Alfonso Guerra
Miércoles, Si algún día se juzgase a Bush, ¿sería lícito hacer lo mismo con Aznar y Blair?
Dice ser: josepe
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Si se le juzgase por su intervención en la guerra de Irak parece que la lógica dice que sí.
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2 Sr. Alfonso Guerra
Desde que tengo uso de razón, me he creido socialista, es decir, todos somos iguales.
Me gustaría hacerle una pregunta muy sencilla. ¿Usted no cree que si los politicos cobraran lo que un ciudadado de a pie, es decir unos 1200€, podría saber las necesidades reales y los problemas a los que nos enfrentamos todos?
Muchas gracias
Dice ser: Lluis Miquel Garcia MorillasLo que gana un político, si sólo vive de eso, no es mucho dinero. Hay unos gastos extraordinarios, como vivir medio mes fuera de tu casa. Lo que pasa es que hay políticos que no se conforman y esos son los que no tienen conexión con la vida real.
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3 Ahora que esta usted en la madurez de su vida,sigue pensando en la lucha social es el modelo a seguir por el pueblo¿tenemos futuro para nuestros hijos con el modelo actual?.
Gracias,de antemano,Antonio Pacheco
Dice ser: Antonio Pacheco MartinEl modelo de capitalismo que ha imperado en el mundo hasta hace meses está terminado. Tiene que haber unos cambios. Se han estado robando vestidos de etiqueta. Sobre nuestros hijos, soy optimista sobre la capacidad de los pueblos de levantarse. Lo tienen difícil porque el reparto de la riqueza es muy injusto. Vivimos en una conformación de la sociedad que es moralmente muy criticable, pero las jóvenes generaciones tienen capacidad para crear un sistema más justo de distribución de la riqueza.
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4 Sr. Guerra, ¿cree que todo lo que ganó el Sr. Solbes en su debate televisivo contra Pizarro, lo ha perdido en la gestión de la "crisis"?
Y si me permite, por otra parte, ¿por qué hemos de pagar los españolitos de a pie los pésimos negocios de nuestros bancos cuando han salido de compras al extranjero, se cubran primero ellos con el plan de rescate, y encima el gobierno consiente que repartan dividendos? Porque si aquí ni el banco presta, el empresario contrata, el trabajador trabaja y el consumidor compra, a ver cómo se mantiene el sistema.
Un saludo.
Dice ser: Asier LedesmaCreo que Pedro Solbes es un hombre serio, solvente y que genera confianza. El tema de los bancos es que, al parecer, las ayudas en avales del Gobierno todavía no han dado el fruto exigible, que es que lo distribuyan a las familias y a las empresas. Por eso, el Gobierno tiene que exigirle a los bancos que usen esos avales para ayudar.
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5 Buenos días,
Siendole sincero, le hecho a usted de menos en un puesto de mayor relevancia en el PSOE. No se plantea volver a ejercer un papel mas preponderante ?. Particularmente me da cierta pena ver en lo que se ha convertido el partido socialista con Zapatero y sus acolitos.
Dice ser: Yo mismoHe desempañado el papel que la organización me ha encargado. Ahora soy diputado y presidente de la Comisión Constitucional y lo que me encarguen estaré siempre dispuesto a cumplirlo.
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6 ¿cree usted que si volviera el gobierno de Felipe Gonzalez podria mejorar esta crisis por la que pasamos?
Dice ser: elena gonzalezLa situación económica que encontró el Gobierno de Felipe González en 1982 era muy diferente. Nosotros hicimos un cambio importante del que se han beneficiado el resto de gobiernos. Pero esta crisis, de esta envergadura, es algo muy diferente. No sé qué hubiera ocurrido.
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7 ¿cree usted que se deberia negociar con la iglesia catolica un nuevo concordato? y ¿ y cuales serian segun usted los principales principios que deberia tener ese nuevo concordato?
Dice ser: PedroLa actitud de la Iglesia está forzando a desembocar en una revisión de los acuerdos con la Santa Sede, porque cuando tomas actitudes que escapan de lo que un estado no confesional exige... Si no rectifican sus posiciones lo lógico es que antes o después se revisen los acuerdos. Esa revisión tendría que reflejar una separación entre Iglesia y Estado. No es normal que se reúnan en la Plaza de Colón y luego digan que la Iglesia está perseguida.
