Asegura que ni usted ni él serán la misma persona después de esta
entrevista. Aunque Hollywood sigue adorando su sonrisa, él es mucho más que un
galán de cine. Lleva 25 años luchando contra sus tormentas interiores y buscando
el equilibrio.
Con Richard Gere, el topicazo resulta inevitable. Por él, efectivamente, no
pasan los años... ni siquiera las décadas. Ha cumplido 63, pero quizá porque
lleva peinando canas toda la vida sigue teniendo la misma percha de galán de
siempre. Sentado en una suite de hotel de Nueva York, viste una camisa vaquera
con tres botones desabrochados que dejan ver un pecho robusto adornado por
varios colgantes de colores. Sí, también sigue siendo un hombre sexy sin
esforzarse demasiado. Tres botones y su famosa mata de pelo blanco bastan.
En su nueva película, El fraude, que se estrena el 21 de septiembre en el
Festival de San Sebastián, se pone en la piel de un magnate de los negocios
salpicado por un caso de fraude. Se nota que no le entusiasma hacer entrevistas,
pero compone una sonrisa amable y hace su trabajo. Esta es la versión
hollywoodiense de Gere, la que le debe a cintas como American gigoló, Oficial y
caballero o Chicago y que alimenta rodando al menos una película al año. Pero se
nota que es una versión algo impostada. Que Gere es mucho más que el actor de
Pretty woman. Hablar de las pequeñas intrigas del mundo del cine no lo estimula
ni la mitad que divagar sobre el camino hacia la felicidad. Se nota porque eleva
un poco el tono, gesticula y sus pequeños ojos brillan con un par de vatios más
de intensidad. Al fin y al cabo, antes que actor, Gere fue estudiante de
Filosofía en la universidad. Se fue sin el diploma, pero pronto descubrió el
budismo y consagró su vida a la meditación. Su activismo a favor de un Tíbet
libre lo ha metido en líos con China. De hecho tiene la entrada prohibida en el
país. Y por eso mismo no tiene problemas en afearle la conducta a la potencia
asiática. Es lo único que le pone realmente nervioso. De todo lo demás, Gere
habla con un tono de voz tan suave que resulta algo enigmático, pero también
profundamente zen.
XLSemanal. Se pone en la piel de un tiburón de Wall Street en plena
crisis económica. ¿Es esta su revancha personal contra aquellos que precipitaron
el desastre?
Richard Gere. Yo no tengo ningún problema con aquellos que
tienen éxito o con quienes se hacen millonarios, pero sí con la codicia. Creo
que en general a la gente que tiene menos no le importa que otros tengan
trabajos mejores o que ganen más; solo se cabrea cuando esas personas aspiran a
tener todo el dinero... y eso es lo que cuenta esta película. La naturaleza de
la avaricia y la de esas personas que piensan: «Estoy en mi derecho de tenerlo
todo».
XL. Pero esa soberbia le funciona muy bien a su
personaje...
R.G. Sí, es un hombre increíblemente encantador, una especie
de Bill Clinton. Su habilidad para controlar cada situación no tiene que ver
únicamente con el poder que tiene, sino con la fuerza de su personalidad, de su
inteligencia y con su capacidad para leer a las personas. Tiene 400 'platos' en
el aire y es capaz de hacer malabares con todos ellos.
XL. La moraleja de esta historia es que el dinero y el poder pueden
comprar la inmunidad de cualquiera. Es una noción muy inquietante, ¿no
cree?
R.G. Sí. El problema es que estas cosas pasan todos los días
en todos los países del mundo. Lo primero que pensé cuando leí el guion fue en
Bernie Madoff, del que parece que todo el mundo se ha olvidado, pero que cuando
rodamos la película estaba de plena actualidad porque acababa de ir a la
cárcel... El otro caso que me vino a la cabeza fue el de Ted Kennedy [su
personaje, como el propio Kennedy, sufre un accidente de tráfico en el que muere
una chica y abandona el lugar de los hechos], que también logró salir indemne de
aquello... Como decía, estas cosas pasan todos los días.
XL. Como activista por los derechos humanos ha luchado contra la
injusticia durante 30 años. ¿Qué situación lo enerva más en estos
momentos?
R.G. Es duro leer el periódico y ver las noticias en los
últimos tiempos. Lo que más me preocupa ahora es la situación en Siria. Te
preguntas: ¿cómo pueden estar permitiendo que ocurra esto? ¿Cómo puede ser que
Rusia todavía esté protegiendo a Al Assad?
XL. China también lo está haciendo a su manera...
R.G. ¡China me enerva cada día! Se siguen saliendo con la
suya. ¿Cómo puede ser que un país tan represivo siga teniendo relaciones
normales con el resto del mundo?
XL. Quizá porque su poderío económico es
incontestable...
R.G. Sí, pero esto no va a durar siempre. Tendrá que
cambiar. No pueden sostener esta situación durante más tiempo. La gente se
levantará antes o después y los echará del poder. Puede que suceda en cinco años
o en 25, pero pasará. Quieres pensar que un régimen como el del Partido
Comunista en China será lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de
que pueden formar parte del proceso de transición hacia la democracia y
garantizar que no sea violento, pero no parece que tengan la habilidad de
renunciar al poder.
