viernes, 12 de abril de 2013

EL PARLAMENT RECHAZA EQUIPARAR CATALÁN Y CASTELLANO EN LA ENSEÑANZA,./ «Es un héroe de los antiguos, clásico, que tiene contradicciones en el alma»

TÍTULOEL PARLAMENT RECHAZA EQUIPARAR CATALÁN Y CASTELLANO EN LA ENSEÑANZA, .

El TSJ de Cataluña obliga a dar castellano a toda la clase del alumno que lo pida

El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TJSC) ha fallado en un auto que la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat debe introducir el castellano en las aulas donde esté escolarizado el alumno cuyos padres hayan solicitado por vía judicial la atención en castellano. Según el auto, con fecha 6 de marzo, el sistema "ha de adaptarse a toda la clase --o unidad escolar-- de la que forma parte ese alumno", lo que afecta al estudiante juntamente con sus compañeros, y no sólo al alumno.
 El Parlament rechaza equiparar catalán y castellano en la enseñanza

La interlocutoria del alto tribunal catalán, que obliga a la Generalitat a introducir cambios en el modelo educativo en beneficio del castellano,

La interlocutoria del alto tribunal catalán, que obliga a la Generalitat a introducir cambios en el modelo educativo en beneficio del castellano, recibió ayer el rechazo casi unánime de la comunidad educativa y del arco parlamentario catalán. Y es que, el sistema de inmersión lingüística, que gira en torno al catalán como única lengua de transmisión del conocimiento en la escuela, cuenta con una aceptación muy mayoritaria en Cataluña. De hecho, solo se oponen a ella el PP y Ciutadans, que tienen una representación del 15% en el Parlament y que por ejemplo ayers se quedaron solos al votar una moción, que instaba al Govern a establecer que catalán y castellano sean, por igual, lenguas vehiculares de enseñanza en las escuelas catalanas.
La defensa del catalán es un tema muy sensible en Cataluña y buena parte de la autonomía montó en cólera contra el auto del TSJC, que extiende el bilingüismo a toda la clase si un alumno lo pide, aunque no concreta el porcentaje de uso de cada lengua. Especialmente la Generalitat, que anunció que no introducirá los cambios en el modelo educativo que le pide el auto judicial. «Estoy dispuesta a correr el riesgo de que me puedan inhabilitar», señaló la consejera de Educación, Irene Rigau, consciente de los peligros que entraña no cumplir la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. La consejera, que señala que las dos lenguas ya están presentes en el sistema educativo catalán, aunque de forma muy desigual, afirmó que recurrirá el fallo ante el Tribunal Supremo.
El Govern no descarta además acudir al Constitucional para defender el modelo lingüístico de la escuela catalana. «O se aplica o se recurre, y nosotros utilizamos el ordenamiento jurídico al máximo». La Generalitat, que celebró este jueves una reunión de crisis entre el presidente y varios consejeros, entiende que no debe ejecutar los fallos porque son medidas cautelares que ya están recurridas. Desde el punto de vista educativo, Rigau cree que «no es viable aplicar estas medidas porque, por un caso en particular, no se tienen en cuenta los derechos de los otros padres». Rigau cuenta con el apoyo de buena parte de la comunidad educativa, que ya ha hecho un llamamiento interno a los profesores a desobedecer al TSJC.
Cumplir la sentencia
No obstante, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, recordó al sector y a la consejera Rigau que las sentencias, como señala la Constitución, hay que cumplirlas. «No es algo que voluntariamente se pueda hacer o dejar de hacer», dijo el ministro. Desde el PP catalán, advirtieron que exigirán «por medios judiciales» que la Generalitat cumpla las resoluciones. «El Ejecutivo de Artur Mas incumple reiteradamente las decisiones judiciales, pero no se puede ser insumiso con la justicia ni mientras se recurre una sentencia», avisó la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho.
La batalla judicial, en cualquier caso, va para largo, ya que la plataforma que ha impulsado y asesorado a las familias que han pedido la escolarización en castellano en los tribunales señala que hay 112 procesos abiertos y 1.200 solicitudes en vía administrativa. La guerra política también se prolongará pues la Generalitat se opone a la nueva ley de Educación que prepara el ministro Wert.


El escritor Javier Reverte ha conseguido con El tiempo de los héroes, su nueva novela, cumplir su empeño de escribir una obra sobre la ...

