Ibarretxe dice que Wert convierte "las barbaridades en leyes"
José Ignacio Wert
El Gobierno dio ayer un paso más en el tortuoso camino
para aprobar la reforma educativa. El texto presentado a los consejeros
autonómicos logró el aval de doce de los representantes regionales (los
gobernados por el PP), la discrepancias de otros cuatro y el rechazo
total de Cataluña. Y es que la reunión se convirtió en un nuevo choque
entre el Gobierno central y el catalán, en esta ocasión por la lengua en
las aulas. La Generalitat consideró «inasumible» la modificación del
modelo lingüístico propuesto por el Ministerio de Educación en el nuevo
Anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) que da más
peso al castellano y garantiza su uso como lengua vehicular.
Ese enfado se escenificó con el abandono de la reunión de
la consejera de Educación catalana en funciones, Irene Rigau, al
considerar que la propuesta del Gobierno «relega» al catalán a una
«segunda o tercera fila». Un extremo negado por el ministro José Ignacio
Wert , quien se amparó en las sentencias judiciales para defender su
normativa. «Para nosotros el modelo lingüístico es innegociable. La
propuesta del Gobierno invade las competencias recogidas en el Estatut y
la Ley autonómica de Educación», explicó la consejera catalana.
Rigau reiteró la intención de recurrir la normativa al
Tribunal Constitucional, aunque confió en que el Gobierno dé marcha
atrás y retire la propuesta. Además, anunció que presentarán un informe
jurídico explicando las razones por las que el texto es, en su opinión,
contrario a la legislación catalana. «En Cataluña seguimos un modelo
lingüístico desde hace 30 años que es defendido por toda la sociedad»,
aseguró.
Tema sensible para Cataluña
La responsable de Educación de la Generalitat se mostró
muy molesta por una modificación en una materia «tan sensible» para
Cataluña que no fue debatida en ninguna de las reuniones anteriores y
que se les comunicó solo 24 horas antes de la reunión sectorial. Un
extremo que incumple el reglamento y que obligará a una nueva reunión el
19 de diciembre.
La propuesta que abrió la caja de los truenos es una
nueva disposición que contempla un trato diferenciado a la lengua
cooficial respecto del castellano «en una proporción razonable». Es esa
ambigua expresión la que ha levantado ampollas en la Generalitat. Ven en
ello la intención del Gobierno de modificar la inmersión lingüística y
dar más peso al castellano. «No estamos invadiendo la competencia
educativa de Cataluña. No estamos poniendo una cuota que suponga
disminuir el peso del catalán», aseguró Wert .
Además, recordó que esas palabras son las utilizadas por
el Tribunal Supremo y el Constitucional en las sentencias referidas a
varias normativas lingüísticas en Cataluña. En un intento de calmar los
ánimos, el ministro presentó un texto alternativo en el que se incluía
el examen de las lenguas cooficiales en las evaluaciones al final de
cada etapa educativa (Primaria, ESO y Bachillerato). Una medida que la
delegación catalana también consideró insuficiente.
Plurilingüïsmo
Otro tema polémico se refiere a la obligación de la
administración autonómica de costear la escolarización en un centro
privado o concertado de los alumnos que elijan el castellano como lengua
vehicular. Una medida con la que el Gobiernto trata de garantizar el
derecho de los estudiantes que en Cataluña denuncian la imposibilidad de
estudiar en castellano. Una medida que la Generalitat también ve como
un ataque. En respuesta a estas propuestas el presidente de Cataluña,
Artur Mas, convocó para el próximo miércoles una reunión con los
partidos catalanes para «hacer piña» en defensa del catalán.