XL. Esa es la debilidad de los políticos y por eso es difícil confiar
en ellos, ¿no?
R.G. Yo confío en la naturaleza humana y no creo que haya
tantas diferencias entre una persona y otra. Todos somos mucho más parecidos
entre nosotros de lo que puede parecer a simple vista. Pienso que las personas
son buenas en esencia. Filosóficamente existen puntos de vista diferentes en el
mundo, pero en el fondo la gente es igual en lo básico. Así que confío en la
naturaleza humana, pero no en las ideologías ni en las religiones, ni en nada
que tenga la ambición de ser absolutista.
XL. ¿No confía en la religión?
R.G. ¡No! Mira todos los problemas que han causado las
religiones a lo largo de la historia...
XL. Pero usted es budista...
R.G. Sí, soy budista, pero no me gusta enarbolar ninguna
bandera. Todos los movimientos en mi vida están encaminados a la apertura, no a
la cerrazón. No me interesa todo aquello que añada barreras o que sea excluyente
para otras personas. Para mí, todos estamos juntos en esta.
XL. Dice que China cambiará antes o después. ¿Sueña con un Tíbet
libre?
R.G. No se trata solo de si habrá un Tíbet libre o no, no es
tan simple como eso. El Tíbet es un país muy grande con una población muy
pequeña en mitad de Asia. Tienen conexiones profundas con China, la India,
Nepal, Mongolia o los países de la antigua Unión Soviética. Creo que antes o
después los límites geográficos desaparecerán. Ya no serán necesarios. Tendremos
un sistema planetario que ya no tendrá nada que ver con ondear banderas. Eso son
tonterías. Es como ser fan de un equipo de fútbol y proclamarse del Milán o del
Barcelona. La idea de que tenemos que proteger nuestro pequeño territorio es una
tontería en el mundo moderno.
XL. Lo que parece un hecho es que la conciencia ciudadana ha
despertado del letargo. ¿Ya era hora?
R.G. Creo que es estupendo, todo el mundo debería formar
parte de los movimientos ciudadanos. Ser pasivo es probablemente el único gran
error que se puede cometer en la vida. A largo plazo, la pasividad lleva a más
locura y a más sinrazón, porque estas cosas tienden a explotar antes o después.
Con las personas es igual. Si reprimes tus problemas, tarde o temprano
explotarán. Y lo mismo pasa en los pueblos, las familias, los países, los
planetas...
XL. Cuando era más joven, no llevaba demasiado bien eso de ser
famoso. ¿Se ha reconciliado con la idea?
R.G. Sí, por supuesto. Forma parte de mi vida y no puedo
hacer nada al respecto. Además, es muy raro que alguien se acerque a mí con
malas intenciones. Generalmente son personas a las que les ha gustado una de mis
películas y me expresan su afecto. Si lo miro así, es una experiencia positiva.
Pero no es nada que yo persiga, necesite o alimente.
XL. De hecho ha conseguido mantenerse al margen de la locura
mediática. ¿Cómo lo ha hecho?
R.G. Nunca he vivido en Los Ángeles, supongo que eso ayuda.
No tengo que echarme la industria a la cara todos los días. Vivir en Nueva York
te permite pensar en otras cosas y conocer a otro tipo de gente. Además, los
paparazis no son tan horribles aquí.
XL. Muchos actores se quejan de lo difícil que es cumplir años en
este negocio. ¿Qué diferencia hay entre envejecer en Hollywood y hacerse viejo a
secas?
R.G. ¿Sabes cuál es la diferencia? Si yo no hiciese
películas, probablemente pesaría 15 kilos más y comería mucho más helado del que
como ahora [risas]. Y lo digo en serio.
XL. Aparte de eso, ¿no le molesta envejecer?
R.G. No, para nada. Todo el mundo envejece. Además, desde el
momento en que naces te estás muriendo. Yo no lo concibo así, para mí hay una
continuidad. Cada vida es un sueño que está dentro de un sueño que está dentro
de otro sueño... Nada es definitivo.
XL. Supongo que habla de la reencarnación. ¿Cuál le gustaría que
fuera el siguiente sueño?
R.G. No lo sé. De hecho, desde cierto punto de vista, cada
vez que respiras es como un sueño nuevo. Tú no eres la misma que entró en la
habitación hace diez minutos, ya eres diferente y yo también. El concepto de que
tú eres tú para siempre está transformándose constantemente.
XL. Imagino que tener un hijo a los 50 años transformó su
vida...
R.G. Sí, tener un hijo termina con tu ego. No te lo puedes
permitir. El niño no sobrevivirá si no renuncias a ser egocéntrico. Tienes que
estar ahí desinteresadamente para él. Por eso, tener un hijo es un regalo
increíble. Porque termina con la idea de que tú eres el centro del
universo.
XL. Habla a menudo de la conquista de la felicidad. ¿Lo ha conseguido
ya?
