Adiós 2011, bienvenido 2012, aun mejor para nuestro golf
Este año 2.011 nos ha deparado diferentes y variopintas escalas, unas de ellas positivas y otras desafortunadamente, mas bien negativas.Dentro de las negativas, cabe destacar la noticia que nos afecto a toda la familia del golf, tanto nacional como internacional, y no fue otra que la desaparición de la gran figura de Severiano Ballesteros, que no por esperada, debido a su enfermedad, nos dejo a todos perplejos, cuando en plena disputa del Open de España, se produjo la noticia, “Seve ha fallecido”.
Tras dos largos años luchando con todas sus fuerzas, ha sido un ejemplo claro de lucha y espíritu de sacrificio, fallecía en su propia casa de Pedreña, lugar que le vio nacer y
jugar por sus calles, plazas y playas.
En ese instante, de estupefacción, pudimos constatar la sombra de un gran golfista, que fue uno de los impulsores, por no decir el impulsor, del golf moderno, y el buque insignia del golf europeo, al que coloco en los parámetros que con el paso del tiempo hoy conocemos.
Aun siendo la peor noticia de este año, no podemos obviar, otras que en menor medida, también salpicaron al golf español.
La falta absoluta de triunfos de las jugadoras españolas en el Ladies European Tour, sin ningún triunfo este año, aunque si ha habido buenas actuaciones en el LPGA, cuando todos deseábamos y esperábamos algún triunfo, en un año que claramente debía significar el despegue del golf femenino en España, y que se ha ralentizado un poco por esta circunstancia, aun que hay que destacar la buena actuación de Azahara Muñoz, sobretodo en la ultima parte de la temporada.
La falta de motivación en el comienzo de temporada de Sergio García, la lesión de espalda de Gonzalo Fernandez-Castaño, etc.
Pero también ha habido una serie de aspectos y acontecimientos positivos, algunos habría de calificarlos de muy positivos, por ejemplo , las 7 victorias de nuestros jugadores en el European Tour, las 2 de Sergio García (Castelló Masters y Andalucía Masters), las dos de Álvaro Quiros, curiosamente ambas en Dubai ( Omega Dubai Desert Classic y Dubai World Championships), la de Pablo Larrazábal en el BMW Internacional Open, la de Pablo Martin, nada mas comenzar la temporada, en el Alfred Dunhill Championship y la de Gonzalo Fernandez-Castaño, afortunadamente recuperado de su
lesión de espalda que a punto estuvo de retirarle, en el Barclays Singapure Open.
La feliz recuperación para el golf de una de nuestra s grandes figuras, como ha sido la de Sergio García, pues la verdad, es que todos nos temíamos lo peor, incluso que llegara a dejar el golf, afortunadamente, tras el periodo de reflexión tomado, su regreso a la elite del golf mundial, es una noticia muy positiva.
Y ya dentro de un punto de vista mas general, el apabullante dominio de los jugadores europeos a nivel mundial, destronando a los sempiternos americanos, que parecen no haber sido capaces de superar la gran crisis sobrevenida a raíz de la desaparición del primer plano golfista de Tiger Woods, aun a pesar de su triunfo en el Chevron.
En resumen un año de bienes y menos bienes, del que debemos extractar la parte positiva, y que con el mismo ahínco y esmero, nos debe conducir a un 2.012 pleno de
satisfacciones, donde los nuestros se consoliden en su nivel mundial, tenemos 4 de los nuestros en los primeros 50 del mundo, y donde “las chicas” nos deben dar un año de consolidación, tanto en el LPGA como en el LET, y con la seguridad de que este próximo año, las victorias llegaran.
TÍTULO: LA CARTA DE LA SEMANA CON TONY MANERO EN BURGOS,
Joder. Tony Manero se preparaba para el fin del mundo, y el fin del mundo no llegó el famoso día 21. Ni mayas ni mayos ni Historias del más ...
