TÍTULO; El crack del juego sucio.
- Hay
veces en que Dios, o quien sea que reparta las jetas, le da a la gente
cara de lo que es. A él se la hizo de bestia parda criada en los ...
El crack del juego sucio
Le estrujó los testículos a Paul
Gascoigne. Después de sembrar el terror en el fútbol, Vinnie Jones llega
a la TV y visita España: «Quiero un western con Tarantino»
Hay veces en que Dios, o quien sea que reparta las jetas,
le da a la gente cara de lo que es. A él se la hizo de bestia parda
criada en los suburbios más áridos de Inglaterra. Es cruzártelo por una
calle de noche y cambiar de acera. Con la edad, Vinnie Jones (Watford,
Hertfordshire, Inglaterra, 1965), el hombre que le estrujó las
criadillas a Paul Gascoigne, ángel exterminador de la Premier en los 90,
es cada vez más una sucesión de cejas, pómulos, orejas y un mentón
lanzado hacia adelante como el mascarón de proa de una geografía
implacable. Salvan esa cordillera feroz dos ojos color césped de campo
de fútbol que no miran al reportero. Si hubiera que definirlo en corto,
podría ser exactamente lo contrario de Audrey Tautou ('Amelie').
Derrumbado sobre la silla, gorra, pulseras, tatuajes, pantalón de
chándal y camiseta gris, responde con monosílabos mientras dibuja en un
folio un plató de televisión con una pantalla bajo la que se lee 'TV'.
Después repite el dibujo, ausente, indolente como si en lugar de la sala
de un hotel de lujo de Madrid respondiera a un interrogatorio en una
comisaría de Londres. Pese a sus maneras, el terror de la cancha
reconvertido en actor de acción promociona un programa de TV que estrena
en las próximas semanas en National Geographic y que le lleva a viajar
por Rusia con los tipos más duros: cazadores, guardas forestales,
trabajadores ferroviarios, obreros.
- ¿Los tipos más duros están allá?
- Aparte de los esquimales, es increíble cómo pueden trabajar en esas condiciones.
- ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de Rusia?
- El tamaño. Es enorme.
- No tiene muchas ganas de hablar.
-Si me hiciera buenas preguntas, hablaría.
- ¿Se arrepiente de haberle apretado los testículos a Gascoigne?
- Me duele por él, pero desde la distancia resulta divertido.
Además de agarrarle la 'madre' en 1992, derribó a 'Gazza'
14 veces, le escupió en la cara, se le acercó y le dijo: «Me llamo
Vinnie Jones, soy gitano y gano mucho dinero. Te voy a arrancar la oreja
con los dientes y luego la voy a escupir en la hierba». Gascoigne le
envió un ramo de flores y Jones se lo devolvió con una escobilla de
váter. Para entonces, Jones, que había crecido en una familia de obreros
y se había ido de casa para ser futbolista, ya era el líder de la Crazy
Gang (pandilla de locos) del Wimbledon. Tom Docherty dijo de ellos que
si el himno del Liverpool decía 'Nunca caminarás solo', el del Wimbledon
rezaba 'No volverás a caminar'. Antes de las finales se pulían el
sueldo en los pubs, partían las costillas con los codos, metían la
cabeza como misilazos del juego aéreo y alguien los calificó como los
dueños de un fútbol que recordaba a «una litrona rota». En su historial
figura ser el jugador al que sacaron una amarilla a los tres segundos de
pitar el comienzo del partido. Después lo fichó el Leeds y el primer
día de entrenamiento le endosó un puñetazo a Bobby Davidson para dejar
claro quién era el jefe de la manada. En aquellos días, grabó un vídeo
titulado 'El fútbol de los tipos duros' en los que enseñaba cómo
reventar un tobillo o meter un cabezazo. «Tiene el cerebro de un
mosquito», dijo de él el presidente del Wimbledon. «Al fin y al cabo
explico lo que hago en el campo», respondió Jones, que tuvo que pagar
una multa por su peculiar diccionario.
- ¿Se arrepiente de algo?
- De muchas cosas, pero es mejor mirar hacia adelante.
- ¿Quién se merece una entrada asesina hoy en día?
- No entro en política; es muy peligroso.
Cuentan que Jones estaba demasiado loco para jugar con la
selección inglesa, pero vistió los colores de Gales merced a la sangre
de un tatarabuelo. Jugó nueve partidos y no ganó ninguno. De la Premier
se fue como el más expulsado, con 13 tarjetas rojas y un marchamo de
asesino con el que tuvo que vivir desde entonces.
