La entrega del premio Nobel es mucho más que un acto solemne al que asiste el rey de Suecia. Es, en realidad, un conjunto de ceremonias ...
La entrega del premio Nobel es mucho más que un acto
solemne al que asiste el rey de Suecia. Es, en realidad, un conjunto de
ceremonias que comienzan el 7 de diciembre con el discurso de
agradecimiento y aceptación del galardonado y terminan el día 10 con la
entrega, la cena de gala y el baile posterior. El ritual es algo más
largo, y en el caso del Nobel de Literatura comienza dos meses antes.
Territorios ha estado en los siete lugares donde se escenifica el
galardón más importante de las Letras universales. Estos son.
La decisión final sobre el ganador del Nobel de
Literatura se toma cada año un jueves de comienzos de octubre, minutos
antes de las doce del mediodía. Los miembros de la Academia sueca se
reúnen en un salón de paredes blancas con molduras doradas, decorado con
bustos y medallones de académicos ya fallecidos. Los ventanales de la
estancia tienen cristales blindados -la Policía sueca obligó a ponerlos
cuando en plena 'fetua' Salman Rushdie hizo una visita a la institución-
y están cubiertos por gruesas cortinas. Esta última es una precaución
no gratuita porque la calle es muy estrecha y desde el edificio de
enfrente sería posible espiar la votación y jugar en las apuestas. Los
académicos depositan sus votos en una jarra metálica con tapa y quien
más apoyos obtiene de entre los finalistas es el ganador. Es la
conclusión de un debate que se ha mantenido cada jueves desde abril,
cuando el llamado 'comité Nobel' hace una primera selección de una
veintena de aspirantes. A partir de ese instante, y hasta la una en
punto de la tarde, el secretario permanente de la Academia tratará de
localizar a la persona que desde ese momento está en el Olimpo de las
Letras. Luego se anuncia su nombre al mundo.
Las reuniones ordinarias de los académicos son los jueves
por la tarde. Solo el día que se decide el Nobel la cita es antes de
comer. Eso cambia también el ritual: si cada jueves el encuentro termina
con una cena, ese día es con un almuerzo. Es la única alteración de la
norma, porque los académicos se sientan siempre a la misma mesa y en el
mismo salón: uno situado en el primer piso del restaurante Den Gyldene
Freden (La Paz Dorada), el más antiguo de la ciudad y ubicado en un
edificio propiedad de la Academia. Allí comentan el fallo y redactan la
justificación del premio que luego aparecerá en la nota oficial. El
edificio está situado a unas pocas manzanas de la Academia y se llega en
unos pocos minutos de agradable paseo.
En este edificio soberbio, situado frente al Palacio
Real, se alojan todos los premios Nobel y sus familias durante su
estancia en Estocolmo. En su amplia cafetería, con ventanales a Gamla
Stan, la isla en la que se encuentran los monumentos más antiguos de la
ciudad, hay unos sofás en los que es habitual ver en estos días a los
galardonados en entretenida conversación. También es un lugar de
peregrinación para fetichistas de todo tipo. La organización se encarga
de recoger a los premiados y sus séquitos a la puerta del hotel cada vez
que deben ir a alguno de los actos previstos en estos días de gloria.
Una atención que sin duda agradecen porque las bajas temperaturas y el
viento hacen poco recomendable cruzar a pie los puentes que unen las
diversas zonas de la ciudad.
Ocupa la parte central del edificio, que hasta hace un
siglo fue sede de la Bolsa de Comercio. Se trata de una sala de
dimensiones modestas, con capacidad para no más de trescientas personas
sentadas en una serie de bancos de madera tapizados en azul. Es ahí
donde cada año el Nobel de Literatura lee su discurso de aceptación.
Siguiendo la tradición, Mo Yan lo hizo ayer a última hora de la tarde.
