sábado, 3 de agosto de 2013

La Hécuba de Concha Velasco crece entre las columnas,./ Soy honrado, leal y sincero, pero con un acusado punto de mala leche»,. «Soy honrado, leal y sincero, pero con un acusado punto de mala leche»


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  1. CONCHA VELASCO SE CRECE CON HECUBA Y SU TRAGEDIA
    Hécuba es para Concha Velasco un regalo en su vejez. ... sobre la arena del Teatro Romano que entre columnas se crece, y aún más, si se. ... Gea, héroe distinguido que también vive su particular tragedia con Clitemnestra, ...

    Ya lo venían diciendo. Hécuba es para Concha Velasco un regalo en su vejez. La actriz demostró en el estreno de la obra sobre la arena del Teatro Romano que entre columnas se crece, y aún más, si se trata de un personaje capaz de sacar ojos por sus hijos.
    La cita comenzaba puntual, y con el arropo de unas 1682 personas, que se asombraron al ver entrar a Velasco en escena con una estética poco común en ella que la hacía irreconocible. Con harapos que en su día vestían a una reina, y ahora no son más que despojos acompañados de una melena canosa que rubricaba aún más la vejez de Hécuba. La piel blanquecina y las ojeras exageradas, daban a la actriz un aspecto tétrico, de una mujer muerta por dentro y que sigue viviendo para seguir sufriendo y vengar la muerte de sus hijos.
    Si la caracterización de la actriz dejó boquiabierto a más de uno, la de Agamenón interpretado por Juan Gea, héroe distinguido que también vive su particular tragedia con Clitemnestra, provocó el estupor de los presentes. Las vestimentas típicas del que es adulado acompañaban a una melena con un flequillo que parecía no tener fin, imposible de describir.
    El coro formado por Denise Perdikinis, Marta de la Aldea y Zaira Montes, usó el canto como mejor manera de transmitir al público la desazón de las cautivas troyanas que arropaban a Hécuba, e incluso explican la caída de Troya.
    El resto del elenco, Alberto Berzal, María Isasí, José Pedro Carrión, Alberto Iglesias, Pilar Bayona y Alberto Iglesias, también tuvieron su momento en la obra.
    Pero sin duda la que más brilló fue Hécuba. Velasco, aunque algo contenida en su actuación, convenció al público emeritense que la obsequió con un sentido aplauso y palabras de afecto, que la actriz emocionada supo devolver con un diálogo directo hacia el público. “Le dedico esta obra a mi nieto que es la primera vez que me ve con un papel clásico y Miguel Narros, mi maestro”, palabras que la actriz acompañó con agradecimiento a todos los espectadores.
    Hasta el 11 de agosto, Concha Velasco contará a los espectadores la historia de Hécuba, una reina convertida en esclava que ve morir a sus hijos, y sólo busca justicia. Una justicia que termina tomándola por su mano, ejecutando la peor de las venganzas,.

    «Soy honrado, leal y sincero, pero con un acusado punto de mala leche»
    Me considero honrado, leal y sincero, pero con un acusado punto de mala leche si se me tocan los cataplines. No soy relativista ni sé ...

    REGIONAL

    «Soy honrado, leal y sincero, pero con un acusado punto de mala leche»

    «Opinar como yo lo hago ha limitado muchas de mis posibilidades porque yo escribo de lo que me indigna y lo que me indigna casi siempre anida en el poder»


