sábado, 3 de agosto de 2013

DE CERCA, EN DIRECTO, JERRY HALL, AMAZONA Y SIRENA,./ PROTAGONISTA, Lauren Hutton,.

TÍTULO; DE CERCA, EN DIRECTO, JERRY HALL, AMAZONA Y SIRENA,.
Jerry Hall
 
Mick Jagger tendrá los mejores morritos del star system, pero Jerry Hall, su pareja durante 23 años, puede presumir de unos pómulos cincelados como los de las estatuas clásicas. Y de una melena dorada hasta la cintura, de unos enormes ojos azules, de unos labios sobresalientes y de un cuerpo elástico y espigado que se alza hasta el metro ochenta. Hall es la prodigiosa amazona rubia que tomó el mundo por asalto en los gloriosos 70. Se convirtió en la imagen de la opulencia sexy y divina de una década en la que quedaban atrás todas las restricciones y cualquier cosa era posible. Hasta que una niña de un suburbio de Dallas se convirtiera en la reina de las pasarelas.

Con una explosiva mezcla genética entre europea y cherokee, Hall nació en Gonzales, Texas, en 1956, junto a su hermana gemela. Su padre, que entonces se ganaba la vida como jugador de póquer y que ya había tenido dos hijas, esperaba que sus siguientes retoños fueran niños y saldó su decepción llamándolas con nombres masculinos: Jerry Faye y Terry Jaye. Cuando tenía dos años, la familia se trasladó a un suburbio de Dallas. Allí Jerry se convirtió en una adolescente de tamaño XXL. “No fui consciente de que era guapa hasta que un día, en una fiesta, alguien me hizo tomar LSD sin avisarme. Flipé encerrada en un baño durante toda la noche. Me miraba en el espejo y me sorprendía lo hermosa que era. Y me dije a mí misma: “Tienes que ser modelo”, cuenta en sus memorias. Tras esa experiencia tan trascendente, se apuntó a una escuela de modelos en el centro comercial más cercano.

Sus primeros trabajos consistían en probarse la ropa de unos grandes almacenes, subirse a un pedestal y bailar al ritmo de la música disco.
Cuando intentó algo más serio, le dijeron que era demasiado exuberante para sus compatriotas, que probara en Europa. Hall se lo tomó tan en serio que, aprovechando los 800 dólares de indemnización por una negligencia médica, llenó su maleta de vestidos extravagantes hechos por su madre y se plantó en París en 1974, con solo 16 años. Era mayo, hacía calor y decidió coger un tren a Saint-Tropez, que le parecía el destino más chic del mundo. No había terminado su primera mañana en la playa cuando se le acercó un agente, Claude Haddad, para ofrecerle trabajo como modelo. Firmó un contrato de 150 euros y se instaló en un apartamento con otras compañeras de profesión.

En esos tiempos compartió habitación con Grace Jones, también recién llegada, y conoció al hombre que se convertiría en su amante y mentor: el ilustrador puertorriqueño Antonio López. Él la enseñó a maquillarse, a vestirse y a posar. Y le presentó a lo más granado de la fauna fashion e intelectual que se movía por las noches de París, entre el restaurante La Coupole y el club Sept: de Karl Lagerfeld a Salvador Dalí, de Yves Saint Laurent a King Vidor, de Sartre a Andy Warhol. Muchos se convertirían en sus amigos para toda la vida.

Helmut Newton la conoció en una de esas veladas y la invitó a posar para la revista Photo. Pero cuando Jerry se plantó ante el objetivo de Newton iba vestida de sadomaso, tenía que chasquear un látigo y morder un bocado de caballo.
Las poses que el fotógrafo le pedía eran, a ojos de una cría de 17 años, demasiado obscenas. Y se echó a llorar porque creía que estaba haciendo porno. Newton le explicó que aquello era arte y para calmarla le prometió fotografiarla para Vogue. Así lo hizo, y las sensuales fotos en las que aparece mordiéndole la mejilla a un hombre en la portada del Vogue Beauty de 1974 se convirtieron en el verdadero comienzo de su carrera. En pocas semanas ya estaba en las pasarelas de Valentino, Madame Gres, Yves Saint Laurent... La relación con Saint Laurent fue más allá de lo profesional. Se convirtió en su modelo oficial y no dejó de participar en todos sus desfiles hasta el último, en 2002, con un esmoquin negro del maestro. Además, fue la primera imagen de su perfume Opium, un clásico para el que Jerry posó en 1977, inmersa en negros y dorados, el epítome del glamour de aquella década.