Cuando razones de fuerza mayor han impedido la presencia del
galardonado, se ha instalado una pantalla para proyectar sobre ella un
vídeo con el discurso grabado. A diferencia de la ceremonia solemne de
entrega de los galardones, éste es un acto mucho más íntimo y
emocionante. Es en este salón más ancho que largo donde a Vargas Llosa
se le quebró la voz un instante al hablar de su esposa Patricia y donde
Saramago puso un nudo en la garganta a todos los asistentes cuando contó
cómo su abuelo se despidió de sus árboles, uno por uno, cuando supo que
iba a morir. A ambos lados, ocupando el resto del edificio, están el
despacho del secretario permanente y la estancia donde se produce la
votación. Y, detrás, la biblioteca donde se encuentran las obras de los
galardonados... y de los aspirantes.
Si se mira por su fachada trasera, en la confluencia de
la anchurosa Sveavägen -la mayor avenida del moderno Estocolmo- con la
concurrida calle Kungs (Kungsgatan), el Auditorio parece un edificio
insulso que solo llamaría la atención por su color azul. Nada que ver si
se mira su pórtico neoclásico, que da a la plaza del Heno (Hötorget),
con sus inmensas e impresionantes columnas y el grupo escultórico de
Carl Milles compuesto por nueve figuras entre las que se eleva un Orfeo
que parece volar.
El Auditorio (Konserthuset) de la capital sueca fue
inaugurado en 1926 y constituye una de las grandes atracciones para
quienes visitan la ciudad. Su arquitecto, Ivar Tengbom, dotó de una
digna 'casa' a la Filarmónica de Estocolmo. Robusta pero elegante por
fuera; sobria pero brillante en su interior, a lo que contribuyen las
pinturas de Ewald Dahlskog y el soberbio órgano de 6.100 tubos. Un
edificio notable, sin duda; pero es dudoso que atrajera la atención de
los turistas no melómanos si no fuera porque es también el escenario
anual de la entrega de los Premios Nobel.
El 10 de diciembre no se celebra el mercadillo de flores,
frutas, ropas... de todo, que cada día llena la plaza. Ese día la plaza
se engalana y la Policía ejerce una discreta custodia. La cita es a las
cuatro y media de la tarde, pero en la invitación se advierte de que
todo el mundo debe estar sentado en su localidad a las cuatro y cuarto.
Los invitados han recibido un díptico que contiene dos tarjetas: la de
color amarillo es la localidad; en la verde se detallan las exigencias
de protocolo. Los hombres deben vestir traje oscuro; las mujeres, de
corto. Pero quienes a continuación han de asistir a la cena de gala
acuden preparados para ella (frac los hombres, vestido largo las
señoras) porque no hay tiempo para cambiarse de ropa entre un acto y
otro. La consecuencia es que todo el mundo acude de gala al Auditorio,
ya que eso permite a algunos aparentar que están invitados a la cena sin
estarlo realmente.
La ceremonia del Auditorio es sencilla y solemne a a un
tiempo. A la hora convenida se han situado ya sobre el escenario los
miembros de la Academia sueca, sentados en un hemiciclo de dos filas. Al
fondo, en el centro, el busto de Alfred Nobel. Delante de los
académicos, a la izquieda, los premiados; a la derecha, la familia real.
En un nivel superior, la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo. Una
fanfarria de clarines y trompetas ha acompañado la salida al escenario
de los reyes y lo hace más tarde con los laureados. Una pieza musical
sigue más tarde a la entrega de cada uno de los premios y cierra el acto
con el himno nacional sueco.
Abre la ceremonia el presidente de la Fundación Nobel.
Tras su intervención un académico avanza hasta el atril y presenta al
galardonado con el premio de Física, glosa sus virtudes y justifica la
distinción. No más de cinco o seis minutos de parlamento, tras el cual
el premiado y el rey Carlos Gustavo se levantan para encontrarse el
centro del entarimado, sobre una 'N' encerrada en un círculo, anagrama
de la Fundación que lleva el nombre del inventor noruego y que otorga
los galardones. El monarca entrega al premiado la medalla y el diploma
en estuche y carpeta de color rojo. Ambos intercambian no más que una
felicitación y un agradecimiento, que resultan inaudibles para el resto.