El escritor Javier Reverte ha conseguido con 'El tiempo de los héroes', su nueva novela, cumplir su empeño de escribir una obra sobre la Guerra Civil. «Aunque nací cinco años después, yo la viví porque mis mayores la hicieron, un tío mío combatió con Franco y mi padre, al que llevaron en levas, estuvo con 'El Campesino', al que consideraba una persona muy cruel. La guerra estaba en la comida, en la cena. Estaba la tragedia pero también la épica, el romanticismo. Como dijo Hemingway, fue la última guerra en que la gente luchó por las ideas», indicó en la presentación.
El pie perfecto que buscaba para entrar en el territorio literario fue el personaje del general Juan Modesto, jefe de milicianos que tuvo gran prestigio durante la contienda y que luego cayó en el olvido: «Es un héroe de los antiguos, un héroe clásico, que tiene contradicciones en el alma, que sabe que el destino está por encima de él. Como los griegos, sufría y se levantaba sobre el sufrimiento. Hay un momento en que un compañero en el frente, a punto de perder una batalla, le dice: 'Aguanta, aguanta, porque si no lo haces tú, nosotros no podremos'. Lo he escrito en recuerdo de una frase de 'La Odisea'. La que pronuncia Ulises a punto de ahogarse, 'aguanta corazón'».
El impulso final se lo dio encontrar la foto de Modesto que aparece en la portada del libro, tomada en Brunete y de autor desconocido. A partir de ese momento, dice «me sentí arrastrado». «No me costó, escribí emocionadamente», comentó. Frente a otras novelas sobre la guerra, hechas desde la postguerra o de la retaguardia, Reverte ha querido contar la historia desde el frente, desde las trincheras. Está la muerte, el sufrimiento de los soldados, «es la guerra narrada desde la primera línea de combate».
En voz baja
Pero, sobre todo, es la historia de Juan Modesto, nacido Juan Guilloto León, en 1906 en El Puerto de Santa María (Cádiz). Militante sindical y de Socorro Rojo, se afilia al PCE y se marcha a Madrid en 1933. Reverte, que ha reconstruido a duras penas su historia, dice que Azaña le admiraba, decía que era el único miliciano que sabía leer un mapa.
Los soldados le reverenciaban y entre sus contemporáneos tenía fama de altura ética. Las mujeres se rendían ante su atractivo. Hemingway le retó a la ruleta rusa por flirtear con su esposa. Cuando terminó la guerra desapareció de escena y su figura se eclipsó. Vivió exiliado en Praga, donde, precursor del eurocomunismo, llegó a enfrentarse con los tanques soviéticos esgrimiendo su carné de general honorario del Ejército de la Unión Soviética.
En El Puerto, Modesto, o Juan Guilloto era un nombre que se pronunciaba en voz baja en los cascos de bodega. Perdido como la arboleda de Alberti de la memoria oficial, seguía presente en las conversaciones del núcleo de republicanos que malvivió durante el franquismo en un pueblo que tuvo alcalde comunista en las primeras municipales de la democracia.
Ayer, el autor recorrió los lugares de su infancia, la plaza Isaac Peral, sede del antiguo Ayuntamiento, donde se proclamó la República, lugares donde trabajó, como la bodega de Grant y la farmacia Lucuiz, el colegio donde estudió, el jesuita de San Luis Gonzaga, donde llegó a conocer a Alberti, su casa natal en la calle Cruces y el Barrio Alto de su infancia, para terminar en la antigua sede de Falange, una casa palacio incautada al mecenas Elías Ahuja que hoy es centro cultural Alfonso X El Sabio.
Con una sorpresa añadida, el encuentro accidental con un sobrino-nieto, Antonio Gallego Guilloto, un joven que no conoció al general. Tras convertirse en uno de los primeros escritores de viajes de España, con títulos como 'Corazón de Ulises' o 'Billete de ida' y dar el salto a la ficción, Javier Reverte da un paso adelante con 'El tiempo de los héroes', pues acepta el riesgo de novelar la historia, de biografiar la ficción con el trasfondo siempre delicado de la Guerra Civil.
Con este libro Reverte continúa una carrera a la que no dejarán de sumarse pronto otras obras de viaje, porque ya tiene preparado otro volumen sobre Irlanda.

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