No llevaba ni un año en París cuando la revista Newsweek le dedicó un reportaje: era la americana que arrasaba en la capital de la moda. Eileen Ford, la dueña de la agencia Ford, lo leyó y no paró hasta convencer a Hall de que se fuera a trabajar con ella a Nueva York.
Incluso le ofreció que viviera en su propia casa. Y, aunque el horario de entrada era tan restrictivo como el de una hija, Jerry se las apañó para convertirse en la reina de las noches de Studio 54. Pero tras su aprendizaje en París con fotógrafos como Helmut Newton, Guy Bourdain, Jeanloup Sieff y Sarah Moon, la moda en la gran manzana no le parecía tan interesante. Y eso que posó para el primer anuncio de Calvin Klein Jeans y trabajó con Irving Penn, Richard Avedon, Horst, Arthur Elgort y Bill King. “El trabajo era mucho más duro y la ropa, menos glamourosa”, asegura en su autobiografía “My life in pictures” (Quadrille). Además, en Vogue América estaban empeñados en que se cortara el pelo. Jerry no quiso claudicar y se fue a colaborar con el Vogue británico.

Con una antigua modelo que empezaba a dar sus primeros pasos como estilista, Grace Coddington, y con el fotógrafo Norman Parkinson, se fue a Jamaica a hacer una sesión de fotos que se ha convertido en una referencia visual histórica
. En ellas aparece en biquini y en todo el esplendor de sus 18 años, dorada, preciosa y escultural. A su lado, Antonio López ejerce de fotógrafo dentro de la propia foto, una idea que Hall atribuye a Coddington y que llamó la atención de Bryan Ferry, el cantante de Roxy Music, uno de los grupos más famosos del momento. Ferry le pidió que posara para la portada de su siguiente disco, “Siren”.

La sesión fue una de las más complicadas de su carrera –“el calor fundía el pegamento y el vestido de Anthony Price se derretía”–, pero durante el viaje surgió el amor entre ellos. Fueron la pareja de moda de un Londres en el que empezaba a despuntar el punk. Ella trabajaba con Vivienne Westwood o Bruce Oldfield y posaba para David Bailey y Terence Donovan. Las noches eran un hervidero de fiestas en locales como Tramp, Langan o Annabel. No es extraño que acabara cruzando su camino con el de Mick Jagger. Aunque Ferry y Hall estaban prometidos, Jagger no disimuló jamás sus intenciones de seducir a la modelo. Mientras, el cantante de Roxy Music parecía empeñado en hacer de ella una aburrida dama de la campiña inglesa.

Durante una gira que la llevó durante varios meses por Japón y Australia, Jerry cayó en los brazos, mucho más divertidos y menos formales, del líder de los Rolling Stones.
Tenía 21 años y durante varios meses salió oficialmente con Ferry mientras se acostaba extraoficialmente con Jagger. Hasta que el primero vio unas fotos de ellos en Marrakech y dejó de dirigirle la palabra para siempre.

Jerry se convirtió en una miembro más de la troupe de los Stones y lo recuerda como días felices en los que compartían todo como una gran familia.
Durante los siguientes 23 años, dividió su vida entre Londres, Nueva York, la isla caribeña de Mustique y un “chateau” en el Loira. La vida con Jagger fue muy feliz al principio. Pero las constantes infidelidades de él y las larguísimas giras mundiales que lo mantenían alejado de su familia acabaron deteriorando su relación. Jagger tuvo multitud de relaciones extraconyugales. Entre las más sonadas, la de Carla Bruni, que entonces era novia de su amigo Eric Clapton. Aunque también se ha hablado de Uma Thurman, Valerie Perrine, Peta Wilson... Jerry Hall prefirió cerrar los ojos a la evidencia.

El músico siempre volvía a sus brazos. La modelo le dio muchas oportunidades y cuatro retoños: Lizzy, Georgia May, James y Gabriel. Intentaron revitalizar su relación con una boda en Bali en 1990 pero, ocho años después, su historia terminaba definitivamente con la aparición de un hijo secreto con la modelo brasileña Luciana Morad. En sus memorias no tuvo pelos en la lengua: “Mick es un depredador sexual. Conseguí que dejara las drogas, pero las sustituyó por la adicción al sexo […]. Creo que su novia actual, L’Wren Scott, lo maneja mucho mejor que yo”.

Al final, Jerry Hall acabó cambiando las pasarelas por las tablas del teatro, con interpretaciones bastante aplaudidas en Broadway y en el West End londinense: “Bus Stop”, “El graduado” y, más recientemente, “Las chicas del calendario”. Cerca ya de los 60 años, mantiene el cuerpazo que la hizo famosa, así como su bella melena rubia y toda su exuberancia texana.


Otras modelos de los 70


Beverly Johnson

Hizo historia al ser la primera afroamericana que consiguió una portada en Vogue América, en agosto de 1974. Repitió el hito un año después, al posar para la francesa Elle. Inspirada por el trabajo de otras modelos de color, como Naomi Sims y Donyale Luna, Johnson (1952) dejó la carrera de derecho para entrar a trabajar en la agencia Ford. Protagonizó más de 500 portadas durante toda su carrera.

Lauren Hutton


Llegó a Nueva York con 200 dólares y la intención de embarcar rumbo a África, pero Hutton (1943) se convirtió, con su nariz rara y sus dientes separados, en la encarnación de la americana natural, fuerte y urbana de los 70. La apoyaron Diana Vreeland y Richard Avedon. En 1973, fue la primera modelo en firmar un contrato exclusivo (¡de seis cifras!) con una firma cosmética, Revlon. Lo mantuvo hasta que cumplió los 40.