Ninguno de los dos se dirige al público. Tras la ovación cada uno
vuelve a su sitio y la orquesta ataca una pieza. La ceremonia se repite
con los otros laureados: Química, Medicina, Literatura y Economía. El
acto durará alrededeor de dos horas y cuarto. A su término, los
asistentes pasarán ordenadamente por el guardarropía y -los que estén
llamados a ello- irán en los autobuses oficiales al Ayuntamiento para
participar en la cena y el baile. Ir andando no les llevaría más de
media hora, pero van vestidos de gala, es noche cerrada ya en Estocolmo y
la temperatura, con toda seguridad, está por debajo de cero grados.
El escenario de la cena de gala es sobrio, pero
grandioso. El Ayuntamiento es una de las joyas de Estocolmo. De estilo
romántico, tiene algo de fortaleza y algo (más) de catedral, con su
inmensa torre de 106 metros a modo de campanario. El 10 de diciembre
todo está listo en su sala Azul, un amplio espacio abovedado en la
planta baja. Quienes la visitan por primera vez descubren que es de
color... rojo. Cuestiones de presupuesto y de tiempo (la obra ya duraba
doce años cuando fue inaugurado el edificio, en 1923) hicieron a su
arquitecto, Ragnar Ösberg, abandonar la idea de cubrir de azul los rojos
ladrillos. Para el gran banquete de los Nobel una larga mesa parte en
dos la sala rectangular a modo de columna vertebral; de ella salen, como
sus costillas, otras muchas mesas perpendiculares a las que se sientan
unas 1.400 personas.
A las siete de la tarde todos los comensales deben haber
ocupado su sitio y solo queda vacía la mesa central. Es entonces cuando
los ochenta ocupantes de esta (familia real, laureados y el resto de los
invitados principales) descienden solemnemente por la gran escalinata
que baja del primer piso. En el primero de los dos tramos tienen a su
izquierda el espectáculo del gran salón repleto, pero han sido
convenientemente advertidos para que bajen mirando a la estrella
cincelada en la pared que tienen enfrente, lo que da a sus pasos un aire
más elegante. Los demás les reciben en pie. Todos ya en su lugar, se
sirve champán y el presidente de la Fundación hace el primer brindis -no
más de un minuto- al que sigue el del rey, igualmente conciso.
Comienza el ágape propiamente dicho, que durará unas tres
horas. El menú no se conoce hasta ese momento. Gunnar Eriksson, el
cocinero-jefe, y sus 45 ayudantes lo han mantenido en secreto. Sirva
como referencia el del año pasado: bogavante en 'cocotte' sobre lecho de
verduras de invierno al vinagre y puré de tupinambos; pintada
acompañada de setas y arándanos, cebolla y raíces de perejil, con salsa
suave y, de postre, mousse de mandarina y chocolate blanco sobre fondo
de canela, rellena de frambuesas frescas y pasta de frutas. Vinos:
Champagne Fourny Blanc de Blancs Premier Cru; Gary Farrell, Russian
River Valley Pinot Noir 2008; Moscato D'Asti La Caliera 2010 Borgo
Maragliano. Café. Coñac Grönstedts VO, Facile Punsch y agua mineral
Senkulla Brunn.
Todo delicioso, pero es difícil disfrutarlo dado que el espacio es escasísimo y los comensales están demasiado apretados.
Con los licores vienen los parlamentos. Es entonces
cuando los galardonados agradecen públicamente el premio. Mario Vargas
Llosa, hace dos años, lo hizo en forma de cuento, en el que el gran
fabulador de Arequipa resumió su vida.