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8 Señor Alfonso buenos dias.
¿Quién cree usted que ganará la liga española de futbol?
Dice ser: JoseDesde luego no quien me gustaría, que es el Betis. Da la impresión de que este año la gana de calle el Barcelona.
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9 Hola Alfonso.
Que opina del trato que el PSOE esta dando a la Ingenieria (Tecnica) Informática? No hay fichas, no hay regulacion, no hay atribuciones...
Y no vale decir que el PP tampoco lo hizo!
Un cordial saludo
Dice ser: pedrosoPersonalmente fui yo quien peleó mucho por las atribuciones a las ingenierías técnicas cuando estaba en el Gobierno. En este momento, no conozco bien este asunto, pero siempre estuve muy implicado y me lo agradecieron.
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10 Don Alfonso Guerra, Es usted mas conservador que los lideres actuales del PSOE?
Dice ser: JuliánNo, ¿pero de dónde saca usted esa idea? En la vida lo más importante es tener criterio propio. Mi posición ha desbordado siempre por el sector de la izquierda a las posiciones oficiales de la organización.
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11 Señalando que para mí es usted el mejor político que ha tenido España, ¿Cuál fue la decisión más dura que ha tenido que afrontar en democracia? ¿La entrada de España en la OTAN?, ¿Su dimisión como vicepresidente del Gobierno por causas ajenas a su persona, aunque no a su familia?
Dice ser: jose avilésMuchas gracias por su consideración. Sin ninguna duda, las decisiones más duras han estado siempre relacionadas con los asesinatos del terrorismo. Tan duras que dejan huella para toda la vida.
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12 ¿ Que consejo le daria al nuevo presidente de EEUU Obama ?
Dice ser: Ana MariaConsejo, no. Petición, sí. Que no se desvíe en la práctica de la política de los principios que ha estado difundiendo en la campaña electoral.
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13 Me encanta Rosa Díez¿Cuál es su opinión sobre ella y lo que podríamos llamar tercera vía?
Dice ser: duckNo coincidimos. Yo creo que ahí hay un grado de oportunismo con el que no coincido. Hay gente que se ha unido a ese partido y lo respeto, pero no estoy de acuerdo.
TÍTULO: JAVIER SOLANA Ha sido ministro de Cultura (1982-1988),ENTREVISTA:
Padece Javier Solana-foto- una lumbalgia que hoy le mantiene ligeramente escorado y -todo hay que decirlo- un poco rabioso, pero no se queja, o se queja poco, lo justo para justificar esos movimientos contorsionistas a los que recurre entre foto y foto, mientras Chema Conesa cambia el carrete y le sugiere que se quite la chaqueta, que procure mirar con intensidad a la cámara, que se relaje, que haga como que no está posando o, en fin, que aguante cinco minutos más y dará por terminada la sesión.
Javier Solana escucha aunque no del todo. Flexiona el tronco, se sujeta el lomo con la mano al estilo de las embarazadas y acata las instrucciones del fotógrafo sin disimular cierta contrariedad de ánimo. Muestra el hombre las espaldas algo cargadas y los músculos en tensión. Seguramente, es esa misma tensión que le mantiene por dentro como un cohete, aprisionado entre los feroces latidos del cargo. Todo en él delata urgencia, prontitud. Baste señalar que el recorrido entre su despacho y el comedor donde celebramos la entrevista lo realiza en un tiempo récord. Con paso largo y veloz Javier Solana devora pasillos, cruza estancias deslavazadas, engulle puertas y deja atrás a todo el mundo. A sus espaldas, mientras trato de alcanzarle con carrerillas sucesivas, yo sugiero que ponga un patín al servicio de su séquito. Pero el secretario general de la OTAN no se inmuta. Digamos que tampoco tiene tiempo para inmutarse. A partir de ahora todo lo haremos empujados por un incontenible afán plusmarquista: llegar al comedor, pedir la comida, poner en marcha la grabadora, hacer las primeras preguntas, beber unos sorbos de agua -vino tinto en su caso-, seguir haciendo preguntas, tomar un poco de ensalada, meternos en harina, comer el pescado, aclarar dudas, fulminar el postre y rematar la conversación. El camino de regreso al despacho lo hará solito por imperativos de la prisa. Su agenda, como su lumbalgia, no admite contemplaciones.