Betty Catroux

Hija de un diplomático francés y una “socialité” brasileña, Catroux (1945) fue para Yves Saint Lauren la versión femenina de sí mismo, “como una hermana gemela”. Esta altísima rubia platino, de porte desgarbado y rasgos andróginos, fue su musa y amiga durante toda su vida. Siempre de negro y con gafas de sol, Tom Ford la reivindicaría como icono de estilo en su primera colección para la “maison”. 
Lauren Hutton

TÍTULO; PROTAGONISTA, Lauren Hutton,.

Lauren Hutton.
Lauren Hutton (n. Charleston, Carolina del Sur, 17 de noviembre de 1943) es una ex-modelo y actriz estadounidense. Adquirió fama por ser la primera maniquí en firmar contrato con una marca de cosméticos y por sus roles en las películas Once bitten y American gigolo.
 Lauren Hutton

Llegó a Nueva York con 200 dólares y la intención de embarcar rumbo a África, pero Hutton (1943) se convirtió, con su nariz rara y sus dientes separados, en la encarnación de la americana natural, fuerte y urbana de los 70. La apoyaron Diana Vreeland y Richard Avedon. En 1973, fue la primera modelo en firmar un contrato exclusivo (¡de seis cifras!) con una firma cosmética, Revlon. Lo mantuvo hasta que cumplió los 40.

Estudios y formación

En 1960, Hutton fue una de las primeras estudiantes en acudir a la Universidad del Sur de la Florida en Tampa, pero después fue transferida a la Universidad de Tulane, donde se graduó con un bachelor of arts en 1964.
Hutton hizo una destacada carrera modelando durante los años 1970 y 80, incluso se convirtió en la primera modelo en firmar un contrato exclusivo con una marca de cosméticos. Fue con Revlon en 1973.1

Carrera

Como actriz, Hutton hizo su debut cinematográfico en Paper lion (1968), y obtuvo buenas críticas al interpretar a la antagonista de James Caan en The gambler (1974). Otra interpretación destacada fue la de la adúltera aventurera en American gigolo (1980). Sus papeles en películas importantes fueron relativamente pocos, de hecho, su carrera como actriz comenzó a estancarse lentamente durante los años 1980, cuando participó en películas europeas de menor importancia o en filmes estadounidenses que fracasaban en la taquilla, como Lassiter (1985), Once bitten (1985) y Guilty as charged (1992).
La carrera de modelo de Hutton floreció nuevamente en los años 1990 con un exitoso regreso, y las ofertas de trabajo en la actuación comenzaron a llegar otra vez. Mientras se aproximaba a los cincuenta años de edad, un importante número de medios de comunicación destacaron su excepcional belleza, su fascinación por los viajes y la antropología, y su actitud madura frente a la fama. Los viajes llevaron a Hutton a África, donde disfrutó la belleza del continente y de su gente.
En 1984, se le ofreció un rol para una serie de televisión Paper dolls. Metro-Goldwyn-Mayer decidió producir una serie semanal basada en el telefilme de la ABC, con gran parte del elenco original de la producción de 1982. Sin embargo, la serie no duró mucho tiempo y fue cancelada en diciembre de ese año, dejando una situación de suspenso sin resolver.
1995 fue un importante año para Hutton, desde que fue contratada para la oscura telenovela de la CBS, Central Park West, donde interpretó a la rica socialité Linda Fairchild. También debutó su late show, Lauren Hutton and..., que duró poco tiempo al aire. No obstante, continuó trabajando incesantemente en películas y, en ocasiones, como presentadora.
Hutton, una ávida motociclista, generó titulares en octubre de 2000, cuando a los 55 años de edad se vio envuelta en un serio accidente de motos. Todo ocurrió mientras se dirigía junto a los actores Dennis Hopper y Jeremy Irons a una exhibición de motocicletas en el museo Guggenheim Hermitage. Los medios publicaron que Irons le había dado a Hutton un casco que cubría completamente su rostro solo minutos antes de que ella se estrellara. Perdiendo el control en una cruva, Hutton se deslizó cerca de 30 metros y luego voló por el aire, quedando con fracturas en brazos, piernas y costillas, un pulmón perforado, cortes y magulladuras. Hutton posteriormente pasó por un largo periodo de rehabilitación física, se recuperó y se convirtió en la vocera de su propia marca de cosméticos, Lauren Hutton's Good Stuff, que se vende principalmente a través de su sitio web en Estados Unidos, y por diferentes canales de distribución en Europa y Sudamérica.
En octubre de 2005, a los 61 años de edad, Hutton aceptó posar desnuda para la revista Big. «Quiero que (las mujeres) no se avergüencen de lo que son cuando están en la cama», declaró en el programa Good morning America. Hutton es representada por la agencia de modelos IMG Models de Nueva York.

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