El broche a la jornada lo pone el gran baile. Con la
misma solemnidad con que antes la bajaron, los reyes y principales
invitados suben ahora la escalinata y acceden al salón Dorado. Ahora les
siguen el resto de los comensales. Esta vez el nombre de la estancia
responde a la realidad. Dieciocho millones de piezas doradas componen
los mosaicos con que el entonces joven artista Einar Forseth creó
escenas míticas de la dinastía Vasa y pintó a la reina del lago Mälaren
(al que se asoman varias de las islas que componen la ciudad de
Estocolmo). Aunque es cierto que, acuciado por el tiempo, cometió
algunos errores de bulto en el cáculo y hasta tuvo que decapitar a algún
personaje porque no le cabía la cabeza, Forseth dotó a este espacio de
un brillo deslumbrante. Se acerca el final. Los reyes Carlos Gustavo y
Silvia abren el baile. Muchas parejas se unen a la danza. Otros
invitados se 'refugian' en el buffet de bebidas. A llegar la medianoche
todos van abandonando el Ayuntamiento. La fiesta, lejos de acabar, sigue
en el hotel de los galardonados.
Entrevista: Javier Aguirre-foto.
Su habla es pausado, su mirada sincera. Como si del Doctor
Jeckyll y Míster Hyde se tratara, este mexicano de corazón enorme se
transforma. Apasionado y temperamental, viviendo cada segundo en el
banquillo, y jugando sus bazas consciente de ese otro fútbol que juega
un papel importantísimo en cada partido; y amable, detallista y atento
cuando se trata del cara a cara con el aficionado de a pie.
Extremadamente educado, y dispuesto a regalar siempre una sonrisa al
crío que busca un autógrafo. Es Javier Aguirre (Ciudad de México, 1 de
diciembre de 1958), uno de los mejores entrenadores de nuestra Liga. Un
tipo directo, políticamente incorrecto y diciendo en cada instante lo
que piensa, algo tan poco de moda en estos tiempos que corren.
- Llega usted a Sevilla, ciudad y aficiones que le apasionan.
Sí, siempre hemos tenido con los equipos que he ido a jugar a Sevilla un ambiente muy bueno en sus estadios, tanto en el Ramón Sánchez Pizjuán como en el Benito Villamarín. Gente muy futbolera a la que le gusta el fútbol. Son plazas muy complicadas para cualquier rival pero es un placer siempre venir a estos estadios y con estas aficiones que tienen algo muy especial.
- Y para que no falte el morbo ciudad con dos equipos que en su día se fijaron en usted…
Hace tiempo, estando en Pamplona alguna vez me comentó mi agente la posibilidad de fichar por el Sevilla FC. Como yo firmaba cada año se ampliaba el mercado pero nada concreto, al menos hasta donde yo se. Sí hubo muchos rumores el jugamos la final de Copa frente al Betis pero al perder Osasuna no salió nada. De todas formas el Sevilla acertó al no ficharme ya que vino Juande Ramos que lo ganó todo. Ahora me debo al Zaragoza con el que tengo contrato para sacar adelante a este equipo.
- La pasada temporada demostró usted ser un gran bombero. Cogió un Zaragoza en llamas y vaya temporada que completó. Si lo llega a coger usted antes…
La verdad es que sí, llegamos en un momento muy complicado del Real Zaragoza pero no fue mérito mío lograr la salvación. Tuvimos la suerte de caer en un buen grupo y un buen cuerpo técnico. Llegamos en noviembre y en 25 ó 26 partidos logramos quedar en el puesto 13 que podría haber sido el octavo o el noveno si hubiéramos comenzado la temporada desde el inicio. Nos daban por muerto. ¿La clave para ese resurgir? Lo único que hice fue animarles, meterme en la piel de ellos y hacerles ver que eran capaces de lograr la salvación.
- Pregunta obligada. ¿Qué le parece el comienzo de Liga de su rival de hoy, el Real Betis?
Impresionante el comienzo del Betis. Impresionante lo de Pepe Mel. Me sorprende a mí y a toda España. Pasaron las jornadas y pese a ascender este año ahí sigue. Este Betis juega con alegría y desparpajo, es un equipo que lleva tiempo junto y están muy compenetrados, la afición esta encantada… Eso sí, esperamos cortarle la racha aunque no será nada fácil.
- ¿Qué le parece lo que dice Pepe Mel que el plantea los partidos independientemente de rival que tenga enfrente?