Pregunta.-¿Le confieso algo? No espero grandes cosas de esta entrevista. Lleva usted tantos años en el escaparate público que se las sabe todas para escurrir el bulto. No quisiera llamarle resabiado pero...
Respuesta. -Adelante, no se corte.
P.-Quiero decir que tiene usted más capas que una cebolla.
R. -Todos tenemos una parte de vida privada, o mejor, de personalidad privada, que nos gusta proteger, pero de ahí a que me consideren inaccesible o escurridizo, me parece exagerado. Yo no tengo conciencia de eso, más bien al contrario... Creo que soy transparente.
P.-¿¿¿Transparente...???
R. -Ahí tiene a mis colaboradores. Pregúnteles a ellos. Muestro mal humor cuando estoy de mal humor, soy colérico cuando soy colérico, me dejo llevar por ataques de ira cuando reviento, y pido disculpas cuando hay que pedirlas... A lo mejor no está bien que lo diga yo, pero soy un libro bastante abierto.
P.-¿Podría hacer un pelín de striptease, siquiera para demostrarlo?
R. -Dentro de un orden, claro...
P.-Siempre me he preguntado qué hay detrás de ese hombre que reparte tantas sonrisas y apretones de manos...
R. -Mi trabajo en la OTAN no da para muchas sonrisas ni abrazos. Al revés, es un trabajo austero y yo mantengo una relación bastante sobria con la gente. Últimamente he vivido una ocasión de celebración profunda, porque la firma con Rusia ha supuesto un acontecimiento importante, pero ése ha sido el único momento en el que ha habido lugar para la expansión. Hacía tiempo que no me mostraba tan efusivo.
"No tengo mono de la política nacional, prefiero llamarlo interés o curiosidad"
P. -¿Los éxitos profesionales influyen mucho en su vida personal?
R. -Sin duda. Ahora estoy contento y se me nota.
P.-Ya. A lo mejor hasta ha conseguido dormir por fin tranquilo.
R. -Siempre he tenido problemas de sueño y el hecho de estar contento no me ayuda a dormir más. Esta noche, por ejemplo, he dormido cuatro horas y media... Nunca he sido dormilón, y no porque no haya querido, sino porque no he podido. Mi ciclo biológico coincide más con la noche que con el día. Llego a la noche con más revoluciones de las que debiera, en cambio por la mañana me levanto desganado.
P.-¿Y qué hace de noche para desfogarse?
R. -Ver la televisión, aunque si he de ser franco, en Bruselas no la veo mucho. Quitando los telediarios internacionales y algún programa cultural de las televisiones francesa y alemana, no veo gran cosa. Prefiero escribir y leer. Escribo alguno de los discursos del día siguiente y leo los libros que tengo acumulados en la mesilla. Anoche terminé el último de Vargas Llosa, Los cuadernos de don Rigoberto, un libro que me regalaron hace poco.
P.-Hagamos un paréntesis: la gente, en España, está orgullosa de usted. Y no tanto, o no precisamente, por ser secretario general de la OTAN, sino por su dominio de los idiomas.
R. -...
P.-No me mire así. No es ninguna tontería.
R. -Pues lo dice como si lo fuera...
P.-A los políticos españoles se les dan fatal los idiomas. Ahí tiene a Aznar. No habla nada, salvo el castellano de Valladolid.
R. -Y el catalán.
P.-Sí, en la intimidad... Pero tampoco olvidemos a González. Felipe González sólo le da patadas al francés.
