Humilde bolígrafo que el poeta
en un rincón del Café ha olvidado,
te tomo y parece que he recobrado
las palabras de una canción secreta.
¿Qué no has descrito de la A a la Zeta,
qué héroes y gestas has declamado,
qué penas y dichas de enamorado,
con tu fino acero y tu alma violeta?
Ejerces callado tu noble oficio
cantes a aquella rosa en el abismo,
al dios inefable, a su sacrificio…
Que nadie te rebaje a mecanismo,
pues de otra fuerza, como un maleficio,
lo es también, sin duda, el poeta mismo.
en un rincón del Café ha olvidado,
te tomo y parece que he recobrado
las palabras de una canción secreta.
¿Qué no has descrito de la A a la Zeta,
qué héroes y gestas has declamado,
qué penas y dichas de enamorado,
con tu fino acero y tu alma violeta?
Ejerces callado tu noble oficio
cantes a aquella rosa en el abismo,
al dios inefable, a su sacrificio…
Que nadie te rebaje a mecanismo,
pues de otra fuerza, como un maleficio,
lo es también, sin duda, el poeta mismo.
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