Esta polémica lingüística no se da en otras comunidades
con lengua propia, ya que tienen un sistema de plurilingüimo. En el País
Vasco los alumnos pueden elegir entre tres modelos (A, B y D). En el A
la lengua vehicular es el castellano, el B es un modelo mixto y en el D
es el euskera la lengua vehicular. En Galicia una ley aprobada durante
el Gobierno PSOE-BNG obligaba a impartir en gallego un mínimo del 50% de
las asignaturas. Con Núñez Feijoo esa normativa se flexibilizó y los
estudiantes pueden escoger la lengua vehicular. En Baleares también
existe la opción de elegir la lengua vehicular, aunque el castellano
tiene un mínimo de seis horas semanales. Los demás aspectos normativos
se mantienen prácticamente igual. La mayoría de comunidades gobernadas
por el PP garantizan la aprobación definitiva del texto el próximo 19 de
diciembre.
Por su parte, los consejeros socialistas (Asturias,
Andalucía y País Vasco) mostraron su oposición al borrador de la
reforma. La consejera andaluza, Mar Moreno, acusó a Wert de querer
«entregar» la educación a «la escuela privada y al mercado».
TÍTULO: DE CERCA : CATE BLANCHETT:Entrevista a Cate Blanchett-foto.
s un valor seguro y los directores lo saben. Es capaz de ponerse en la piel de la mismísima Reina de Inglaterra o de un ama de casa atormentada. Su último reto es parecerse a Bob Dylan. ¿Te la imaginas?
Nos conformamos –que no es poco– con verla cara a cara y vestida con un sastre de Armani –of course–, en la entrevista que nos concede en Los Ángeles.
Este último año ha tenido la oportunidad de viajar por distintas partes del mundo gracias a su trabajo. ¿De qué forma le condiciona el lugar donde rueda?
Depende del sitio. Obviamente, rodar en Inglaterra –Diario de un escándalo y The Golden Age, donde da vida por segunda vez a la reina Isabel I– ha sido fácil, porque vivo allí la mayor parte del año. En cambio, los escenarios de Babel me afectaron de una forma más profunda.
¿Era su primera vez en África?
No, fui cuando tenía diecisiete años. Me lancé a explorar el mundo con la mochila a cuestas. Pero esta vez no ha sido así, claro, llevé a mis hijos conmigo.
¿De qué modo le afectó esa experiencia?
Aunque es cierto que mi profesión me permite viajar mucho, la mayoría de las veces, estés donde estés, es inevitable que vivas en un mundo un tanto aislado y desconectado de la cultura del lugar. Pero en esta ocasión fue diferente. Alejandro (González Iñárritu, director de Babel) hizo que Marruecos formara parte de nuestra historia. Fue una experiencia inolvidable, sobre todo el ver a mis hijos compartiendo juegos con los niños del pueblo y correr detrás de las gallinas.
Uno de sus hijos sufrió un pequeño percance, ¿no es así?
Sí, el mayor se cayó y tuvo una fuerte contusión. Para prevenir males mayores, volamos a Inglaterra donde le hicieron unas pruebas. A los dos días ya estábamos de vuelta en el rodaje. Me preocupa el bienestar de mis hijos, pero tampoco puedo encerrarlos en una burbuja. Hay que prestarles atención para que no corran ciertos riesgos pero también hay que dejarles experimentar la vida.
Hablando de niños, en Babel interpreta a una madre que ha perdido a un bebé y en Diario de un escándalo, tiene uno con síndrome de Down…
Soy una masoquista (risas).
¿Le cuesta olvidarse de esos personajes tan intensos que interpreta?
Siempre hay una sombra que planea sobre ti. Pero cuantos más papeles haces, más fácil te resulta deshacerte de ellos. Aun así, es imposible no implicarse. En Diario de un escándalo, me preguntaba: «¿En qué pensará Sheba para meterse en una relación como esa?»
Sheba es una profesora que mantiene una relación con uno de sus alumnos, quince años menor que ella. ¿Le ha ocurrido en la vida real que un hombre más joven se haya obsesionado con usted?
¡Ojalá! (risas).
¿Consiguió entender a Sheba?
