lunes, 6 de febrero de 2012

El santo viaje./ ¿Qué lugar es éste?/ LA TIENDA CHICA DE CASTUERA.

TÍTULO: El santo viaje.

Sin mover un sólo músculo del resto del cuerpo abrió los ojos. En seguida se acordó dolorosamente de la fiesta de ayer. Se sentió avergonzada, ¿qué argumentos tengo? ¿cómo puedo estar segura? Ellos no creían y ella… sí, ¿no? Pero le pidieron pruebas objetivas y palpables. Ciencia y nada más. ¿qué podía saber ella? Se puso a la defensiva y no supo contestar, intentó escabuirse de aquella conversación como pudo pero sus burlas la herían. Se sentía sola.
Allí tumbada sin hacer otra cosa se puso a pensar. ¿No sería todo un prejuicio? ¿Qué cosas doy por supuestas sin tener pruebas, sin tener una certeza? Y tomó la determinación de sacarlas de allí, se levantó, buscó una pala, salió y empezó a cavar. ¿Cómo puedo saber que Dios existe? ¿acaso tengo una prueba, una sóla? ¿dónde está? Si ama a sus criaturas ¿por qué existe el sufrimiento? No tiene sentido, no tiene sentido. ¿Por qué sé lo que sé? ¿Cómo sé que Cristo resucitó realmente? Nadie me lo ha demostrado. De pequeña me lo dijeron y yo me lo creí. Pero, ¿qué hay detrás de todo eso? Ufff, la excavación será dolorosa.
Así sigió cavando atormentada por sus propias preguntas, por sus dudas. Quizás dolorosas, pero había algo que la hacía sentir obligada a cavar ¿qué era aquello? No lo sabía. Por un instante se sintió desfallecer. Había cavado y allí no había nada. Aquello era un pozo reseco. No había nada. ¿qué sentido tiene mi vida? Vengo de la nada y a la nada voy. Soy como un pájaro en una noche oscura de tormenta, a merced de los vientos, el frío y la lluvia. El viento ha abierto la ventana de un palacio y me ha empujado dentro. Dentro había una luz tenue, estaba la chimenea encendida y hacía calor. Revolotée dentro de la estancia asustada y emocionada. Me sentí un rato confortada hasta que inexorablemente el viento me volvió a empujar hacia el frío y la lluvia. ¿Es esto mi vida?
La gente pasaba al lado de la excavación. La mayoría no se fijaba en ella, ni siquiera la miraban. Sólo algunos la miraban y su rostro reflejaba temor, pero nunca dijeron nada. Más tarde entendió que este pozo que yo había excabado tenía la fúnebre forma de una fosa. Y ella yacía allí dentro. ¿por qué no la dijeron nada?
Pero esa fuerza dentro de ella volvió a brotar y quiso seguir excavando. Palada tras palada se planteaba. Unos no son mejores que otros. ¿Qué es lo importante en la vida? ¿Por qué todos nos consideramos iguales? ¿Por qué hay cosas que me parecen buenas y otras horribles? ¿acaso no soy libre? ¿quién dicta qué es lo bueno y qué lo malo? ¿quien debe dictar las normas que mi conciencia debe seguir? Palada tras palada aquel horrible hueco comenzó a ser más profundo. Era una pequeña sima de la que no sabía, no podía y no quería salir. Pero comenzó a fijarse en aquella tierra, no era como la del principio. Ya no estaba dispuesta a renunciar fácilmente a aquella, a lanzarla fuera del pozo. La cogió y la apretó entre sus manos y sintió que estaba húmeda. ¿Cómo es posible? ¿¡Intuición!? ¿acaso es fuente de conocimiento? Alguien la gritó desde el borde del pozo: ¡Ánimo, ánimo! ¡Es posible encontrar agua! Y es el agua el que da la Vida, el que transformará tu tumba en un manantial. Y lo que antes me parecía un sinsentido en aquel punto se transformó en posibilidad, ¿será posible? Tiró la pala y se arrodilló. Con sus manos desnudas hizo un pequeño hueco en el fondo de aquella tierra húmeda y el agua brotó a borbotones…
Se empapó de aquel agua y lloró. Sus lágrimas eran de pura felicidad y se mezclaban con aquel agua. ¡Esto sí era vivir! Aunque por un momento sintió temor ¿y si hubiese renunciado en la mitad del camino? ¿y si se hubiese quedado sin fuerzas una vez había excavado aquel pozo reseco? ¡se habría quedado allí muerta y tras haber excavado su propia fosa! De pronto comprendió: aquel impulso que sintió de seguir y seguir hasta el final. Aquello no había venido de ella, ella sólo habiá dicho: sí.
De pronto se sobresaltó, su cuerpo se contrajo involuntariamente y abrió los ojos. Estaba todavía en la cama. Todo había sido un sueño, pero sabía que era cierto. ¡Qué dulce! Él la amaba.

TÍTULO: ¿Qué lugar es éste?

Era la hora de la batalla. La lontananza se cubrió de pinturas de guerra dejando tras de sí las llamas de la devastación. Sobre la multitud del ejército que cubría el temible horizonte resoplaban, rugían las llamas dejadas a su paso tiñendo el cielo de rojo y el aire del humo de la muerte.
Tragué saliva intentando hacer acopio de fuerzas, de valentía. Miré a mi alrededor para ver nuestras fuerzas y temí la derrota. Aquello era un pueblo, no un ejército, había niños, adultos y ancianos, ¿qué podíamos esperar? ¿acaso teníamos algún plan? Entre la espesura surgió quien señaló, quien siempre señala revestido, el Monte Santo. Dirigimos los ojos al Monte esperando el auxilio, esperando… Y el Monte comenzó a exhalar su brisa. La vegetación de sus laderas era espesa y se comenzó a mover suavemente mecida en aquel soplo como si no le importara el fuego y el horror que se cernía. Nos volvimos todos en dirección a aquel Lugar confiados e hicimos una sutil reverencia. Tras esto por fin la suave brisa llegó hasta nosotros y nos acarició el rostro y los cabellos. Y aquella brisa nos transpasó y pensé en las caracolas del mar. Cuando te llevas una caracola al oído oyes el mar porque ciertos ruidos, ciertas frecuencias resuenan dentro de la caracola y su sonido se parece al de las olas. Así aquella brisa acariciaba dulcemente el corazón y la hacía resonar en la frecuencia adecuada… así escuchamos el susurro del Monte Santo. Aquel susurro que no oyes cuando tienes el corazón edurecido, cuando lo tienes lleno de rencor y de burla, de prejuicios e imposibles. Y por eso de aquel Monte también brotan los arrollos que riegan y alimentan la vegetación, tan exhuberante y tan bella que adorna el lugar.
¿Qué lugar es éste que transforma a los hombres? ¿qué lugar es éste en el que el mayor guerrero ha de ser el que se vuelve más humilde? ¿qué lugar es éste donde caben todos los hombres sin excepción?
¡Es el lugar donde respirarás libre aire puro y fresco, donde beberás agua cristalina y repondrás fuerzas!

TÍTULO: LA TIENDA CHICA DE CASTUERA.

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