«Adoro a Ana Rosa, pero los caminos divergían»
Nacho Abad debuta en 'Espejo
Público' con sobresaliente, liderando la mañana. «Dejé Telecinco porque
en Antena 3 me ofrecieron un programa propio»
En plenas vacaciones de agosto le tentaron y Nacho Abad
(1970) no pudo resistirse. El criminólogo de 'El programa de Ana Rosa'
ha saltado a la competencia, y se ha incorporado al equipo de 'Espejo
Público' (a las 8.55 horas, en Antena 3). También tendrá programa
propio, un espacio mensual de sucesos y actualidad que llegará en
octubre al 'late night'. Desde su debut, este lunes, Susanna Griso reina
en la competida franja de la mañana.
- ¿Cómo ha sido la entrada a su nueva casa?
- Ha sido muy satisfactoria, he tenido la enorme suerte de
encontrar a un equipo que me ha recibido con los brazos abiertos y con
una sonrisa. Susanna y Belén, la presentadora y la directora, me ponen
las cosas muy fáciles y me están ayudando mucho.
- Las 'reinas' de las mañanas se han 'peleado' por usted.
- No lo veo como una pelea, lo veo como un hecho de
trabajar y aportar. He pasado doce años con Ana Rosa. Ella apostó por
mí, me dio mi primera oportunidad y siempre se ha portado conmigo de
maravilla. La adoro, pero llegó un momento en el que los caminos
divergían. En Antena 3 me dan la posibilidad de presentar mi propio
programa.
- ¿Se despidió de usted?
- Llamé a Ana, le conté lo que había sucedido y tuvimos una
conversación. Lo que te puedo decir es que siempre ha sido súper
cariñoso. Le estaré eternamente agradecido, jamás podría decir nada malo
de Ana Rosa porque siempre se ha portado como una señora.
- Llega a 'Espejo Público' y el programa es líder de audiencia.
- Eso es una absoluta coincidencia. Ana Rosa dice: 'Un
colaborador no hace un programa', y tiene toda la razón. Aquí hay un
equipo que trabaja a diario. 'Espejo Público' era un programa ya
asentado.
- Ahora que ha estado en ambos bandos. ¿Qué jefa es más durilla?
- (Risas) No sabría responderte a esto, porque no veo durilla a ninguna. Las jefas son encantadoras.
- Su principal competencia era Alfonso Egea. Ahora que trabajan juntos, ¿le tiene 'pelusa'?
- No; es un profesional. Lo que he comentado con él es que
aquí estamos todos para ayudar. Lo importante es el programa, no las
personas. La relación con él está siendo muy fluida, nos conocíamos
desde hace muchos años.
«Mantener mi esencia»
- ¿Ha cambiado su forma de trabajar de una cadena a otra?
- ¡No! Hay una forma diferente de trabajar en un lado y en
otro, y yo tengo la mía. Debo acoplarme al modo de trabajar de Antena 3
y, al mismo tiempo, mantener mi esencia. Aportaré lo mismo que en 'El
programa de Ana Rosa': información, información y más información. No
hay más secreto.
- Alguno habrá para tener exclusivas todos los días.
- Bueno, sí (risas). Pero estos no se revelan. Los periodistas luchamos todos los días por eso.
- Además de colaborar en 'Espejo Público' la cadena le ha ofrecido llevar su propio programa.
- Dejé Telecinco porque en Antena 3 me ofrecieron volver a
presentar. Fui inmensamente feliz el año que compaginé 'El programa de
Ana Rosa' con 'Rojo y Negro'. 'Rojo y Negro' terminó y, a día de hoy,
parecía que no había hueco en la parrilla de Telecinco.
- ¿Cómo será el nuevo proyecto?
- Es un programa mensual de sucesos y actualidad, entiendo
que en el horario del 'late night'. El primero llegará en octubre y
estamos empezando a trabajar en él.
TÍTULO; La carrera brutal,.
La propuesta es tan sencilla como brutal. Correr el
equivalente a 8 maratones con un desnivel igual a si se asciende tres
veces seguidas el Everest. Todo ello de un tirón y por senderos de los
Alpes. Es el Tor des Géants (el Tour de los Gigantes), la carrera de
montaña más dura del mundo, que comienza el sábado. Una aventura única
que tiene más de reto personal y de desafío contra la naturaleza y los
límites de uno mismo que de prueba deportiva.
Las reglas del Tor des Géants son sencillas. Los
participantes deben afrontar un recorrido de 330 kilómetros con un
desnivel positivo de 24.000 metros en un límite máximo de 7 días. Gana
el primero en llegar a la meta. A partir de ahí, cada corredor es libre
de administrarse los tiempos de descanso y avituallamiento de acuerdo a
su preparación y resistencia física y mental.
Lo único que hace la organización, a modo de referencia
para los participantes, es dividir el recorrido en 7 etapas de unos
cincuenta kilómetros cada una. Al final de todas ellas establece las
llamadas 'bases de vida', en las que los corredores cuentan con
asistencia médica, comida y zona de descanso. Además, hay otros puntos
de avituallamiento y socorro a lo largo del recorrido.
