El libro «Big data. La revolución de los datos masivos» recorre las profundidades de un fenómeno que permitiría predecir epidemias o ...
Una cosecha de datos que se ha multiplicado en los dos
últimos años –se calcula que entre el 80% y el 90% se han recogido desde
2011– que una vez seleccionado el mejor grano ha permitido, entre otras
cosas, a ingenieros de Google predecir en tiempo real el avance del
virus H1N1 gracias a los términos que muchos de los que acaban
infectados buscaban al sentir los primeros síntomas. Unas herramientas
que permitió a la ciudad de Ámsterdam aumentar la llegada de visitantes o al excandidato a la Casa Blanca Mitt Romney conocer a que iglesia acudían sus potenciales votantes.
«Ninguna esfera de la sociedad quedará intacta», afirma Viktor Mayer-Schönberger,
profesor de regulación y gestión de internet en la Universidad de
Oxford y autor de «Big data. La revolución de los datos masivos»
(Turner). Este ensayo que ahora se traduce al español, en cuya elaboración también ha participado un gurú de la talla Kenneth
Curtier –editor de datos del semanario «The Economist»–, recorre las
entrañas de un fenómeno del que, a pesar de nutrirse del rastro que
dejan millones y millones de usuarios en internet, pocos conocen su
alcance.
La consultora IDC dice que la información digital que existe a día de hoy ocuparía, a ojo de buen cubero,
250 trillones de DVD. Un simple cigoto al que todavía le queda mucho de
gestación. En 2012, se hablaba ya de 2,8 zettabytes. En 2020, estos
podrían llegar a 40.000 exabytes (40 billones de gygabytes). Política,
administración pública, turismo, sanidad, educación, banca y seguros,
deportes… Todo lo susceptible de medirse por datos «cambiará en esta
nueva era».
«Los ayuntamientos podrán aprender cuándo y cómo se
utilizan las infraestructuras de la ciudad, mejorando desde el
alcantarillado de calles y escuelas hasta el encendido del alumbrado
público», aclara. «En el campo de la salud, –continúa– dará paso a la
medicina personalizada pudiendo obtener la dosis correcta de un fármaco
para el metabolismo de cada persona y no como a día de hoy».
«Los teléfonos inteligentes han ayudado mucho», explica.
«Ello se debe a que son plataformas con muchos sensores que recopilan
gran información», añade haciendo referencia a servicios de
geolocalización como Foursquare, que recientemente podría haber despertado el interés inversor de Microsoft.
«Sin embargo, el ser humano trabaja desde hace mucho tiempo
con estos métodos. El capitán Maury, en el siglo XIX, empleó millones
de datos de libros de navegación de la Armada así como de barcos
comerciales de EE.UU. y con la ayuda de un centenar de personas que él
llamó 'ordenadores' consiguió predecir con acierto los vientos y las
corrientes marinas», cuenta el autor, quien destaca que actualmente
empresas como Google, Facebook, IBM o Amazon logran una gran fiabilidad gracias a estas recetas.
La privacidad
La explosión de estas herramientas ha creado lagunas e
inseguridades, la mayoría de ellas relativas a la intimidad. «Si no
quieres que se sepa, mejor que no estés haciéndolo», sugirió en su
momento Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Mountain View. «Tenemos
que ser conscientes de los lados oscuros y protegernos antes de que sea
tarde», opina Mayer-Schönberger,
quien asegura que la privacidad «en absoluto» está muerta en internet,
aunque si requiere de una «actualización» de herramientas para
protegerla.
Pero este «Gran Hermano» no queda solo en el ámbito privado. Edward Snowden,
un exempleado de la CIA, puso en jaque a la Administración Obama al
desvelar que el tío Sam había urdido una campaña de espionaje digital,
resucitando el fantasma de la Policía Mental que Orwell describió en
«1884». «El programa PRISM demuestra
que gobiernos como el de EE.UU. entienden la importancia de los datos
masivos y estas predicciones. Pero también demuestra que hay que poner
salvaguardas para proteger la esencia de la humanidad», agrega.
TÍTULO; En verano, ¡a Invernalia! TELEVISIÓN,.
Las series de televisión han
multiplicado el interés turístico de las ciudades donde se rodaron.
Irlanda del Norte ha recaudado 76 millones gracias a 'Juego de tronos'
No es una excentricidad, es turismo motivado por las series
de televisión. Monumentos de la cultura popular como esta mesa en la
que se rodó la última escena de 'Los Soprano'. Donde desde el pasado 19
de junio los fans del fallecido James Gandolfini (sí, Tony Soprano)
acudieron a rendirle tributo. Son pocos los que visitan Nueva Jersey sin
pasar por Holsten's.
Por supuesto, estos reclamos no pasan desapercibidos para
las agencias de viaje y gobiernos regionales. Las autoridades de Irlanda
del Norte, escenario del épico combate entre Brienne de Tarth y Jaime
Lannister en 'Juego de Tronos' (Antena 3 y Canal+), aseguran haber
ingresado 76 millones de euros gracias a los turistas que ha atraído la
serie de televisión.
Por este motivo van a poner en marcha una muestra temática
por la que esperan recibir 20.000 visitantes. O el 'tour' que organiza
el operador Viator, con visitas guiadas por los lugares en los que se
rodó la ficción de la cadena estadounidense HBO y que van desde la
ciudad croata de Dubrovnik (Desembarco del Rey), Irlanda (Invernalia), a
Marruecos (Qarth).
Basta que un edificio sea el escenario principal en una
serie para que al verano siguiente se llene de curiosos y japoneses con
cámaras. Justo lo que sucedió con el Castillo de Highclere en Newby
(Inglaterra), que pasó de ser la tranquila residencia de los condes de
Carnarvon a convertirse en uno de los lugares favoritos para celebrar
bodas del Reino Unido gracias a 'Downton Abbey' (Antena 3), donde es
conocido como Mansión Crawley en la ficción.
Incluso zonas escasamente turísticas como Albuquerque en
Nuevo México, localización de 'Breaking bad' (La Sexta), se han visto
beneficiadas por el boom 'seriéfilo'. Y eso pese a que al principio sus
habitantes se quejaban de que la serie solo mostraba una imagen negativa
del narcotráfico en su ciudad.
Pero se rindieron ante los numerosos fans que preguntaban
una y otra vez por la casa de Walter White o por el restaurante 'Los
Pollos Hermanos', y decidieron que, en vez de oponerse, lo mejor era
aprovechar el tirón e instauraron el 16 de marzo como el día de
'Breaking bad'. Los resultados, una ocupación hotelera total.
Un Springfield real
Y si no existe se crea. Aunque Springfield, hogar de 'Los
Simpson' (Antena 3), es uno de los nombres de ciudad que más se repite
en Estados Unidos (casi todos los estados tienen uno) el de verdad se ha
construido en el parque temático de Universal Studios de Orlando
(Florida). De todos los que existen será el único en contar con un 'Bar
de Moe', un 'Krustyburger' o un 'Badulaque'. Abrió sus puertas a
principios de este mes y sus dueños esperan arrebatar el liderazgo al
cercano Disneyworld.
Pero sin duda, la reina del turismo de series es Nueva
York. 'Seinfield', 'Friends', 'Sexo en Nueva York', 'Cómo conocí a
vuestra madre'... La lista es tan larga que es imposible enumerarla de
memoria. Gracias a la tele no hace falta visitar la Gran Manzana para
conocer su trazado. Casi sin saberlo, ya hemos visitado sus calles y las
tiendas y locales más emblemáticos.
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