Copa Interamericana en 1987 venciendo a la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica, la cantidad de figuras que tiene entre sus dirigidos y los cortocircuitos internos, provocan que abandone la entidad millonaria en 1988, regresando nuevamente a Ferro Carril Oeste, donde permanece hasta 1993.
En 1994, toma el cargo en Gimnasia y Esgrima La Plata, club con el que consigue 3 sub-campeonatos (Clausura 1995, Clausura 1996 y Apertura 1998).1 2 3 En el conjunto platense, dirige hasta 1999. Sobre mediados de ese año, recibe una propuesta para ir a dirigir a España, llegando al Betis. Luego de malos resultados en España, vuelve a la Argentina para dirigir nuevamente a Gimnasia y Esgrima La Plata en la temporada 2000/2001.
Luego, tiene un breve paso por Unión de Santa Fe en el Clausura 2002, en donde no finaliza su contrato por los malos resultados. En la temporada 2003/2004 Griguol realiza su tercera etapa en Gimnasia y Esgrima La Plata, en donde finaliza su carrera de entrenador de fútbol.
Actualmente asesora honorariamente al juvenil equipo de Ferro Carril Oeste.
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