sábado, 8 de diciembre de 2012

ENRÉDATE El Hyundai Santa Fe ya tiene versión con carrocería larga./ El crimen de Don Benito,.

MarcamotorTÍTULO: ENRÉDATE El Hyundai Santa Fe ya tiene
versión con carrocería larga,.

La marca coreana ha presentado en California la versión siete plazas con carrocería larga de su SUV más popular, el Santa Fe, que llegará al mercado el próximo verano.

PRESENTADO EN EL SALÓN DE LOS ÁNGELES

[foto de la noticia]El Hyundai Santa Fe ya tiene versión con carrocería larga

La marca coreana ha presentado en California la versión siete plazas con carrocería larga de su SUV más popular, el Santa Fe, que llegará al mercado el próximo verano.
Hace un par de meses os presentábamos la tercera generación del Hyundai Santa Fe, que recibía notables mejoras en diseño y acabados. Ahora le llega el turno a su carrocería larga, de siete plazas, que se acaba de presentar en el Salón del Automóvil de Los Ángeles.
Interior del Santa Fe
Por ahora todos los detalles del modelo se refieren a la versión que se pondrá a la venta en Estados Unidos a partir del próximo mes de agosto, fecha que no diferirá en exceso del lanzamiento en Europa. Allí, el nuevo Santa Fe será 21,5 centrímetros más largo que la versión 'normal', alcanzando los 4,90 metros de lontigud.
En su interior, el confort será mucho mayor gracias al crecimiento de 10 centímetros en la distancia entre ejes, y los asientos se podrán configurar con disposición de siete plazas (dos en la primera fila, tres en la segunda y dos en la tercera) o de seis plazas (tres filas de dos asientos). Esta última opción posiblemente no esté disponible en el Santa Fe con carrocería larga que llegue al mercado europeo.

Este modelo apuesta por un diseño suavizado a la par que atractivo y el espacio. Es notable la evolución de esta marca, éste nada tiene que ver con el primer Santa Fe, en eso estamos de acuerdo. Los interiores y acabados hay que verlos,... En general es un gran coche. Ahora bien, parte de 47000 euros, y es una marca por demostrar y demostrar,... merecería la pena desmbolsar esa cantidad por este coche?, pues no sabría decirlo, tiene buena pinta y no tiene un claro rival por ese precio en el mercado pero,....parte de 47000 euros...

TÍTULO:  El crimen de Don Benito,.

 El crimen de Don Benito.

