La inspiración le llega a bocanadas a Bosco Esteruelas
(Zaragoza, 1951), desde su finca en el campo cacereño, cerca de
Alcuéscar. Dice que las novelas le queman en los dedos y ahora está en
ese proceso, en el de expulsarlas. Tras la publicación de 'El
reencuentro', el pasado mes de enero, Esteruelas lanza 'Todo empezó con
Obdulio' (El Garaje Ediciones), una sátira periodística. Algo sabe de
la materia. Durante décadas ejerció el periodismo trabajando para Efe y
El País en corresponsalías de todo el mundo. Sus novelas son ficción,
pero parece fácil encontrar paralelismos entre lo que este hombre
escribe y lo que ha vivido.
- Su primera novela supuso su bautismo en el mundo editorial ¿Qué tal funcionó?
- A la hora de publicar uno se enfrenta con muchos
handicaps, cada vez se lee menos y yo creo que se va a leer todavía
menos por la crisis. Hay cantidad de editoriales que están cerrando. No
vendí mucho, pero lo importante al principio es meter la cabeza, y de
momento soy solo un aprendiz.
- Así que 'Todo empezó con Obdulio' es una sátira periodística. ¿Tiene toques biográficos?
- El otro libro era de introspección psicológica,
centrado en experiencias mías y estancias fuera de España, éste es el
más autobiográfico y es un libro fundamentalmente periodístico, pero no
es un ensayo, no es un libro denuncia, es un libro de ficción y una
sátira devastadora de lo que es el mundo de los medios.
- ¿Qué pretende?
- Pretendo denunciar el fenómeno del acoso laboral en los
medios de comunicación, que es tan conocido como en otros sectores. Al
mismo tiempo, desde un punto de vista muy irónico, critico toda la
connivencia entre la cúpula de las empresas periodísticas con los
poderes políticos, económicos y financieros. Una tercera pata es la de
denunciar la gran hipocresía que existe en algunos sectores de los
medios de comunicación nacionales, sobre todo en los progresistas, muy
tendentes a dar lecciones de ética y de moral pero que dentro de su
propia casa esas maldades que vemos en la sociedad se producen.
- Usted trabajó en 'El País', que ahora ha afrontado un ERE. ¿Le ha inspirado su paso por este medio de comunicación?
-Yo me dedico a ficcionar, pero cuando uno ficciona
obviamente incorpora elementos de la realidad. En este caso he
incorporado muchos asuntos reales vividos en primera persona. El libro
tiene una parte autobiográfica pura y dura.
- ¿Cómo ve el panorama periodístico actual?
- Yo lo veo dantesco. Los acontecimientos van a tal ritmo
que uno no sabe ni lo que pensar. Yo lo que sí creo es que los medios
de comunicación seguirán existiendo. Mejor que no desaparezcan, porque
si desaparece un instrumento de denuncia como son los medios de
comunicación, apaga y vámonos, nos vamos a una sociedad donde hay un
directorio ilustrado o no ilustrado que haga y deshaga a su antojo, a
veces pensando en el bien común y otras veces en su propio bien. La
prensa en papel a corto imagino que no desaparecerá, a medio no lo sé,
pero habrá que compatibilizarla con la prensa digital.
- ¿Puede la crisis quitar a los medios su espíritu combativo?
- Ahora el combate va a dejar de existir porque lo único
que interesa es conservar el puesto de trabajo. Después de la
construcción, el sector periodístico es el más vapuleado por la crisis.
En España se han despedido a 8.000 periodistas.
- Los periodistas recién salidos de la carrera se enfrentan a un duro panorama laboral. ¿El oficio se replantea?
-Va a desaparecer el empleo de por vida. Eso de estar en
plantilla o de tener la seguridad plena de que la empresa no te va a
despedir. La verdad es que está complicado, aunque siempre lo ha estado.
Mi familia no venía del mundo de la prensa y no puedo decir que yo lo
tuviera fácil, aunque si tuviera que empezar ahora me daría una enorme
pereza.
-Foto--Bosco Esteruelas muestra su último libro.