- Dicen que antes los jugadores se preocupaban de sus testículos y ahora, de su pelo. ¿Qué fútbol le gusta más de los dos?
- Son muy distintos. Veo el de ahora y me divierto, aunque prefiero los programas sobre naturaleza o sobre la pesca con mosca.
A finales de los 90, a Jones le llamó el cine. Conoció a
Guy Ritchie, con el que grabó 'Snatch: cerdos y diamantes' y después
'Lock, Stock and Two Smoking Barrels' y después siguió haciendo de malo
en decenas de películas como 'X-Men 3' o 'Operación Swordfish'. Ahora le
gustaría rodar «un western con Tarantino», su vecino de mansión en Los
Ángeles donde vive con su mujer, la modelo Tanya Terry. Cada uno aportó
un hijo a la relación. «El mejor elogio que pueden hacerme es que me
digan que mis hijos se portan bien», dice mientras sigue dibujando.
TÍTULO; EVA MENDES LA METAMORFOSIS,.
CINE
Eva Mendes, la metamorfosis
La actriz deja de lado su imagen más sexy para convertirse en una camarera enfrentada a un gran dilema en 'Cruce de caminos',.
En Los Ángeles los famosos ya no solo se esconden tras los
cristales tintados de las limusinas o pasean sobre una alfombra roja
separados de los curiosos por una multitud de guardaespaldas. Alguna vez
uno se puede encontrar a una estrella simplemente entrando a un bar a
tomarse un café. Así puede ocurrir con Eva Mendes, que, para
introducirse en el papel de su nueva película, decidió trabajar durante
un tiempo en la cafetería donde se iba a rodar parte de su última
película.
'Cruce de caminos', dirigida por Derek Cianfrance, se
estrena en España el próximo 6 de septiembre con una Eva Mendes que deja
a un lado su faceta más sexy para representar a Romina, una camarera
atormentada por el deber de tomar una decisión que marcará su vida y la
de su hijo. Lejos de su aparición casi sin ropa en los grandes medios
para una promoción de perfumes que causó gran polémica en Estados Unidos
o para llamar la atención del ciudadano contra el uso y comercio de
pieles animales, la actriz presenta un aspecto completamente distinto
tras someterse a un cambio físico necesario para dar vida a su nuevo
personaje.
En la búsqueda de la personalidad de Romina, Mendes no solo
tuvo que sumergirse en su personalidad, ya que buscaba una presencia
especial en pantalla, sino que también cambió físicamente: «Perdí siete
kilos porque quería que se sintiera cómo el bebé me había agotado.
Quería sentir que me había absorbido la vida de una manera tanto
figurada como literal». El nacimiento de su hijo pone a esta camarera en
la complicada tesitura de elegir qué hombre compartirá su vida con ella
y con su bebé. Por un lado está Luck (Ryan Gosling), el padre
biológico, que conoce su situación poco antes de marchar de la ciudad,
un motorista de acrobacias irresponsable y violento con quien tuvo una
breve aventura, o Avery Cross (Bradley Cooper) un hombre responsable
dispuesto a criar a un niño que no es suyo.
Tras formar parte de importantes elencos de comedias o
películas de acción, su nuevo papel, en línea con los que representó en
'La noche es nuestra' o 'Teniente corrupto', puede ser el pasaporte
definitivo para que Eva Mendes pase de mero sex symbol a estrella de
cine con mayúsculas. Este nuevo papel aún se distancia más de esta
consideración: si bien en los personajes que encarnó en los dos
anteriores dramas le permitieron mantener una imagen de mujer atractiva,
no será lo mismo en este caso. La propia Mendes ve a su personaje
«agotado, con poco atractivo y muy poco favorecida por el vestuario».
«Un poco patético», resume. «Quería hacer mi personaje demacrado», ya
que asegura haber visto a personas a las que la vida les ha desgastado,
lo mismo que a la camarera Romina, «golpeada por la vida» y que paga el
peaje de un dilema «terrible para ella».
Desde el primer momento la actriz, que nació en Miami pero
creció en Los Ángeles, supo lo valioso que era el papel para su carrera,
y encontró la forma adecuada de hacer ver a Derek Cianfrance que era la
persona adecuada para meterse en la piel de Romina. En la audición,
Mendes fue la última en presentarse ante el director, y le convenció
para dar una vuelta con ella por la ciudad. Le hizo ver los lugares en
los que ella se crió tras llegar desde la costa este y que suponían una
conexión directa con lo que el director buscaba en la camarera. Las
laderas del barrio de Silver Lake y el vecino Echo Park, los bohemios
lugares en los que vivió cuando llegó a la ciudad y la escuela a la que
asistió de adolescente.