A principios del siglo XX en 1902 hubo un crimen en Don Benito, un pueblo de Extremadura que catalizó todas las tensiones de la época. Relatos los hechos tal como los recoge el ABC del día 20 Noviembre de 1903 en su crónica de la vista de la causa en Don Benito un año después de ocurridos los hechos.
Según el relato del fiscal, los hechos son los siguientes:
En la noche del 18 al 19 del mes de Junio del año de 1902, Carlos García de Paredes, que desde hacía tiempo venía persiguiendo y requiriendo de ilícitos amores á la señorita Inés María Calderón, aunque sin resultado, reuniéndose con Ramón Martín de Castejón, que sentía iguales deseos por la misma, los cuales ya se habían comunicado en vanas conferencias que habían tenido, así como el propósito de realizarlos violentamente, decidieron, buscando de propósito esta noche y hora, llevarlos definitivamente á cabo, acordando emplear en su ejecución cuantos medios estuvieran á su alcance, por muy extremos y violentos que éstos fueran; y dirigiéndose al efecto á la calle de Padre Cortés, se avistaron con el sereno  Pedro Cidoncha, que prestaba servicios en aquel distrito, y participándole su pensamiento, les ofreció su cooperación, alejándose de aquel sitio donde estaba, con objeto de que aquellos llamaran en la casa. núm. 23, y así practicándolo en la puerta de la misma el Castejón, como amigo íntimo de la familia, y pretextando que iba por la caja-botiquín del médico D. Carlos Suárez, que en una de las habitaciones tenía doña Catalina Barragán; pero aquélla se negó á darla, y ante esta contrariedad, acudieron de nuevo al sereno para que llamara, y éste se prestó á ello, retirándose entonces y escondiéndose el Paredes y el Castejón en uno de los ángulos ó rincones que hace la calle.
El sereno se acercó y llamó á la puerta ya indicada, contestando desde dentro doña Catalina:
-  «He dicho que mi puerta no se abre, y no abro-»
A lo cual contestó aquél:
-  «Abra Vd., señora. Catalina, que soy el sereno, y eso es muy preciso.
Persuadida de que era el sereno acopió la caja y abriendo la puerta de la casa se la entregó.
En esta situación, Cidoncha, el sereno, buscando un medio para alejarla, le pidió un poco de agua, y retirándose doña Catalina al interior de la casa para traerla, aprovechando estos momentos de estar solo, hizo señas á Paredes y Castejón para que se aproximaran y entraran.
Dentro del zaguán ya éstos, volvió doña Catalina con el agua en una copa de barro. El Paredes y el Castejón, súbitamente y con abuso de superioridad, por ser dos ellos y sólo ella, se abalanzaron sobre la misma, causándola con un instrumento cortopunzante varias heridas, cuatro mortales de necesidad, falleciendo instantáneamente.
Desembarazados ya de este obstáculo, se dirigieron Paredes y Castejón á una de las habitaciones interiores de la casa donde con su madre dormía Inés, y encontrándola cerrada con una aldaba por dentro, abrieron las puertas violentamente, y dirigiéndose á ella, que se hallaba ligeramente vestida en traje de cama, comenzaron á solicitarla sin resultado, infiriéndola varias lesiones en la, frente y otros sitios para amedrentarla, no consiguiendo sus propósitos, á pesar de los esfuerzos materiales que para ello hicieron.
Maltratada y así herida la joven Inés, se dirigió precipitadamente á una habitación inmediata, escondiéndose bajo una cama que en ella había; perseguida y acosada por aquéllos, la sacaron y arrastraron dé la misma, y continuando en su sangrienta labor, la infirieron nuevamente otras varias heridas hasta él número de veintiuna, y falleciendo á los pocos momentos como consecuencia de tanto martirio.
Un feo crimen perpetrado por el típico señorito, ante el “desprecio” de una mujer de procedencia más humilde.Lo que en principio pareció un feo caso de violencia machista se convirtió pronto en un importante problema político debido a la indignación del pueblo. Las muertes ocurrieron el 19 de julio de 1902, en una casa situada en la calle Padre Cortés, una  vivienda modesta, ocupada por una viuda, cuyo marido había muerto hacía poco y su hijo se encontraba cumpliendo el servicio militar en Sevilla y con una hija, que salían adelante cosiendo y planchando, y alquilando una de las habitaciones a un médico oculista de la vecina Villanueva de la Serena, que atendía allí a sus pacientes.
Lo descubrió una lechera que después de llamar reiteradas veces sin obtener respuesta, entró en la vivienda, pues la puerta estaba abierta, para encontrarse con el cadáver de la madre, Catalina Barragán, de cerca de 60 años, en medio de un charco de sangre.
La lechera, corre a avisar a la Guardia Civil que descubre muerta en el segundo dormitorio a la hija, Inés María Calderón Barragán, una joven de unos 18 años según los gustos de la época muy atractiva. Se encontraba sobre la cama con la cabeza colgando hacia el suelo, las ropas en desorden y las manos entre los muslos, en la actitud característica de una mujer que se defiende de un ataque sexual. Le habían dado veintiuna puñaladas.
En el lugar había múltiples señales de violencia, y sangre por las paredes. La madre  había sido apuñalada, y tenía la cabeza destrozada a golpes. Durante la inspección ocular los agentes encontraron en el suelo de vaso de loza y un maletín médico caído a los pies del primer cadáver, en el zaguán.
Catalina Barragan
Ines Calderón
Inicialmente las sospechas se dirigen hacia el médico Carlos Suárez, quien un testigo anónimo acusa de mirar con deseo a la hermosa Inés María y hacia un enamorado de la joven asesinada, Saturio Guzmán.
Ambos sin mayores pruebas son detenidos en uno de los mayores errores de la actuación de la Guardia Civil. Sin embargo por el pueblo corre la voz que el asesino García de Paredes.
Catalina BarraganCarlos García de Paredes era el prototipo de un cacique local. Soberbio, estirado, soltero, alto, fanfarrón, sin oficio ni beneficio, el prototipo del “señorito”.
Tenía 32 años, al que no se le conocía más ocupación que el juego de naipes y en los meses previos al asesinato había estado asediando, a la joven asesinada, que siempre le había rechazado.
Pese a su fama de violento, supuesto se le suponía autor del apaleamiento de un sereno, violador de una deficiente e incluso autor de una puñalada a su propia madre, “Don Carlos”, tenía las suficientes influencias y tierras para que la autoridad no le investigara con la misma “atención“, que utilizaba con un médico desconocido y un mozo sin más fortuna que su trabajo.

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