Además le atiende el Jefe José María.
También los calcetines para hacer deporte como el tenis, salir a correr, También calcetines gordos de lana para el campo y el frió.
Las medias de mujer de colores como el color carne, etc.
Los calcetines finos para ir de boda o de fiesta con los amigos como de color negro, etc.
También tenemos los leotardos de colores como por ejemplo en la foto enseña estas chicas,
Gracias, ven a la Tienda Chica de Castuera a comprar toda clase de artículos, etc.
con el servicio del Jefe José María al cliente.
Hoy en día los calcetines son muy diferentes a los de la antigüedad.
Pero nosotros contamos el cuento de Pepito un niño que hacia deporte.
TÍTULO: LOS CALCETINES DE PEPITO .
Había una vez un niño llamado Pepito, que hacía mucho deporte y que cada día gastaba tres pares de calcetines, todos ellos, eran calcetines de deporte.Cuando Pepito iba a jugar al baloncesto llevaba calcetines de deporte, cuando iba a jugar al fútbol también, hasta ahí todo era normal. Pero es que, cuando Pepito iba al colegio también usaba calcetines de deporte, y cuando iba a ver a sus abuelos también, y así hacía siempre que salía de casa.
En su cajón, sin embargo, había calcetines de todos tipos, incluidos los calcetines de vestir.
Un día, cuando Pepito se levantó por la mañana, vio como un calcetín de vestir se le acercaba a la almohada de la cama, y le decía: “Pepito, yo y mis compañeros de cajón, que somos calcetines de vestir, estamos muy preocupados porque no nos usas“.
Pepito reconoció a ese calcetín rápidamente, era un calcetín que le había regalado su madre, hacía ya dos años.
Pepito le contestó: “no se lo digáis a mi madre, pero es que los calcetines de vestir no me resultan cómodos, y por eso no me los pongo“.
Entonces, el calcetín de vestir le pidió a Pepito que les diera una oportunidad.
Pepito pensó que, ya que había tomado la molestia de salir del cajon y hablar con él, debía concederle una oportunidad a los calcetines de vestir.
Así lo hizo, y les dijo: “Vale, os concedo una oportunidad. Mañana por la mañana me pondré un calcetín de vestir, a ver si me siento tan cómodo como con los de deporte“.
Esa noche, los calcetines de vestir decidieron que el siguiente día, debía ser el día más especial de Pepito, y para ello debían conseguir que se sintiera más cómodo que nunca.
Así que, establecieron un plan para ser más cómodos que los calcetines de deporte, y decidieron ponerse en la planta de cada calcetín unas pequeñas bolitas pegadas, para que cada vez que Pepito diera una pisada recibiera un masaje.
Al día siguiente, Pepito se levantó para ir al colegio y, tal y como había prometido, se puso los calcetines de vestir y unos zapatos, también de vestir.
A medida que iba andando, se iba dando cuenta de lo cómodo que estaba, y poco a poco tenía la sensación de ir volando mientras caminaba.
Para Pepito, fue el día que más cómodo había ido al colegio y a partir de entonces, aprendió que todo el mundo merece una segunda oportunidad, y que tenía que variar más con su vestuario,etc.
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