R.G. Para nada. Es una lucha diaria. Si quieres aprender a
tocar el piano, tendrás que ensayar más de una vez al mes, ¿no? Pues cuando
trabajas con tu mente y tu corazón, es lo mismo. Especialmente para nosotros,
los occidentales, que estamos habituados a ver el mundo desde un punto de vista
tan miope y que pensamos que somos el ombligo del mundo.
XL. Practica el budismo desde hace casi 40 años. ¿Cuál es la lección
más valiosa que le ha enseñado?
R.G. Hay millones, pero si tuviera que elegir una... [Hace
una pausa larga]. Si una persona es capaz de desarrollar una motivación
desinteresada, todo el universo cambia a su alrededor. ¡Así! [Chasquea los
dedos]. El budismo lo llama bodhicitta o la mente iluminada. Cuando la flecha no
apunta hacia tu interior sino hacia fuera, el mundo cambia de manera
radical.
XL. Eso es muy profundo. ¿Experimenta esa sensación a
menudo?
R.G. Mira, te propongo que pruebes un truco. Cuando entras
en una habitación llena de personas que no conoces, nuestro instinto nos hace
sentirnos como pez fuera del agua. La próxima vez que te encuentres en esa
situación imagina que un haz de luz sanadora sale de ti y que lo proyectas a
cada persona que está allí. Ese haz lleva el siguiente mensaje: «Te deseo
felicidad». Pruébalo y verás cómo tu experiencia cambia de manera radical.
XL. Es una persona muy introspectiva, pero siempre dice que no se
conoce a sí mismo. ¿Sigue siendo así?
R.G. Estoy empezando a conocerme ahora. Todos los días rezo
para reunir el coraje suficiente y ser capaz de mirar dentro de mi propia mente
[risas].
XL. ¿Tanto miedo da lo que se le pasa por la cabeza?
R.G. Claro que da miedo. En nuestras cabezas pasan cosas
aterradoras. ¿Cómo, si no, te explicas que este mundo haya evolucionado de la
manera loca en que lo ha hecho? Si no tuviéramos todas esas cosas dentro de
nosotros, no sería posible. Lo digo en serio. Rezo, literalmente, por tener el
valor de mirar lo que hay dentro de mi mente.
TÍTULO: Las
favoritas para un 'strip poker' EL HORMIGUERO Amaia
Salamanca, Paz Vega y Kira Miró,.
Por su
atractivo físico o por la facilidad para ganar, lo cierto es que Amaia
Salamanca, Paz Vega y Kira Miró son las favoritas de los españoles
...
Por su atractivo físico o por la facilidad para ganar, lo cierto es
que Amaia Salamanca, Paz Vega y Kira Miró son las favoritas de los españoles
para jugar una partida de 'strip poker'. Así lo recoge una encuesta realizada
por poker770.es en colaboración con LivePartners y en la que han participado
2.000 hombres, de entre 18 y 65 años de edad.
No se sabe si la madrileña, la sevillana y la canaria tendrán alguna
idea de jugar al póquer, pero los votantes seguro que ya han visto 'sus
encantos' en algunas de las series y/o películas en las que las tres actrices
han intervenido. Y es que pese a confesarse pudorosas, no se han cortado a la
hora de desnudarse en 'Fuga de cerebros', 'Lucía y el sexo' o 'Crimen ferpecto',
respectivamente. Así que, en un juego donde los participantes arriesgan sus
prendas y por lo tanto se necesita que los jugadores vayan vestidos al comienzo
de la partida .
Más aliciente hay en el cuarto lugar, donde aparece Úrsula Corberó,
de 'Física o Química'. La catalana es la más joven en el 'top 5', mientras que
le sigue la más 'madurita', la polifacética Inma del Moral. Justo después
aparece la primera jugadora profesional de la lista, Sonja Kovac, portavoz de
Poker770 y una de las figuras emblemáticas del 'ladies poker'. Sin duda, la
rival más dura de la lista.
Aunque tampoco el 'strip poker' tiene unas reglas muy bien definidas.
Existen varias formas de jugar: con fichas como una partida normal de modo que
la prenda serviría para comprar más fichas; estableciendo que,
independientemente de las fichas, se pague prenda por parte de los jugadores que
lleguen al 'showdown' y que pierdan; o también jugando directamente a quien
pierda cada mano deba pagar una prenda, modalidad tradicionalmente más jugada en
el póquer tapado de cinco cartas.
«Desde el Texas Hold'Em Strip al Stud Strip, desde el Razz Strip al
Draw Strip, hay una larga tradición de juegos de 'strip poker', aunque las
reglas que más se conocen son las del tapado de cinco cartas. Pero lo cierto es
que se puede jugar una partida de 'strip poker' con cualquiera de las variantes
conocidas», comentaron los responsables de la web, que aprovechando la difusión
de los resultados de esta encuesta también anunciaron con orgullo el lanzamiento
del mayor evento de póquer que jamás se haya visto: el 'International Stadiums
Poker Tour'.
Un torneo que contará con la participación de varios miles de
jugadores en línea y en vivo, y que tendrá lugar en el estadio londinense de
Wembley desde el 31 de mayo hasta el 5 de junio de 2013,.
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