Y los que se piensen que se trata de una prueba en la que
participan unos pocos elegidos amantes de las emociones extremas están
equivocados. En tan solo tres ediciones disputadas, las cifras han
alcanzado unas dimensiones más propias de una prueba popular que de un
desafío de exigencias físicas al límite de la resistencia humana. Así,
este año se han preinscrito 1.500 personas para 660 plazas de carrera
(83 de ellas mujeres), adjudicadas por riguroso sorteo y limitadas a ese
número tanto para que la organización pueda garantizar su seguridad
como para limitar el impacto medioambiental de la prueba, que en buena
parte discurre por parques naturales.
Y es que la organización no impone más limitaciones que ser
mayor de edad, presentar un certificado médico que demuestre un buen
estado de salud y los 400 euros de cuota de inscripción. Eso sí, avisa
de que «un riguroso entrenamiento y una capacidad de autonomía personal
real son indispensables para enfrentar esta aventura individual» y
recomienda «intensamente» haber participado previamente «en otros trails
largos, de varios días», antes de afrontar la prueba.
En total, 41 países estarán representados en esta cuarta
edición de la carrera que, por primera vez, incluyen los cinco
continentes. Europa, con 25 países, es la más representada, con Italia
(330), Francia (132) y España (40, cuatro de ellos mujeres) a la cabeza.
La representación española en la carrera no es alta solo en cantidad.
También en calidad. España es una potencia mundial en ultratrails, la
modalidad más exigente de las carreras de montaña. El catalán Kilian
Jornet (25 años) es el mejor especialista del mundo y es solo la punta
de lanza de una legión de atletas que triunfan allí donde acuden.
El Tor des Géants es un buen ejemplo de ello. El año
pasado, el ganador de la carrera fue el catalán Óscar Pérez, que además
estableció un nuevo récord de la prueba al cruzar la meta con un tiempo
de 75 horas, 56 minutos, 31 segundos, cuatro horas menos que la anterior
plusmarca. En realidad, todas la ediciones del 'Tor' han contado con
representación española en el podio: en 2010, el leonés Salvador Calvo
quedó segundo y en 2011, el cántabro Pablo Criado fue tercero.
Un escenario único
El escenario, a decir de muchos, es el único en el que se
podía plantear una carrera de este tipo. Con salida y llegada en la
localidad de Courmayeur, discurre por el valle de Aosta, en los Alpes
italianos. Su itinerario tiene una altitud media de casi dos mil metros y
recorre las faldas de los conocidos como 'cuatro gigantes' alpinos: el
Mont Blanc (4.810 m.), el Monte Rosa (4.534), el Cervino (4.478) y el
Grand Paradiso (4.061), con numerosos puntos y collados en los que se
pasa a más de dos mil quinientos metros de altura. Paisajes que llenan
un cuerpo y un alma que el Tor de Géants se encarga de vaciar a lo largo
de sus 330 kilómetros.
Porque la exigencia de una carrera con unas características
tan extremas es tan física como mental. «Después de tantos kilómetros,
llega un momento en el que el cuerpo se convierte en una especie de
autómata y es tu fortaleza mental la que te lleva a seguir corriendo»,
explica la navarra afincada en Madrid Nerea Martínez.
Nerea es la mejor corredora española de ultratrails y este
año afrontará por primera vez el 'Tor'. Lo hace además como favorita a
la victoria, junto a la italiana Francesca Canepa, ganadora del año
pasado con un tiempo de 85 horas, 33 minutos y 56 segundos.
Esta será la primera vez que Nerea Martínez afronte una
carrera de esta distancia 'non stop' y sus principales temores no son
tanto la distancia y el recorrido como «las reacciones de mi cuerpo y mi
cabeza». En concreto, la mayor duda será su comportamiento ante la
falta de sueño. «La experiencia que tengo me dice que aguanto hasta dos
noches sin dormir. Pero en la tercera tendré que parar porque el cuerpo
comienza a descoordinarse, empiezas a ver visiones, confundes árboles
con personas.. Cuando me vea en esa situación me echaré», explica. Sin
embargo, ese es el momento que más miedo da a Nerea. «Una vez que te
tumbas a descansar, ¿quién te dice que vas a tener la fuerza, física y
mental, para levantarte a la media hora y volver a la carrera.?».
Los verdaderos héroes
En parecida situación se encuentra el guipuzcoano Iker
Karrera, el mejor corredor español de ultratrails tras Kilian Jornet y
que cuenta por victorias todas las participaciones en carreras este año.
«Nunca he hecho esa distancia de un tirón y el principal reto será
gestionar las horas de sueño y la alimentación», explica. Hace un mes,
este montañero reconvertido en corredor nacido a los pies del Txindoki
(uno de los montes más emblemáticos del País Vasco, donde suele
entrenarse Edurne Pasaban) estuvo en el valle de Aosta reconociendo el
recorrido y regresó sorprendido por su dureza.
«Es una carrera dura de verdad. No sé si recuerdo otra
igual. Es un continuo sube y baja sin apenas descansos y tramos muy
técnicos, en los que correr es muy difícil. Y todo ello durante 330
kilómetros y más de tres días de carrera.». Más de tres días de carrera
para los favoritos. Los verdaderos héroes de estas carreras de
ultratrails son los llamados 'populares', corredores anónimos para los
que el triunfo es cruzar la meta y su reto con el cronómetro no se
encuentra en batir ningún récord, sino en caminar por debajo de los
horarios límite impuestos por la organización para no ser
descalificados.
Esos que cuando crucen la meta al límite de las 168 horas reglamentarias se sentirán tan ganadores como el primer clasificado.
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