Me resultó bastante difícil comprender sus motivaciones, porque la relación que mantiene es enfermiza. El guión me ayudó mucho porque indaga en la soledad de ambos personajes y te hace entender la desesperación de Sheba, su necesidad de provocar un cambio en su vida, aunque tenga que pagar un alto precio por ello. A menudo, el ser humano hace cosas destructivas cuando necesita dar un paso más allá. No es mi caso, claro (risas), pero hay gente que lo hace.
El amor es un terreno complicado. ¿Se atrevería a definirlo?
Por lo general, cuando la gente piensa en el amor, piensa egoístamente: «Creo que estoy enamorado o enamorada», decimos. Pero el amor más intenso y maravilloso, es aquel en el que uno se olvida de sí mismo y piensa en otras personas. En mi opinión, el que se siente por un hijo es, quizás, el más puro que existe.
Últimamente, el drama la acompaña. ¿No le encantaría hacer una comedia romántica o algo más liviano?
¡Por supuesto! Pero no voy a aceptar algo que no tenga sentido. La buena comedia, la verdaderamente inteligente, es difícil de hacer, por eso no hay muchos papeles. Me lo pasé genial haciendo Life Acuatic, de Wes Anderson. Para mí es uno de los genios de este género.
Ahora rueda en Nueva Orleáns El curioso caso de Benjamin Button. De nuevo, con Brad Pitt. ¿Ha sufrido ya los efectos del fenómeno Bradgelina?
Brad es un modelo de profesionalidad y de fortaleza mental. Lo tiene todo tan asumido que no deja que eso le afecte en su trabajo, es una persona admirable. Todos vivimos en una pecera, sabemos que, de una forma u otra, estamos monitorizados –Brad y Angelina, obviamente, más que otros– pero no debemos permitir que eso nos influya.
Brad, luego George (Clooney, en El buen alemán)... ¿Qué tal lo lleva su marido?
No es muy celoso. Creo que la última vez que lo vi un poco molesto fue al contemplar mi cara ante el documental de Bob Dylan No Direction Home (risas) –Cate se prepara para dar vida al compositor estadounidense en I“m Not There.
¿Le ayuda a conciliar la vida familiar y la laboral?
Al igual que cualquier madre trabajadora, yo no podría dedicarme a esto si no tuviera una pareja –Andrew Upton– que me apoyase en todo. Él es escritor, por lo que tiene libertad de movimiento y puede venir conmigo a los rodajes y cuidar de los niños mientras yo trabajo. De todos modos, también es cierto que soy una persona afortunada, pues puedo elegir cuándo rodar una película y cuándo no. Hasta ahora, los niños han ido a las escuelas Montessori, que están por todo el mundo. Pero el año que viene, el mayor empieza la educación obligatoria, y eso cambiará un tanto las cosas.
¿Quiere decir con eso que dejará de hacer cine?
No, pero seré más selectiva. Además, mi marido y yo volvemos a hacer teatro. Hemos firmado un contrato de tres años con la Compañía Nacional de Teatro de Sidney, él como escritor y yo como directora, y estaremos allí durante ese tiempo. Y tendremos tres meses libres para hacer otras cosas.
¿Considera que es mejor actriz desde que es madre?
Creo que sí. Cuando interpreté a la periodista irlandesa Veronica Guerin acababa de tener a mi primer hijo y no estaba segura de si quería continuar ejerciendo mi profesión. Estaba tan absorta con esa pequeña criatura que mi trabajo no me parecía lo suficientemente importante. Pero encontré la fórmula para combinar ambas cosas: ahorrar tiempo en ensayos y en charlas con el director y los actores. Conseguí concentrarme en lo que estaba haciendo y obtuve mejores resultados.
¿Qué tal ama de casa es?
Siguiente pregunta (risas). Con tanto viaje se me ha olvidado. Antes cocinaba, se me daba bien la repostería y hacer mermeladas. Pero ahora soy un desastre.
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