domingo, 9 de diciembre de 2012

JINETES SIN CARRERAS,./ REPARTÍA PAQUETES EN BICICLETA POR 600 PESETAS AL MES, JUAN DIEGO ACTOR,.

Jinetes sin carreraTÍTULO: JINETES SIN CARRERAS:

El espectáculo para el turista es sin duda atractivo, y eso que pueden asaltarle en algún momento las dudas sobre si es ético que niños tan ...

Algunos de estos pequeños de Bima (Indonesia) que montan a pelo solo tienen 8 años. Parecen felices. Cuando ganan, su familia recibe 75 euros y dos vacas. Eso sí, pueden faltar a la escuela ¡hasta dos meses! para entrenar

El espectáculo para el turista es sin duda atractivo, y eso que pueden asaltarle en algún momento las dudas sobre si es ético que niños tan pequeños se jueguen el tipo montando caballos a pelo y al galope y con la única protección de una máscara y un casco. Compiten por un premio que ayude a sus familias, así que también resulta interesante para la economía local, cómo no. Los niños de Bima, en la isla de Sumbawa, en Indonesia, llevan generaciones y generaciones entregándose en cuerpo y alma a perpetuar esta tradición cuando termina la temporada del arroz.
Los críos empiezan a montar a caballo a los 5 años. Asegura Hajji Sukri, uno de los responsables de la organización de estas carreras, que ninguno ha muerto y que tampoco ha habido heridos graves. Que todos son jinetes muy hábiles. Claro que sí. Beawiharta, el fotógrafo de la agencia Reuters que ha captado estas imágenes, también quedó impactado por el 'show'. En el blog donde escribe pensamientos para acompañar sus fotos, comienza preguntándose si estos niños «no son demasiado jóvenes para correr así». Al contemplarlos felices cuando concluye la carrera, limpiando amorosos sus caballos en las aguas de la cercana playa de Kilaki, confiesa que él nunca dejaría a sus hijos montar de ese modo, pero entiende que los chavales aquí «son diferentes. Conocen estos caballos desde que eran jóvenes y son como amigos».
Durante la prueba, un pequeño se cae del animal y muerde el polvo del circuito oval de Panda, de 1.400 metros de longitud, muy cerca de Bima, la capital. Su padre salta de entre los espectadores, acude a recogerlo y se lo lleva. El niño llora, claro, porque a pesar de que los animales son de una raza de pequeñas dimensiones típica de la zona (1,20 metros de altura), la velocidad aumenta la fuerza de la caída. Sarifudin es otro de esos críos. Tiene 8 años y está nervioso antes de comenzar. Sabe que si gana puede llevarse 75 euros y dos vacas para su familia. Para él, vale con la gloria. Al final, queda tercero. Y está agotado, confiesa.
Las carreras duran once días. Once días que los niños faltan a la escuela. Casi siempre más, porque antes hay que entrenar y después, descansar y celebrar si se ha ganado. Irwansyah es un taxista que asiste a la competición. «Está bien para haberse caído», afirma al ver al pequeño. «Pero mi preocupación es que deberían estar en la escuela, no en las carreras de caballos». Mohammad Endiansyah, al que llaman simplemente Endi, lleva dos meses sin ir a clase con el único objetivo de prepararse a fondo para este acontecimiento, participando además en otras pruebas. Los que apuestan están con él porque, a sus 11 años, es un experimentado jinete que ha hecho ganar a su familia más de mil euros.
«Un caballo es un amigo»
Desarrollo Compatible es una ONG fundada por el abogado español Carlos Ferrándiz que ha puesto en marcha en la isla de Sumbawa -la misma donde Endi monta a caballo en vez de ir a clase- el Proyecto Harapan, que, entre otras cosas, está construyendo una escuela en una aldea. En la ONG achacan a la actual crisis económica que afecta a Indonesia el que miles de menores hayan dejado el colegio para ganarse la vida. «El trabajo infantil es uno de los principales problemas de Indonesia (250 millones de habitantes); al menos 2,3 millones de niños de 10 a 14 años y 3,8 millones de 15 a 18 años trabajan para ayudar a sus familias», lamenta.
La tasa de alfabetización en la República de Indonesia se sitúa en un elevado 91%, pero, a pesar de eso, el fracaso escolar llega al 50%, es decir, que la mitad de los críos abandonan la enseñanza básica, que dura seis años y está poco prestigiada. En Sumbawa (millón y medio de habitantes), pese a estar tan cerca de la visitada isla de Bali, no han aprendido a explotar su oferta turística, que podría ayudar a salir de la extrema pobreza en la que la mayoría vive allí, explican en Desarrollo Compatible. Así que los niños de Bima son un ejemplo, y no el más grave, de los muchos chavales que están inmersos en tareas que no les corresponden: pastoreo, agricultura, auxiliares en pequeños comercios, limpiabotas...
A Endi, el jinete por el que todos apuestan, el que se ha fumado dos meses de clase con el consentimiento de su familia -sin duda necesitada del dinero que gana el crío-, le gustaría ser policía cuando se haga mayor: «O si no, jockey profesional. Un caballo es como un amigo, me he caído, he estado enfermo, he llorado, pero nunca me ha pisado uno».
El fotógrafo que ha hecho posible este reportaje reconoce que los niños retratados «están a gusto con los caballos». Pero respondiéndose a la primera pregunta que se hacía en el blog, concluye: «Sí, para mí son todavía demasiado jóvenes para correr». 
 