Pepe sabe lo que dice, cuando comenta que juega independientemente de lo que haga el rival, no es un improvisado. Está en este negocio del fútbol desde hace tiempo, primero de futbolista y luego de entrenador y sabe como se maneja esto. La Liga española es muy larga y hay momentos buenos, malos y regulares. Los que son más regulares consiguen o no sus objetivos. Comenzó muy bien pese a venir de Segunda y su estilo de juego en Primera es bueno, le gusta tocar la pelota y eso se agradece. Me gustaría poder hacer una declaración de esa magnitud, pero nosotros somos un equipo en formación. Llevamos prácticamente dos o tres semanas trabajando, jugadores que comenzaron tarde… No ha sido fácil y aún nos falta para ver al Zaragoza que yo quiero, algo que no será posible hasta mediados de temporada. Estamos lejos de lo que busco y estamos en el proceso de adaptarnos, en el camino. Lo que está claro es que los buenos resultados te dejan trabajar con mayor tranquilidad.
- ¿La Liga es sólo cosa del Madrid y el Barça o hay opciones para los demás?
Hay equipos fuertes: Sevilla, Valencia, Villarreal, el Atlético de Madrid, que está demostrando muy buen nivel… Pueden pelear incluso el propio Betis pero la Liga es tan larga que al final cada uno está donde debe estar salvo alguna sorpresa puntual. Una prueba es que el Valencia cada ocho años se mete, el Depor lo hizo, el Atleti…
- Vaya la que les lió el Madrid en el estreno liguero ¿no?
El Madrid nos metió en el debut seis goles pero pudo ser alguno más. Venían de competir en la Supercopa, estaban fuertes y nos pillaron por todos lados porque no pusimos apenas resistencia. Nos salió un mal día pero me consuela que incluso estando bien el Madrid de diez, te gana nueve.
- En muy poco tiempo están fallando demasiado ¿no cree?
Barcelona tuvo el empate en San Sebastián, el Levante le hizo la faena al Madrid pero hay mucha Liga. Hay 35 partidos y no podemos ser tan resultadistas como somos siempre y no debemos olvidar que en se sentido pueden tener como cualquiera traspiés como hoy, pero de tenerlos, serán muy poquitos.
- Llega usted a Sevilla, ciudad y aficiones que le apasionan.
Sí, siempre hemos tenido con los equipos que he ido a jugar a Sevilla un ambiente muy bueno en sus estadios, tanto en el Ramón Sánchez Pizjuán como en el Benito Villamarín. Gente muy futbolera a la que le gusta el fútbol. Son plazas muy complicadas para cualquier rival pero es un placer siempre venir a estos estadios y con estas aficiones que tienen algo muy especial.
- Y para que no falte el morbo ciudad con dos equipos que en su día se fijaron en usted…
Hace tiempo, estando en Pamplona alguna vez me comentó mi agente la posibilidad de fichar por el Sevilla FC. Como yo firmaba cada año se ampliaba el mercado pero nada concreto, al menos hasta donde yo se. Sí hubo muchos rumores el jugamos la final de Copa frente al Betis pero al perder Osasuna no salió nada. De todas formas el Sevilla acertó al no ficharme ya que vino Juande Ramos que lo ganó todo. Ahora me debo al Zaragoza con el que tengo contrato para sacar adelante a este equipo.
- La pasada temporada demostró usted ser un gran bombero. Cogió un Zaragoza en llamas y vaya temporada que completó. Si lo llega a coger usted antes…
La verdad es que sí, llegamos en un momento muy complicado del Real Zaragoza pero no fue mérito mío lograr la salvación. Tuvimos la suerte de caer en un buen grupo y un buen cuerpo técnico. Llegamos en noviembre y en 25 ó 26 partidos logramos quedar en el puesto 13 que podría haber sido el octavo o el noveno si hubiéramos comenzado la temporada desde el inicio. Nos daban por muerto. ¿La clave para ese resurgir? Lo único que hice fue animarles, meterme en la piel de ellos y hacerles ver que eran capaces de lograr la salvación.
- Pregunta obligada. ¿Qué le parece el comienzo de Liga de su rival de hoy, el Real Betis?