Después de hora y media en coche, el director tuvo tan
claro que Mendes era la persona idónea para el papel que incluso le
invitó a elegir quien sería su madre en el filme para que se sintiera lo
más cómoda posible. Incluso le permitió rellenar el armario de la
película con sus propias prendas y vestir ropa que utilizó hace veinte
años en la vida real. «Creo que al ver de dónde vengo, Derek pensó: 'Ok,
ella sabe cómo es esta mujer", concluye la actriz.
En Los Ángeles los famosos ya no solo se esconden tras los
cristales tintados de las limusinas o pasean sobre una alfombra roja
separados de los curiosos por una multitud de guardaespaldas. Alguna vez
uno se puede encontrar a una estrella simplemente entrando a un bar a
tomarse un café. Así puede ocurrir con Eva Mendes, que, para
introducirse en el papel de su nueva película, decidió trabajar durante
un tiempo en la cafetería donde se iba a rodar parte de su última
película.
'Cruce de caminos', dirigida por Derek Cianfrance, se
estrena en España el próximo 6 de septiembre con una Eva Mendes que deja
a un lado su faceta más sexy para representar a Romina, una camarera
atormentada por el deber de tomar una decisión que marcará su vida y la
de su hijo. Lejos de su aparición casi sin ropa en los grandes medios
para una promoción de perfumes que causó gran polémica en Estados Unidos
o para llamar la atención del ciudadano contra el uso y comercio de
pieles animales, la actriz presenta un aspecto completamente distinto
tras someterse a un cambio físico necesario para dar vida a su nuevo
personaje.
En la búsqueda de la personalidad de Romina, Mendes no solo
tuvo que sumergirse en su personalidad, ya que buscaba una presencia
especial en pantalla, sino que también cambió físicamente: «Perdí siete
kilos porque quería que se sintiera cómo el bebé me había agotado.
Quería sentir que me había absorbido la vida de una manera tanto
figurada como literal». El nacimiento de su hijo pone a esta camarera en
la complicada tesitura de elegir qué hombre compartirá su vida con ella
y con su bebé. Por un lado está Luck (Ryan Gosling), el padre
biológico, que conoce su situación poco antes de marchar de la ciudad,
un motorista de acrobacias irresponsable y violento con quien tuvo una
breve aventura, o Avery Cross (Bradley Cooper) un hombre responsable
dispuesto a criar a un niño que no es suyo.
Tras formar parte de importantes elencos de comedias o
películas de acción, su nuevo papel, en línea con los que representó en
'La noche es nuestra' o 'Teniente corrupto', puede ser el pasaporte
definitivo para que Eva Mendes pase de mero sex symbol a estrella de
cine con mayúsculas. Este nuevo papel aún se distancia más de esta
consideración: si bien en los personajes que encarnó en los dos
anteriores dramas le permitieron mantener una imagen de mujer atractiva,
no será lo mismo en este caso. La propia Mendes ve a su personaje
«agotado, con poco atractivo y muy poco favorecida por el vestuario».
«Un poco patético», resume. «Quería hacer mi personaje demacrado», ya
que asegura haber visto a personas a las que la vida les ha desgastado,
lo mismo que a la camarera Romina, «golpeada por la vida» y que paga el
peaje de un dilema «terrible para ella».
Desde el primer momento la actriz, que nació en Miami pero
creció en Los Ángeles, supo lo valioso que era el papel para su carrera,
y encontró la forma adecuada de hacer ver a Derek Cianfrance que era la
persona adecuada para meterse en la piel de Romina. En la audición,
Mendes fue la última en presentarse ante el director, y le convenció
para dar una vuelta con ella por la ciudad. Le hizo ver los lugares en
los que ella se crió tras llegar desde la costa este y que suponían una
conexión directa con lo que el director buscaba en la camarera. Las
laderas del barrio de Silver Lake y el vecino Echo Park, los bohemios
lugares en los que vivió cuando llegó a la ciudad y la escuela a la que
asistió de adolescente.
Después de hora y media en coche, el director tuvo tan
claro que Mendes era la persona idónea para el papel que incluso le
invitó a elegir quien sería su madre en el filme para que se sintiera lo
más cómoda posible. Incluso le permitió rellenar el armario de la
película con sus propias prendas y vestir ropa que utilizó hace veinte
años en la vida real. «Creo que al ver de dónde vengo, Derek pensó: 'Ok,
ella sabe cómo es esta mujer", concluye la actriz.
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