TÍTULO: REPARTÍA PAQUETES EN BICICLETA POR 600 PESETAS AL MES, JUAN DIEGO ACTOR,.
 

Juan Diego (Ruiz Moreno), uno de los actores andaluces más reconocidos y de más extensa y exitosa trayectoria profesional, hace un hueco en su apretada agenda para concedernos una breve, pero interesante entrevista. El sábado 18 de abril estará en el malagueño Teatro de Cervantes, para recoger el Premio Málaga del 12ª Festival de Málaga de Cine Español. Un premio que dice recibir con alegría, porque es de un importante festival y de la ciudad que más ha visitado de España, después de Sevilla.
AC- ¿Sabe cuántos premios ha recibido a lo largo de su carrera, sumando el Premio Málaga? ¿Lleva la cuenta o ya la ha perdido?
Juan Diego- No, no, porque es un lío; son muchos años, cincuenta, cincuenta y algo, no sé, ya he perdido la cuenta.
AC- Y el Premio Málaga, ¿qué significa para usted?
Juan Diego- Creo que me lo he trabajado a muerte, y que por eso me lo han dado. Es una gran alegría, porque he ido a Málaga yo qué sé cuántas veces. Málaga, aparte de Sevilla, es la ciudad de España que más he visitado, porque tengo allí muchos amigos y amigas, y tengo allí también a mi hijo, y también está el Festival de Cine Español, al que he ido…, creo que a partir del año 2000, casi todos los años. Fui con Smoking Room, cuando me dieron la Biznaga de Plata al Mejor Actor; desde el 2004 he ido todos los años. En el 2006 me dieron dos premios de interpretación de Málaga; también he ido al festival como miembro del jurado; y ahora voy porque me dan el “Málaga”. De manera que puedo decir que el que la sigue, la consigue. Y es un premio de la importancia de ese festival, que está abriendo puertas al cine español, a películas que de otra forma no podrían estrenarse. Además, es un premio del festival y también de la ciudad.   
AC- ¿Qué significa para usted ser andaluz?
Juan Diego
Juan Diego
Juan Diego- Como para un vasco ser vasco, para un madrileño ser madrileño. Creo que el sentimiento de la tierra es algo innato, forma parte como del árbol que crece en ese sitio adecuado, y te sientes con tus raíces. Y es una alegría, porque sabes que la tierra siempre está ahí, como refugio, como lugar de reencuentro.
AC- Si antes de nacer le hubieran dado la posibilidad de elegir un lugar de nacimiento, ¿hubiera sido Bormujos?
Juan Diego- Hombre, claro, faltaría más. Yo supongo que nadie, sería un tonto, reniega de su tierra; a no ser que le hayan hecho mucho daño, le hayan causado mucho dolor. Me siento muy orgulloso y estoy encantado de haber nacido en Bormujos. Sería otro ser humano diferente al que soy, si no hubiera tenido esa infancia con esa gente, esos amigos, esos atardeceres, con mis padres, con mi familia; sería otro Juan Diego. A lo mejor sería Juan, Juanito. Hubiera sido otra persona, ciertamente.
AC- ¿Se siente profeta en tu tierra?
Juan Diego- No, profeta no. Los profetas eran unos señores que escribían y que hacían cosas que estaban bien o mal. Salvo cuatro, los demás son unos señores que enrevesan la historia, unos la cuentan bien y otros, mal. Pero, bueno, yo soy de los que cuentan bien la historia de mi pueblo, de Andalucía. Pero no tengo la necesidad de sentirme profeta. Creo que profeta es cualquiera. Hay muchos profetas. Estás ahí, te valoran, y cuando lo haces bien o lo haces mal te lo dicen. Y a los profetas no hay nadie que les enmiende la página.
AC- De Andalucía, ¿qué lugares recomendaría a nuestros internautas como destino turístico?
Juan Diego- Yo recomiendo que cojan un mapa de Andalucía y allí donde se pare el dedo, que se vayan, que seguro que allí encuentran Andalucía.
AC- Y de la gastronomía andaluza, ¿qué platos son los preferidos de Juan Diego?
Juan Diego- Para mí, el gazpacho, que sé que es un tópico, y el cocido de berza, con su morcillita, su pringá y la verdura.
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