Impresionante el comienzo del Betis. Impresionante lo de Pepe Mel. Me sorprende a mí y a toda España. Pasaron las jornadas y pese a ascender este año ahí sigue. Este Betis juega con alegría y desparpajo, es un equipo que lleva tiempo junto y están muy compenetrados, la afición esta encantada… Eso sí, esperamos cortarle la racha aunque no será nada fácil.
- ¿Qué le parece lo que dice Pepe Mel que el plantea los partidos independientemente de rival que tenga enfrente?
Pepe sabe lo que dice, cuando comenta que juega independientemente de lo que haga el rival, no es un improvisado. Está en este negocio del fútbol desde hace tiempo, primero de futbolista y luego de entrenador y sabe como se maneja esto. La Liga española es muy larga y hay momentos buenos, malos y regulares. Los que son más regulares consiguen o no sus objetivos. Comenzó muy bien pese a venir de Segunda y su estilo de juego en Primera es bueno, le gusta tocar la pelota y eso se agradece. Me gustaría poder hacer una declaración de esa magnitud, pero nosotros somos un equipo en formación. Llevamos prácticamente dos o tres semanas trabajando, jugadores que comenzaron tarde… No ha sido fácil y aún nos falta para ver al Zaragoza que yo quiero, algo que no será posible hasta mediados de temporada. Estamos lejos de lo que busco y estamos en el proceso de adaptarnos, en el camino. Lo que está claro es que los buenos resultados te dejan trabajar con mayor tranquilidad.
- ¿La Liga es sólo cosa del Madrid y el Barça o hay opciones para los demás?
Hay equipos fuertes: Sevilla, Valencia, Villarreal, el Atlético de Madrid, que está demostrando muy buen nivel… Pueden pelear incluso el propio Betis pero la Liga es tan larga que al final cada uno está donde debe estar salvo alguna sorpresa puntual. Una prueba es que el Valencia cada ocho años se mete, el Depor lo hizo, el Atleti…
- Vaya la que les lió el Madrid en el estreno liguero ¿no?
El Madrid nos metió en el debut seis goles pero pudo ser alguno más. Venían de competir en la Supercopa, estaban fuertes y nos pillaron por todos lados porque no pusimos apenas resistencia. Nos salió un mal día pero me consuela que incluso estando bien el Madrid de diez, te gana nueve.
- En muy poco tiempo están fallando demasiado ¿no cree?
Barcelona tuvo el empate en San Sebastián, el Levante le hizo la faena al Madrid pero hay mucha Liga. Hay 35 partidos y no podemos ser tan resultadistas como somos siempre y no debemos olvidar que en se sentido pueden tener como cualquiera traspiés como hoy, pero de tenerlos, serán muy poquitos.
- Aún así, vaya nivel del FC Barcelona que pese a los empates frente a Real Sociedad y Valencia, ahí están ese 5-0 al Villarreal y ese 8-0 a Osasuna.
Lo del Barca no es normal porque hacerle ocho a Osasuna no es fácil, conozco bien a su gente: el navarro tiene su orgullo y no es fácil no ya hacerle ocho goles, sino ganarle. Lo que está claro es que Madrid y Barca comen aparte, por los extraordinarios técnicos que poseen, por tener plantillas amplias, por su calidad, la historia que poseen. Los demás estamos intentando acercarnos. A ver como va la cosa lo que está claro es que una vez mas tomarán la iniciativa.
- Si tuviera que quedarse con Messi o Cristiano Ronaldo ¿por cuál de ellos se mojaría?
Espectaculares me gustan mucho los dos. Juegan en posiciones parecidas de tres cuartos hacia delante y libres pero son tremendamente diferentes. Me quedaría con los dos, ahí no puedes decantarse porque sería una osadía quedarte con uno sólo.
- ¿Qué le parece la ‘movida’ de las televisiones y la famosa ‘revolución’ de Del Nido que se quedó finalmente en ‘re’?
