-foto-Flor Bela de Alma da Conceição, conocida como Florbela Espanca (Vila Viçosa, Portugal, 8 de diciembre de 1894 - Matosinhos, Portugal, 8 de diciembre de 1930), fue una escritora portuguesa.
Precursora del movimiento feminista en Portugal, tuvo una vida tumultuosa, inquieta, transformando sus sufrimientos íntimos en poesía de la más alta calidad, cargada de erotismo y feminidad.
Hija de Antónia de Conceição Lobo y de João Maria Espanca, que no la reconoció como hija. Sin embargo, tras la muerte de Antónia en 1908, João y su mujer Maria Espanca crían a la niña. Su padre sólo reconocería la paternidad muchos años después de la muerte de Florbela.
En 1903 Florbela Espanca escribió la primera poesía de que se tiene conocimiento, A Vida e a Morte. Se casó en el día de su cumpleaños en 1913, con Alberto Moutinho. Concluyó un curso de Letras en 1917, inscribiéndose después en Derecho, siendo la primera mujer en hacerlo en la Universidad de Lisboa.
El libro Sóror Saudade es publicado en 1923. Florbela sufre un nuevo aborto, y su marido pide el divorcio. En 1925 se casa por tercera vez, con Mário Lage. La muerte de su hermano Apeles (en un accidente de aviación) la afecta gravemente y la inspira para escribir As Máscaras do Destino.
Intentó suicidarse por dos veces en octubre y noviembre de 1930, en vísperas de la publicación de su obra maestra, Charneca em Flor. Tras el diagnóstico de un edema pulmonar se suicida el día de su cumpleaños, el 8 de diciembre de 1930. Charneca em Flor se publicaría en enero de 1931.
TÍTULO: EL TARAF ES BUSCAR EL DUENDE POR LA POESÍA,.
«El Taraf es buscar el duende por la poesía»
El Taraf cuenta la historia de El Espina, un payo que sueña ser flamenco desde pequeño. De tanto intentarlo, su desesperación lo lleva a ...
El Taraf cuenta la historia de El Espina, un payo que sueña
ser flamenco desde pequeño. De tanto intentarlo, su desesperación lo
lleva a invocar a un espíritu que dicen da maneras a quien no tiene».
Esta sinopsis me la pasa Sergio Román (San Fernando, 1976), el autor de
esta fábula flamenca que se estrena el día 17 de junio en el Teatro
López de Ayala. Si buscamos 'Taraf' en el buscador Google nos lleva a
Rumanía. Nos descubre además, a una de las bandas de ensamble musical
romaní más famosas del postcomunismo. Nos enseña también que Taraf tiene
una connotación arcaica o rústica, pero si te sientas frente a Sergio
Román descubres un cúmulo de moralejas, sueños y fantasías con un
lenguaje flamenco. Un texto de «un país de las maravillas» donde se
mezclan las reinas Alegría, Soleá, o Bulería, con 'el niño Espina' o la
malvada Petenera. Un recorrido mágico para amantes del flamenco con el
que podremos descubrir 'un mito del Fausto' particular, del universo de
Román.
-¿Qué es 'El Taraf'?
-El Taraf es un sueño sobre un escenario. Cuenta la
historia de una proposición, la que se le hace al Espina, a través de
tres pruebas que tiene que pasar, y una que tiene que evitar. Debe
conquistar a los reinos de la alegría, de la bulería y de la soleá. A
cambio, si no lo consigue, El Taraf se apoderará de su alma. Así, con
esta premisa, nos involucramos en un mundo de fantasía flamenca, donde
la poesía, el teatro, el baile, la música y unas originales
proyecciones, se funden para crear este espectáculo lleno de duende, de
misterio y de flamenco.
-¿Qué perseguía al escribir esta obra?