Joder. Tony Manero se preparaba para el fin del mundo, y el
fin del mundo no llegó el famoso día 21. Ni mayas ni mayos ni Historias
del más allá o del más acá. El mundo sigue igual de incómodo para muchos
e igual de paradisiaco para menos. Manero pensaba en darse una vuelta
previa a su gran noche de fin de año y cumplió el viejo rito de
acercarse a Burgos con cualquier motivo. ¿Y qué le une a Burgos a Tony
Manero?: nada en especial, una vieja atracción, un viejo romance con la
Castilla de más peso, un algo entrevisto a través de los visillos de la
historia, yo qué sé. Mejor Burgos que cualquiera de los pisos
subterráneos con cabida para mil personas y clínica dental incluida que
se ofrecían en Estados Unidos para evitar las catástrofes; o mejor que
cualquiera de las abarrotadas plazas hoteleras de la Riviera maya,
Cancún por ejemplo, donde ya no cabe nadie más. Burgos es una bella y
armónica ciudad de tamaño razonable y cierto gusto en sus formas,
argumentos ambos que suelen ser definitivos para Manero, y que se
complementa con una más que respetable oferta gastronómica. Tal es la
misma que la ciudad acaba de ser elegida como Capital Española de la
Gastronomía 2013, sucediendo en el título a Logroño, que es otra que
tal, donde bebercio y comercio se convierten en placer contundente. El
jurado entiende que la apuesta por la calidad agroalimentaria en Burgos
es excelente y que combina con clara habilidad ese equilibrio siempre
delicado entre tradición y modernidad. Manero lo sabe porque es un viejo
cliente de Ojeda: de hecho, no falta una o dos tardes a las fiestas de
San Pedro y a su cita con su amigo Juan Carlos Aparicio en la plaza de
toros, previo paso por esa casa amable y clásica en pleno paseo del
Espolón. Y lo sabe también porque al bueno de Tony le gusta dedicar
algunas horas al enoturismo, que es un turismo sano y campestre, de
pueblos y aldeas, de bodegas de Ribera y de Ribera de Arlanza abiertas
al viajero para visitas y catas y degustaciones. Y lo sabe por otra
sencilla razón: conoce y saborea el lechazo, la morcilla suculenta que
año tras año le envía su maestro y amigo don Luis Ángel de la Viuda, las
alubias de Ibeas, las cerezas y las manzanas reinetas de Caderechas, la
carne de las Merindades y, si pudiera y no le diera una alferecía,
daría cuenta del queso fresco de Burgos del que tanto hablan sus
partidarios. Y, como pueden presumir, lo sabe gracias al Camino de
Santiago, que en su tramo entre Tardajos y Castrojeriz cuatro magníficas
etapas pilla a la ciudad burgalesa de por medio y permite una visita
deliciosa a su impresionante centro histórico.
A Manero le entusiasman las patatas bravas del mesón Burgos, posiblemente las mejores de la ciudad, y muchas de las excelencias de El Morito, en plena Senda de los Elefantes, o cualquiera de los pinchos de Pecaditos. Al igual que muchos lugareños y visitantes, Tony dedica al menos unos minutos a acercarse a Pancho, restaurante casero y familiar donde cualquiera de sus menús satisface al más delicado y donde su barra siempre está atiborrada; o a comer en Gaona Jardín, un sorprendente y esmeradísimo lugar en el que Begoña o Roberto cocinan delicias y uno se sienta en verano al aire libre en el más confortable de los lugares para devorar, por ejemplo, un pilpil de bacalao absolutamente sublime; o a La Fábula, allí en La Merced, donde trabajan con modernidad y mesura productos como la carne de potro; o a Polvorilla a saborear las tapas que crea su amigo Gabi; o a La Paloma 24, perfecta combinación de la tradición y la comida de autor; o cualquiera de los acudideros en los que te ofrezcan un buen lechazo, que son varios, y en el que puedas elegir, si es posible, el cuarto delantero izquierdo, que es el que menos se estresa en el parto, y si es de cordera, mejor (es bueno que sean corderos que «hayan escuchado las campanas de la catedral», es decir, que sean de los que pastan en los páramos burgaleses de proximidad, repletos de hierba aromática); o, finalmente, a beber un gin-tonic en La Chica de Ayer, como hace con amigos distinguidos.
Próximamente conoceremos las aventuras de Nochevieja de Manero. De momento se queda en Burgos.
A Manero le entusiasman las patatas bravas del mesón Burgos, posiblemente las mejores de la ciudad, y muchas de las excelencias de El Morito, en plena Senda de los Elefantes, o cualquiera de los pinchos de Pecaditos. Al igual que muchos lugareños y visitantes, Tony dedica al menos unos minutos a acercarse a Pancho, restaurante casero y familiar donde cualquiera de sus menús satisface al más delicado y donde su barra siempre está atiborrada; o a comer en Gaona Jardín, un sorprendente y esmeradísimo lugar en el que Begoña o Roberto cocinan delicias y uno se sienta en verano al aire libre en el más confortable de los lugares para devorar, por ejemplo, un pilpil de bacalao absolutamente sublime; o a La Fábula, allí en La Merced, donde trabajan con modernidad y mesura productos como la carne de potro; o a Polvorilla a saborear las tapas que crea su amigo Gabi; o a La Paloma 24, perfecta combinación de la tradición y la comida de autor; o cualquiera de los acudideros en los que te ofrezcan un buen lechazo, que son varios, y en el que puedas elegir, si es posible, el cuarto delantero izquierdo, que es el que menos se estresa en el parto, y si es de cordera, mejor (es bueno que sean corderos que «hayan escuchado las campanas de la catedral», es decir, que sean de los que pastan en los páramos burgaleses de proximidad, repletos de hierba aromática); o, finalmente, a beber un gin-tonic en La Chica de Ayer, como hace con amigos distinguidos.
Próximamente conoceremos las aventuras de Nochevieja de Manero. De momento se queda en Burgos.
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