R. -Yo también le doy patadas al francés y al inglés, no crea que presumo... De todos modos reconozco que yo tuve mucha suerte. Para ejercer mi profesión, la de catedrático de Física, me vi obligado a aprender inglés, porque no puede uno dedicarse a las ciencias sin tener una comunicación fluida en inglés y quizás también en francés. Pertenezco a una generación que no se enfrentó al inglés hasta que no llegó a la universidad, pero incluso en la universidad yo aprendí muy poco. Cuando me solté realmente fue en Holanda, en el primer trabajo que tuve. Estaba en el departamento de investigación de la Philips y allí todo se hacía en inglés. Aquello me sirvió para perder la vergüenza. Luego viví en Inglaterra y en Estados Unidos y ya vino todo rodado.
P.-Pero una tiene la impresión de que los políticos españoles, cuando salen a Europa, se quedan como pasmarotes... ¿no siente un poco de sonrojo?
R. -No. Por el puesto que ocupo yo tengo la obligación de hablar las lenguas oficiales, el francés y el inglés, pero los españoles que vienen a Europa hablan su propio idioma porque tienen derecho a hacerlo. El español es un idioma muy importante. En la Unión Europea se habla español, en Naciones Unidas se habla español, en casi todas partes se habla español.
"Soy colérico cuando soy colérico, me dejo llevar por ataques de ira cuando reviento"
P. -¿Nunca se ha visto obligado a ejercer de traductor?
R. -Una vez, en el entierro de Rabin. Simón Peres hizo un discurso en inglés de despedida al amigo. Era un discurso muy emotivo, muy hondo, pero hubo un momento en que la traducción simultánea falló y yo tuve que traducirle las palabras a Felipe González. Por cierto, recuerdo que era la época en que España ostentaba la presidencia europea...
P.-¿Me permite una leve intromisión en su intimidad? Su carrera es brillante, ocupa usted un cargo pomposo y cosecha mucho parabién, pero sospecho que en Bruselas está más colgado que una paraguaya.
R. -¿Ah, sí? ¿ Y qué significa estar más colgado que una paraguaya?
P.-Más solo que la una.
R. -Estoy solo, claro, porque no tengo a mi familia, pero hoy ya no se vive solo en ningún sitio. Estamos rodeados de teléfonos, faxes, mails, las distancias son relativamente cortas y el hecho de saber que estás a menos de dos horas de casa te da mucha tranquilidad y sobre todo, no te permite sentirte aislado. Además, aquí tengo muchísimo trabajo. Después de haber sido ministro durante catorce años yo creía que había alcanzado el tope de actividad, ahora me doy cuenta de que el listón puede estar más alto. Lo he dicho muchas veces y lo repito: por la mañana vivo como un europeo del norte y por la tarde como un europeo del sur. Es decir, me levanto muy temprano, a las seis y media aproximadamente, y me acuesto a las tantas. Apenas tengo ocasión de sentirme solo.
P.-Bien mirado, es una buena fórmula para mantener el equilibrio conyugal: el despacho en Bruselas y el hogar en Madrid...
R. -No lo tome como un caso excepcional. Hay mucha gente en España que vive en Madrid y trabaja en Barcelona. O al revés. En mi caso la situación se complica porque no viajo a casa todos los fines de semana como sería mi deseo. El próximo año, sin embargo, mi hija vendrá a Bruselas. Ha terminado sus estudios y quiere hacer un curso en la Universidad Libre. A mí me gustaría que de paso empezara a tomar contacto con las instituciones europeas. Ella me hará compañía... Lo que temo es que yo no pueda hacérsela a ella tanto como quisiera. Viajo sin parar. En el tiempo que llevo en la OTAN he recorrido sesenta países, algunos de ellos varias veces. Son viajes puntuales en su mayoría, de ida y vuelta, pero no paro quieto. Me ha enriquecido mucho conocer los países del este de Europa. El español nunca ha tenido una especial sensibilidad con esa parte de Europa, le resultan países distantes, poco familiares... Para mí ha sido una gran experiencia entrar en contacto con ellos. Ver el Volga, acercarme al arte bizantino, charlar con los estudiantes de la Universidad de Budapest.
P.-¿Es verdad que el pasado verano recorrió la Europa del Este en una furgoneta?