-Quería aportar mi granito de arena al flamenco mediante la
poesía y el teatro, que son los campos donde yo me muevo como
profesional. Hace mucho tiempo que intentamos Pilar Andújar y yo
montarlo, y la idea me rondaba desde hace años, pero solo al ponerme a
escribirla sentí que fluía directamente al papel. En apenas dos meses,
la tenía finalizada.
-Toda fábula tiene una moraleja, ¿cual es la de El Taraf?
-La moraleja no deja de ser esa obligación que tenemos
todos de conseguir las cosas por nosotros mismos. El Taraf es la
búsqueda del duende a través de la poesía. Está basado en el mito de
Fausto. Ese hombre que vende su alma, para ser eternamente joven, bello y
admirado por todos.
-¿Cómo se conjuga el flamenco con ese Fausto?
-Lo he conjugado, un poco con mi experiencia personal. Esa
patosidad que tengo para el baile...pero no he encontrado más fronteras
que esa. Quizás lo original esté en el verso y en una línea dramática,
donde se conjugan con gran armonía la danza flamenca y el teatro.
-¿En qué punto se unieron Fausto y El Taraf?
-Tomando como base un niño payo que quiere ser flamenco,
pero no tiene ese don, ni tiene gracia, ni tiene arte... El Taraf nos
va, como espectadores, haciéndonos cómplices del sueño de ese niño, que
ya de mayor pide ayuda a un espíritu, al guardián de las llaves del
flamenco, para conseguir ser un gran artista. Finalmente éste accede a
su deseo, pero con la condición de conquistar el reino de la bulería, el
reino de la alegría y el reino de la soleá. Le suma una condición más:
que nunca se deje engañar por la petenera...
-Continuamos con ese mito de «mal fario» a la petenera...
-Sí, a pesar de ser un niño payo considero que esa leyenda
negativa que tiene la petenera es buena, para continuar una linea
dramática y para conseguir sorprender al lector, al público, sin perder
la esencia flamenca. El 17 de junio lo podrán comprobar en el López de
Ayala.
-¿Cómo van los ensayos?
-Bien, esta obra se realiza con la producción de la Escuela
de Flamenco de Pilar Andújar y la compañía pacense Espantaperros
Teatro, de la cual soy director. Sobre el escenario, seis bailaoras, que
también serán actrices ese día, claro; el poeta Javier Feijoó también
participa con el papel de El Taraf, y Carolina Yuste, actriz, que hará
de Petenera. El papel del niño es para Diego Andújar, y yo soy 'El
Espina', el niño cuando se hace mayor...
-¿Cómo se siente uno al vender el alma al 'diablo'?
-Ahora, mientras ensayamos.., la verdad es que una cosa es
escribirlo y otra es sentirlo (se queda pensativo), «yo no vendí mi alma
al diablo, se la cambié en una noche de farra».. no sé, son cosas que
escribo en determinados momentos... creo que El Taraf es un poco así:
momentos puntuales, mágicos. Los reinos de esta obra son como el cuento
de Alicia en El País de las Maravillas, lleno de magia, de fantasía, y
de pasión por la propia historia que se está viviendo. Ten en cuenta que
la música es en directo, la guitarra de Joaquín Muñino y la de José
Ángel Castilla, el cante de María José Chacón, y el saxo de Pablo
Hernández. Estoy seguro de que le gente, aficionada o no va a disfrutar.
Es diferente. Durante toda la obra, que dura alrededor de unos 60
minutos, el toque de la guitarra, el cante y el acompañamiento se
convierten en vital para llevar el sentido y la linea argumental de la
obra... esto es flamenco, pero una fábula donde la moraleja además está
en lo que cada espectador pueda llevarse, de toda esa amalgama de arte
de la que está impregnada El Taraf.
-¿Y cual es La Espina que Sergio Román nunca se ha podido sacar?
-Ser precisamente El Espina, ese bailaor que cumple su
sueño. Yo me quedé siempre con las ganas de poder bailar, pero quien
sabe si yo no decido, también algún día, vender mi alma al diablo...
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