    -Para quien no le conozca, ¿usted es?
    -Alguien que además de mirar ve y lo cuenta desde su perspectiva, aún sabiendo que puedo resultar poco objetivo, imparcial y ecuánime. Me considero honrado, leal y sincero, pero con un acusado punto de mala leche si se me tocan los cataplines. No soy relativista ni sé encogerme de hombros, pasar de puntillas o ponerme de perfil. Me comprometo y arriesgo, el 'tancredismo' no me va.
    -¿Cómo resumiría brevemente la época que nos toca vivir?
    -Es una época de cuestionamientos y cambios, que es como decir una época de revolución. Lo árboles que no soporten el cimbreo se secarán y alimentarán el fuego. Muchas de las estructuras y creencias que hoy nos parecen imperecederas mañana las veremos ridículas y mohosas. Toca cortar amarras convencionales, romper y caminar. Hasta las aceitunas necesitan que les cambien el agua.
    -Será una época positiva porque.
    -Acabaremos con la cochambre, con los óxidos en la conciencia, con las visiones estereotipadas, con la hipocresía institucional y con el relativismo que concluye en permisividad, indiferencia y carestía de principios y valores. Es anormal que aceptemos la injusticia como normal y que la Justicia tenga padrinos, primos, tíos y sobrinos y soberanos.
    -O quizás será lo contrario porque.
    -Creo en el poder reparador del movimiento. Rosa de Luxemburgo decía que «si no te mueves no oyes el ruido de las cadenas». A lo largo de la historia ha habido situaciones que han marcado un antes y un después y creo que estamos en la antesala de una de ellas. Los óxidos hay que limpiarlos, aunque la herrumbre comience a aparecer al día siguiente.
    -¿Cómo saldremos de esta en Extremadura: mejores, peores, más, menos, más lejos, más cerca...?
    -Las rupturas benefician más a los que menos tienen y menos esperan. El empujón definitivo lo darán los países del tercer mundo, las zonas del hambre. A un chasquido de dedos tenemos millones de personas que mueren de sed, de hambre, por una sífilis, por paludismo. Y ellos, a un chasquido de dedos, tienen un mundo depravado, deshumanizado e insolidario, de opulencia y despilfarro, donde se tiran los alimentos y se destruyen los medicamentos para no abaratar los precios. El encuentro tiene que producirse y ojalá sea pronto, lo deseo con toda mi alma, aunque eso me suponga renunciar a muchos privilegios. Extremadura pertenece al primer mundo, pero dentro del él también hay desigualdades y nosotros no podemos ir a peor. A lo largo de la historia, muchas veces se ha hecho efectiva la ley de los vasos comunicantes.
    -¿Comentar la actualidad supone un reto, un riesgo, un placer, un dolor...?, ¿por qué?
    -Para mí es un desahogo que entraña un riesgo cierto y comprobado. Opinar como yo lo hago ha limitado muchas de mis posibilidades porque yo escribo de lo que me indigna y lo que me indigna casi siempre anida en el poder. Yo no me llevo bien con los que mandan y eso tiene un alto precio, que a veces también pagan los míos. Mi hijo, ingeniero de telecomunicaciones y mi hija, neuropediatra, están fuera de Extremadura. En esto me pasa como a mi abuelo Federico, maestro de Campillo de Llerena, al que quisieron fusilar los de Franco primero y los republicanos después. No ser de nadie es resignarte a la intemperie, pero yo tengo la piel dura y no me gustan los amos.
    -¿Y hacerlo en HOY implica...?
    -HOY es el principal medio de comunicación de Extremadura y eso lo hace temido y querido a la vez. Yo he opinado en la práctica totalidad de los periódicos españoles, pero mi vida como articulista ha estado esencialmente vinculada a HOY y, cuando se me obligó a optar, por HOY dejé tribunas fijas en Diario 16, Pueblo y El Mundo. En HOY llevo 34 años, durante los que he publicado unos 2.300 artículos. No creo que ese número lo haya superado nadie en la historia del periódico. Eso supone que, como el periódico mismo, mi aportación es temida y apetecida. Soy incómodo y, hasta ahora, los que mandan o han mandado, con excepción de Vara, han intentado poner precio, a mi pluma primero y a mi cabeza después.
    -¿Son muchas las veces que se muerde la lengua? ¿con qué temas, personas o noticias de actualidad?