TÍTULO: EL MADRID ARENA ERA UNA RATONERA,.
El Madrid Arena se convirtió durante la madrugada del 1 de noviembre en «una ratonera» en la que jamás se debió haber permitido celebrar ..
TÍTULO: EL MADRID ARENA ERA UNA RATONERA,.
El Madrid Arena se convirtió durante la madrugada del 1 de noviembre en «una ratonera» en la que jamás se debió haber permitido celebrar ..
El Madrid Arena se convirtió durante la madrugada del 1
de noviembre en «una ratonera» en la que jamás se debió haber permitido
celebrar una macrofiesta. Esta es la conclusión que expresaron uno tras
otro los abogados de las familias de las cinco jóvenes fallecidas
después de inspeccionar ayer el recinto perteneciente al Ayuntamiento de
Madrid.
Ninguno de ellos confirmó que vaya a solicitar al juez
Eduardo López Palop la acusación de más responsables municipales, aunque
sus palabras dejaron entrever que el exconcejal de Economía Pedro Calvo
no será el único miembro del equipo de Gobierno que, si así lo decide
finalmente el magistrado, testifique en calidad de imputado. «No me creo
que este local tenga licencia para albergar una fiesta de 10.000
personas, y si la tiene quiero verla porque quien la haya firmado se va a
sentar en el banquillo de los acusados», afirmó Abdón Núñez, abogado de
la familia de Belén Langdon, la menor de 17 años fallecida en la
fatídica avalancha. «Esto es una vergüenza que no tiene nombre y clama
al cielo», añadió a la salida de la visita al Madrid Arena.
Los letrados denunciaron un cúmulo de despropósitos que
originó una tragedia que «es asombroso que no fuese aún mayor». En
concreto, señalaron la estrechez de los vomitorios -de 2,5 metros de
ancho por nueve de largo- y que varios de estos se encontraban
bloqueados, la falta de señalización de las salidas de emergencia, el
deficiente servicio sanitario del que no formaba parte el Samur, la
escasez de Policía Local y seguridad privada y, sobre todo, el
sobreaforo, que superó según sus cálculos las 20.000 personas, por las
10.600 permitidas por el Ayuntamiento y «las 4.000 que debería haberse
permitido como máximo», apuntaron.
«Dadas las condiciones era imposible que no se produjeran
avalanchas», señaló Gerardo Viada, abogado de la familia de Katia
Esteban, quien destacó que varios testigos han declarado que debido a la
masificación «era imposible poner los pies en el suelo». Según este
letrado, el Ayuntamiento nunca debió permitir que un edificio diseñado
para partidos de baloncesto o tenis albergase un concierto
multitudinario. «Esa noche en la pista central tres vomitorios estaban
ocupados por el escenario, otro por el camerino y dos puertas estaban
cerradas, de forma que solo quedaban tres salidas de dos metros de ancho
cada una», precisó Viada.
Virginia López, quien ejerce de acusación popular en
representación del sindicato Manos Limpias, manifestó que «viendo la
pequeñez de los espacios del edificio la sensación de agobio debió de
ser horrible».
Más apoyo al juez
Otro punto de coincidencia entre las acusaciones está en
pedir medios judiciales de apoyo al magistrado instructor. Incluso
apelaron al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, para que se
los conceda. Creen que al menos debe disponerse un juez de apoyo a López
Palop y un ayudante al fiscal, además de dos funcionarios que ayuden a
tramitar la causa. «No queremos que este proceso se alargue como el de
la colza o Alcalá 20», solicitó Núñez.
El 26 de diciembre los abogados de las familias de las
fallecidas regresarán al recinto municipal, esta vez en compañía del
fiscal, pero les ha bastado una visita para avanzar que no se
conformarán con las diez personas imputadas hasta el momento. «Hay que
aclarar tantas irregularidades y fijar responsabilidades en personas
concretas que esto no ha hecho más que empezar», aseguraron.
Su petición parece que contará con el apoyo del juez, que
el pasado martes ya comunicó a las partes que todo aquel que haya
tenido alguna relación con la muerte de las jóvenes declarará ante él
como imputado.

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