Leí que se quedó sólo Del Nido con la propuesta del Sevilla FC para el reparto porque eran muchos y luego se quedaron menos (Sevilla FC, Espanyol y Real Betis). No se como está el tema pero sí es tangible que si uno recibe 100 y otro diez hay una diferencia sustantiva. Si lo distribuyen así es porque creerán que es lo mas justo pero lo que está claro es que como dice Del Nido hay demasiada diferencia.
- La Liga española está hecha a su medida…
Estoy contento, llevo 9 temporadas en la Liga española pero en este mundo del fútbol todo depende del resultado. Yo hago mi trabajo siempre lo mejor que puedo pero siempre dependemos del resultado.
- En Pamplona dejó usted el listón muy alto, no le han olvidado.
Pamplona me abrió las puertas como jugador y luego de entrenador, me abrió su corazón. Fue maravilloso llegar al pueblo y a las instituciones, ir a los san fermínes y ver como te quiere la gente, como te saludan… Mi vida siempre estará marcada por Pamplona porque todo lo vivido allí fue especial. Fue una época dorada, hicimos historia y nunca olvidaré que perdimos uno a cinco con el Athletic y aún así me llevé uno de los mayores aplausos de mi vida. Son esas cosas que te quedan grabadas de por vida.
- ¿Dónde está el truco para mantener la autoridad con los jugadores?
Ser directo, mirar a los ojos y no tener miedo al enfrentamiento diciendo las cosas cara a cara.
- ¿Porqué aquello de ‘Vasco’ Aguirre?
Mis padres son de Vizcaya, se casaron y se marcharon a México en 1950. Y mira por donde allí nacimos los cinco hermanos. Soy de sangre vasca y mexicano de nacimiento.
- Curiosamente sus tres hijos tienen nombres vascos pese a ser mexicanos: Iker, Ander e Iñaki.
m Sí, por una razón clara: por gratitud y como homenaje a mis raíces vascas. Y claro, gracias también a Silvia, mi mujer, que aceptó (risas).
- A usted le apasiona el béisbol y el fútbol americano incluso más que el fútbol. ¿Lo heredó de la época que jugó en Estados Unidos?
Sí, pero no se lo diga a nadie. Me gusta mucho el béisbol y el fútbol americano. Con un partido de fútbol, ya juegue mi hijo o México, estoy ahí, tranquilo viendo el partido pero con uno de béisbol soy un forofo de bandera, de insultar, saltar, brincar…
- Su prioridad es su famila ¿verdad?
Sí, por supuesto. Desconecto para dedicar tiempo a mi familia, mis hijos, mi béisbol, mis películas, mis tequilas. Hay gente que le dedica al fútbol las 24 horas, lo respeto, pero yo no. Los envidio mucho pero es mi forma de ser y a mi edad ya no puedo cambiar. Me gustan el cine y la lectura.
- Se hizo usted amante del deporte nacional en España: la siesta ¿verdad?
Sí, además la practico como debe ser: en pijama, como don Camilo José Cela.
- Y por último ¿qué momento de fútbol le ha marcado más?
Jugando Honduras con México, un jugador hondureño tenía su pierna dereca torcida por una operación de rodilla y nos estaba complicando mucho con su fútbol. En una jugada se acercó a la banda y le dije: “Cojo de mierda”. Cuando terminó el partido el chico me dijo: “Profe, no vuelva a decirme eso por favor. Esta cojera es por una deficiencia que tuve de chico”. Le pedí perdón. Nunca me he sentido peor en los más de treinta años que llevo en esto por decirle eso a un muchacho con una deficiencia que además no me había hecho nada, sólo jugar bien. Me dio una lección tremenda que no he olvidado.
Es Javier Aguirre, el ‘Vasco’, un padre ejemplar. Un marido enamorado de su esposa como el primer día. Un amante de la lectura, del cine; un apasionado del béisbol, o mejor dicho un forofo. Un gran entrenador, una persona de las que te dejan huella, de los que te hablan cara a cara y mirándote a los ojos, algo atípico en este hipócrita mundo del fútbol. Con ustedes Javier Aguirre,.

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