R. -Sí. Fui con toda la familia. Hice la ruta de Lutero, desde Worms hasta Wittenberg... Paré en Weimar, que no está tan ligada a Lutero como a Goethe. Allí viví en la pensión El elefante, que es donde supuestamente Goethe se veía con sus amantes. Durante mi estancia en aquella pensión leí Lota en Wherter, una novela de Thomas Mann que recrea un segundo encuentro entre el joven Wherter y su amada... Fue un ejercicio realmente interesante, y la novela es muy bonita. Aprovecho la ocasión para recomendársela... En fin, quería decirle que fueron unas vacaciones muy fructíferas. En vista del éxito estoy preparando para este verano un recorrido similar por Rusia, me apetece navegar por el Volga, descubrir las pequeñas ciudades, adentrarme en parajes desconocidos...
P.-¿Ha abandonado ya el clan de Almería?
R. -Hace cuatro años que no veraneo en Almería, aunque algunos de mis amigos siguen yendo... Pero yo soy poco gregario.
P.-¿Qué echa en falta en Bruselas?
R. -Le sonará a tópico, pero echo en falta el sol, la luz... Recuerdo que cuando corrían los rumores de que a Felipe González le ofrecían venirse a Europa, él comentaba que se le haría muy difícil soportar el clima... Yo siempre respondía que era una exageración, pero ahora lo entiendo. Si yo echo de menos la luz, imagínese un andaluz.
"Estoy solo porque no tengo a mi familia, pero hoy no se vive solo en ningún sitio"
P. -¿Cómo alivia las tristezas climatológicas?
R. -El deporte es un buen desahogo. Tengo un problema de columna y con tantas horas de hacer posaderas termino machacado. Todos los días procuro practicar un poco de deporte, nado en la piscina de la OTAN, hago bici acompañado por mis fornidos guardaespaldas o corro un poco por el parque... También tengo buenos amigos. Es una buena terapia desahogarse en francés y en inglés.
P.-¿Cuántas veces al día llama a Joaquín Almunia o a Rubalcaba?
R. -No le voy a descubrir cuántas veces llamo a cada quien, pero sí le diré que hablo todos los días con Madrid, y algunas veces con las personas que menciona.
P.-Todo el mundo sabe que su pasión sigue siendo la política española. Por eso lo digo. Algo hará para curarse el mono...
R. -Yo no lo llamaría mono. Prefiero llamarlo interés, curiosidad...
P.-Se cuenta que al salir de alguna cumbre, lo primero que ha hecho es telefonear a Madrid para saber qué ha pasado en el Comité Federal del PSOE.
R. -A esos extremos no llego, entre otras razones porque no me hace falta: mis compañeros se adelantan a llamarme a mí... ¿...pero de verdad se cuentan esas maldades?
P.-Oh, en política las maldades es justamente lo que más se cuenta... A propósito, ¿le molesta que le recuerden el famoso episodio del catorceavo?
R. -No. Me acuerdo muy bien del día que lo dije, era ministro de Cultura y estaba en el premio Mayte de Teatro, concretamente se celebraba la edición catorceava...
P.-O sea, decimocuarta.
R. -Mire, no lo tome como una justificación, pero cuando se produjo aquello me escribió un académico de la lengua, no le diré quién, para felicitarme por la utilización del término. Yo se lo agradecí sinceramente.
P.-Ahora vuelve usted a Madrid para presidir una de las cumbres más importantes de la Alianza Atlántica. Eso de pasear el cargo en casa le hará ilusión, supongo.
R. -No me creerá, pero aquí yo me siento una pieza más. Algún día pararé y daré un paso atrás para reflexionar con perspectiva sobre este momento, pero hoy por hoy estoy muy metido en el zoom, muy pegado a la realidad de todos los días.
P.-¿Cuando eso suceda, pensará también en sus posibilidades de futuro?
R. -Yo me alimento más del deseo que del deleite. Nunca me aplico el carpe diem... Quiero decir que me satisface más pensar en lo que puedo hacer que en aquello que hago...
P.-¿Debo entender que no tiene prisa?
R. -...Depende. Soy ansioso y me interesa más el deseo de vivir que la vida misma. Mientras otros aprovechan el momento, yo me crezco ansiándolo... n"mi trabajo en la otan no da para sonrisas ni abrazos. Al revés, es un trabajo austero"
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