    -Sí, me muerdo la lengua, claro. Unas veces motu proprio y otras porque conozco las limitaciones del periódico. El director es el que decide lo que sale en su medio, yo lo tengo asumido y no hecho pulsos tontos. Si excepcionalmente se considera que no debo tocar un tema o que lo trato de forma inadecuada, no hago un 'casus belli', paso página y escribo de otra cosa. Un director me dijo: «Escribe lo que te apetezca, pero deja en paz a la monarquía». Y yo lo hago.
    -¿Cuáles son sus temas fetiche, aquéllos por los que irremediablemente siente más atracción o interés?
    -La política, las injusticias sociales, la cultura, la historia. casi nada me es ajeno. Me prodigo más en la política porque busco el interés del lector y sé que le gusta leer lo inmediato, lo que le afecta de forma directa. Mis columnas pueden gustar o no, pero no doy opiniones prestadas, aunque he prestado muchas opiniones.
    -¿En quién piensa cuando escribe?, ¿a qué perfil o prototipo de lector se dirige?
    -Siempre pienso en el lector de HOY e incluso desde el título intento epatarlo y sostenerlo para que lea mi columna. Me importa mucho que me lean y por eso me esfuerzo y la trabajo intensamente. Ese es el secreto para mantenerse 34 años en un medio. Creo que los más veteranos somos Agapito Gómez Villa, que es un lujo para cualquier medio, y yo. Aunque la veteranía dice poco porque Jaime Álvarez Buiza, en poco tiempo, ha conseguido lectores fieles que lo buscan. Después de tantos años conozco al lector medio de HOY y a él me dirijo en el fondo, en la forma y en el tema.
    -¿En quien se inspira?, ¿qué escritores o columnistas son sus referentes?
    -Mi inspiración es siempre la actualidad, lo que oigo, lo que veo, lo que leo. Mis columnas, como yo, son muy independientes. Voy tomando notas durante toda la semana y al final elijo lo que considero más oportuno. Me levanto hacia las seis, y suelo ojear toda la prensa por Internet. HOY me lo dejan sobre las 7 y lo leo entero, deteniéndome de forma especial en las páginas de opinión. Leo a los columnistas, porque todos me aportan, todos me importan y de todos aprendo algo, incluso de los tres que me estomagan.
    -¿Recuerda alguna columna especial por su repercusión o consecuencias, fuesen positivas o no?
    -Sí, muchas. Algunas fueron reproducidas incluso en medios nacionales y sirvieron para comentarios políticos en cadenas de televisión. Otras fueron premiadas y otras sirvieron para que me invitaran a programas de televisión, radio y a colaborar en otros medios escritos. Escribí una columna sobre los emigrantes que coleó durante meses, incluso se levantaron monumentos a los emigrantes en algunos pueblos de Extremadura. Fue muy gratificante comprobar que, tantos años después, aún la tienen enmarcada en el Hogar Extremeño de París.
    -¿Qué se pierden los extremeños que no leen a los columnistas de HOY?
    -La opinión más variopinta de Extremadura, aunque creo que, con excepciones, el que no lee a los columnistas extremeños es porque no lee a ningún columnista. En Extremadura se lee poca prensa y los que lo hacen suelen tener una lectura muy selectiva, deportes, sucesos, nacional, local. Conozco a uno que sólo se para en las esquelas. HOY tiene una plantilla de columnistas que pueden competir con los de cualquier medio nacional, el problema es que lo que se dice en Extremadura trasciende poco porque Miravete sigue siendo frontera.
    -¿En verano lee más de lo habitual?, ¿qué lee?, ¿a quién?, ¿dónde?, ¿cuándo?
    -Soy dueño de mi tiempo y no suelo alterar mis hábitos, salvo que dejo mi columna en reposo uno o dos meses. Viajo, me gusta el campo, ando, leo y escribo bastante. Disfruto con la compañía de mi familia y de mis amigos. Leo un libro por semana.
    -Estas fechas son idóneas para...
    -Para hacer propósitos que no da tiempo de cumplir. En junio parece que septiembre cae muy lejos, pero está a la vuelta de la esquina. Yo siempre voy a mi paso y ni corro ni me paro. Soy un privilegiado que tiene más de lo que necesita, que administra su vida y que no tiene tiempo para aburrirse.
    -El curso que viene se ha propuesto...
    -Buscar editor para una novela, 'El manto de légamo', que no debe ser mala ya que el año pasado estuvo entre las finalistas de cuatro premios nacionales. Me han invitado en la Universidad de México para una ponencia sobre Poncio Pilatos y quiero concluir otra novela, 'La amargura de Tiberio', para Semana Santa de 2014. Quiero sacar también otra colección de relatos eróticos.

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